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La economía colaborativa comienza a desarrollarse en las ciudades a partir del uso de las tecnologías, representa una nueva ventaja competitiva
23:05 jueves 4 febrero, 2021
ColaboradoresDe acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, la economía colaborativa es una masificación de transacciones que se realizan de persona-a-persona (P2P), una forma también de urbanismo que representa la flexibilidad de espacios de acuerdo con las relaciones de cada territorio.
El sistema P2P o por sus siglas en inglés Person to Person se originó en la informática, precisamente en los sistemas que se ajustan a los requerimientos o preferencias de las personas, es decir, “personificar” una plataforma, como el correo electrónico.
Con los avances tecnológicos, surgen nuevas exigencias o deseos de las personas por pertenecer a una comunidad, tanto virtual como física, es una tendencia que ha impulsado la innovación en diversos sectores, la creatividad en la economía, la economía del conocimiento o la economía naranja.
En la actualidad, la economía colaborativa o la naranja son relativamente pequeñas, en comparación con las empresas tradicionales, sin embargo se espera que esta década aumente rápidamente su tamaño, algunos sectores que se han establecido en las ciudades y comienzan a crecer son los préstamos personales, recaudación de fondos, administración de personal, alojamiento personalizado, uso compartido del automóvil y plataformas para transmitir música y video.
Este ultimo año, la economía de estas empresas generó un mercado en sus ciudades de origen, equivalente a 15 mil millones de dólares, que posiblemente crezca a 335 mil millones para el año 2025.
Las ciudades deben de reconvertirse para mantener su crecimiento, incorporar nuevas tendencias y dinámicas en su economía que les permita diversificarse y especializarse, pero además que fomente el trabajo desde casa, la no movilidad e incremente la productividad, es decir desarrollar sectores de alto valor.
San Luis Potosí debe de transitar de su economía basada en la industria automotriz a otra de alto valor agregado, basada en la salud, energías alternativas o tecnologías de la información; los dos primeros sectores tienen amplio potencial. Debemos pasar de ser, la ciudad del auto, a la ciudad de la salud.