Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
Necesitamos una planeación centrada en las personas, no en el suelo, sin burocracia y de fácil implementación. En complemento con lo anterior, el Banco Interamericano de Desarrollo tiene tres estrategias para crear ciudades amigables con las personas
12:22 viernes 1 junio, 2018
VIRALESLa planeación en nuestras ciudades ha privilegiado el uso del automóvil, la infraestructura, distribución del suelo en sectores, es una planeación tradicional de grandes diagnósticos y muy complicada, pero nos hemos olvidado del propósito real: las personas. La importancia económica determina el crecimiento de la ciudad, la globalización, el uso intensivo de las tecnologías de la información son elementos que dejan de lado a la persona y centran el interés de la planeación en otro propósito, por ejemplo lo que fue la ciudad industrial, la ciudad de servicios, hasta las propuestas de este siglo como la ciudad digital, la cuidad del conocimiento, o la marca ciudad. La atención de problemas apremiantes y clásicos como el alumbrado, la basura, los servicios en general, así como el equipamiento, la pavimentación, las banquetas y la atención de las plazas y jardines siguen siendo parte de la gestión municipal, hace falta innovar para generar un nuevo modelo que ofrezca valor para las personas. Hoy hablamos de televisiones inteligentes, teléfonos inteligentes, casas inteligentes y hacia finales de esta década comenzamos hablar de ciudades inteligentes; pero hacia el inicio de la otra década hablaremos de gobiernos inteligentes. Todos los anteriores utilizan datos, tecnologías de la información y la comunicación para facilitar la vida de las personas, nos ayudan a tomar decisiones, entonces ¿cómo debería de ser nuestra planeación para ser inteligente? La planeación urbana centrada en la persona es un nuevo enfoque de la planeación, tiene tres criterios: la accesibilidad para una ciudad incluyente; la conectividad para que mediante infraestructura moderna se integre la ciudad; y finalmente, la identidad para establecer un patrimonio, todo lo anterior debe generar valor a las personas. Pero ¿los datos y la toma de decisión?, esas precisamente son las que circulan a través de la infraestructura y logran integrar a las personas con las personas, a conectar con el gobierno, a gestionar mejor la ciudad mediante un gobierno de calidad que agrega valor. Necesitamos una planeación centrada en las personas, no en el suelo, sin burocracia y de fácil implementación. En complemento con lo anterior, el Banco Interamericano de Desarrollo tiene tres estrategias para crear ciudades amigables con las personas: a) Mejorar el espacio público, a partir de una serie de circuitos que los unen y conectan mediante anillos verdes para generar nuevas experiencias físicas y culturales. b) Privilegiar el uso de la bicicleta, dedicando espacios exclusivos para su empleo como forma de movilidad, que permita recuperar las relaciones entre las personas y con su espacio, fomentando la convivencia. c) Incluir a los niños en el proceso de planeación, con la finalidad de generar conciencia y valores que sean transmitidos hacia los padres a partir de la influencia y de un cambio de cultura urbana en las futuras generaciones. Nuestras ciudades deben ser pensadas de otra manera, recuperar el derecho a la ciudad, a construir y conservar nuestro espacio, disminuir la influencia del automóvil, de la economía y de la política en el producción del espacio urbano; debemos de hacer una planeación centrada en las personas.