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Recientemente fui invitada por La Coordinación Estatal para el Fortalecimiento Institucional de los Municipios a ofrecer una charla sobre comunicación efectiva, en ella planteaba que el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer, es justo lo que han hecho los diferentes niveles de gobierno en medio de la pandemia por el COVID 19
16:40 jueves 23 julio, 2020
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADORecientemente fui invitada por La Coordinación Estatal para el Fortalecimiento Institucional de los Municipios a ofrecer una charla sobre comunicación efectiva, en ella planteaba que el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer, es justo lo que han hecho los diferentes niveles de gobierno en medio de la pandemia por el COVID 19.
A penas unos días después de la charla, nuestro estado se vio obligado a volver a semáforo rojo por el aumento en los contagios y muertes. Pero ¿qué es lo que ha fallado en la estrategia de comunicación? Veamos, el mensaje central que se ha mandado a la población ha sido claro, “quédate en casa”, pero aún así vemos que la movilidad no se ha reducido de manera significativa, por el contrario, cada vez son más las manifestaciones de diferentes sectores pidiendo que se les permita operar con normalidad. El mensaje puede ser claro y estar científicamente sustentado, el problema es que no se tomó en cuenta que más del 56% de la población labora en condiciones de informalidad, lo que significa que viven al día, por lo que ese llamado de “quédate en casa” para ellos es inviable. Pero si además consideramos que quienes laboran dentro de la formalidad enfrentaban uno de los años más complicados de la historia reciente en materia económica, entendemos que pedirles que dejaran de operar los ha puesto entre la espada y la pared. Pero el problema no es solo ese, los datos de Google, Facebook y Twitter, que ha utilizado el Gobierno Federal para medir la reducción de la movilidad en medio de la pandemia, demuestran que gran parte de la gente que está en movimiento es por razones diversión, es justo este sector el que pone en evidencia la mayor falla en la estrategia de comunicación en medio de la crisis sanitaria. Es increíble que con tales niveles de contagios y muertes haya personas que sigan creyendo que esto es un engaño, eso habla de una tremenda falta de confianza en las instituciones, pero es consecuencia de una tremenda incongruencia entre el decir y el actuar, de una serie de contradicciones en las que ha caído la autoridad y que nos dejan a los ciudadanos sin certeza de cómo enfrentar esta situación. Como ejemplos podemos citar precisamente el exhorto a quedarse en casa, mientras que las autoridades no acataban el mismo, desde el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pasando por el mismo sub secretario López Gatell. A ellos se sumaron otras autoridades, gobernadores y alcaldes, incluso uno de la zona huasteca de nuestro estado, de hecho, del segundo municipio con mas contagios por cada 100 mil habitantes, que ponderando la estabilidad económica por encima de la salud, enviaron un contra mensaje a la población, incitándola a salir de paseo y reactivar la economía. A eso hay que sumarle la falta de claridad sobre el momento en el que nos encontramos, cuando cada semana, cada día se nos decía que estábamos por alcanzar el pico máximo de la pandemia. El uso del gel antibacterial y el lavado de manos recomendado para todos, pero exentando al Presidente, pues goza de inmunidad por ser una “fuerza moral”, como le llamó López Gattell. El uso del cubrebocas en los espacios públicos. Todos recordamos como el Sub Secretario López Gattell, quien al comienzo señalaba que “no solo no es necesario, sino que es perjudicial porque da una falsa sensación de protección”. Bueno, ahora se ha convertido en un requisito para los espacios públicos, pero que no se cumple porque la misma autoridad no lo hace, ni la federal, ni la estatal, en las ruedas de prensa sobre los datos del Covid 19 en San Luis Potosí hemos visto a los funcionarios omitiendo el uso del cubrebocas. Y ni que decir de los oportunistas que ya andan en campaña y que, sin importar las medidas de sana distancia y la instrucción clara de evitar eventos multitudinarios, arriesgan sin pudor la vida de los más necesitados y que no son sancionados de manera efectiva. Se ríen de la autoridad electoral con sus actos anticipados de campaña y se ríen de las autoridades sanitarias reuniendo adultos mayores y niños, mujeres embarazadas, todo por su hambre de poder y sin que la autoridad ponga orden. No voy a cuestionar la estrategia sanitaria, eso toca a los expertos en el tema, lo que pongo en evidencia en estas líneas es la serie de fallas en la forma de transmitir los mensajes que nos pudieron haber puesto a salvo como población, cómo la incongruencia entre el decir y el actuar, la falta de convicción con respecto a las medidas asumidas, el miedo a las consecuencias, al costo político de un actuar más enérgico, son cuestiones que hoy nos llevan a esta falta de credibilidad por parte de los ciudadanos de por si, poco educados en cuestiones de bien común. Con esto no justifico a las personas inconscientes que se ponen y ponen en riesgo a los demás, pero tampoco podemos ignorar las fallas de la autoridad que también nos han puesto en riesgo. El que hoy San Luis Potosí tenga que volver a semáforo rojo es una verdadera vergüenza. El manejo de esta crisis sanitaria queda como un ejemplo claro de lo que no se debe hacer frente a una situación de esta magnitud.