Netflix cambió por completo la forma de ver la televisión y no sólo eso, le dio un golpe a la piratería y a los formatos tradicionales. Actualmente representa un dolor de cabeza para las productoras y distribuidoras de series y contenidos para televisión, que nunca previeron el impacto del streaming en los hábitos de consumo de su público objetivo. Este martes se dio a conocer que Netflix planea invertir 8,000 millones de dólares en contenido nuevo y original. Según David Wells, director de finanzas de la empresa, está planeada la producción de 700 series y/o películas originales para 2018, informó Variety. El medio estadounidense le preguntó cuánto gasto de contenido original sería suficiente para Netflix, a lo que Wells respondió "no hay una línea mágica donde se sepa exactamente dónde se encuentra" en términos de eficiencia. Y es ahí donde veo el problema. Al principio, cada que un producto original de Netflix estrenaba era sinónimo de gran expectativa. Las series pioneras como House of Cards, Orange is The New Black y Unbreakable Kimmy Schmidt se convirtieron en las favoritas de la audiencia y de la crítica. Pero ahora, mientras Netflix pone más esfuerzos en producir más contenido en la menor cantidad de tiempo posible, parece que la calidad de sus producciones va a la baja, con sus honrosas excepciones, como Dark. Sin embargo, cada vez es menos probable que tanto la crítica como el público se incline ante una nueva producción, como es el caso de Altered Carbon y The End of The F***ing World. De alguna manera creo que Netflix dejó de lado la producción artesanal de series y películas por la producción en serie. -- DINERO EN IMAGEN