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El aspirante a candidato independiente a la presidencia de la República, Armando Ríos Piter, no lo pudo decir mejor: en México es más fácil formar un partido político que ser candidato independiente, “no hay cancha pareja”.
19:29 martes 10 octubre, 2017
ColaboradoresEl aspirante a candidato independiente a la presidencia de la República, Armando Ríos Piter, no lo pudo decir mejor: en México es más fácil formar un partido político que ser candidato independiente, “no hay cancha pareja”. Y los requisitos del INE para ambas causas lo demuestran. Para ser candidato independiente a la presidencia de la República se tienen que conseguir un millón de firmas, mientras que para fundar un partido político piden 200 mil. Para ser candidato independiente este proceso se debe realizar en cuatro meses, mientras que un nuevo partido tiene hasta un año. Desafortunadamente las reglas democráticas las establece la Cámara de Diputados y hay que recordar que nuestros representantes son ante todo miembros de un partido político y como consecuencia ven más por los intereses de su grupo político, que por la ciudadanía a la que se supone representan. Ciertamente, 2018 será un año histórico, porque por primera vez candidatos independientes podrán luchar por la presidencia de la República y representarán una opción para el electorado, que está cansado de los partidos tradicionales. Pero las reglas todavía no son parejas, los partidos le dieron entrada a los independientes, pero con muchos candados, que impiden una competencia en igualdad de condiciones. Urge que la ciudadanía organizada no deje de ejercer presión, para que México alcance el desarrollo democrático que se merece y se destierren prácticas que sólo hacen daño al país. Hace unos días lo señalábamos en esta columna. ¿Cómo puede considerarse democrático un partido cuyo líder lleva 20 años repitiendo en el puesto? Y sin embargo, estas prácticas ocurren y en San Luis Potosí, no hace falta voltear para otro lado. Candidatos independientes y partidos deben competir en igualdad de condiciones y los partidos no deben utilizar su poder en la Cámara de Diputados, para autobeneficiarse. Aunque entre los candidatos independientes también “se cosen habas”. Muchos se consideran independientes, pero su pasado está completamente ligado a los partidos. No se trata de independientes, sino de políticos que no recibieron el espaldarazo que esperaban y de la noche a la mañana les entró la fiebre “ciudadana”. No, un candidato independiente es aquel que surge de la sociedad civil, como una opción a los candidatos emanados de los partidos, que no nos quieran confundir.