Existe una fábula la cual al terminarla de leer no pude dejar de vincularla con lo que sucede con los actuales diputados locales de San Luis Potosí. Se las platico en un breve resumen: había una vez un cocinero muy entusiasta que planeó preparar una rica y deliciosa salsa de pura carne, en una cacerola especial. Al terminar de preparar la rica salsa se dio cuenta del sabroso y rico aroma que tenía; sin duda era todo un arte culinario, pero de pronto el cocinero recibió una llamada inesperada y salió de la cocina disparado, que olvidó tapar la cacerola. Una mosca glotona y hambrienta volaba muy cerca de la cacerola, se sentía atraída por el sabroso olor y empezó a volar alrededor dando vueltas y vueltas y muchas vueltas más , hasta que cayó en ella. Estaba tan feliz de haber caído en la rica salsa de carne y dentro de la cacerola que dijo: “oh! que rico comí, bebí y hasta me bañe así que si en estos instantes concluyera mi existencia ya nada me importaría después de todo el gusto que me di en esa cacerola de carne“.  La moraleja sería la siguiente : Al irresponsable, ambicioso, corrupto y cínico no le importa el fracaso si su llegada a él le depara buenos momentos. Algo muy parecido encuentro con esta fábula y varios de los lamentables integrantes de la peor legislatura de la historia que lo que menos conocen es la vergüenza. Existen varios impresentables, otros extremadamente cínicos y descarados, estos veintisiete integrantes del honorable gremio del fraude se prepararon a conciencia para entrar y disfrutar de la rica salsa de carne (que en este caso serían los recursos públicos y el poder que da ser diputado), se engolosinaron, voraces y hambrientos como lobos. Se llenaron las bolsas, compraron autos nuevos, cambiaron hasta su estatus social, comieron y bebieron como auténticos cosacos en restaurantes de lujo, negociaron su impunidad con el gobierno en turno. Aprovecharon esta legislatura para hacer su “agosto”, disfrutar al máximo del placer de ser Virreyes del Congreso potosino, aguinaldos de medio millón de pesos, un trato especial y repartirse carretadas de dinero público. Se regocijaron de la impunidad y el poder que les generó ser parte del “poder” legislativo. Hoy cuando se extingue su periodo, nadan al igual que la mosca de la fábula: satisfechos, complacidos, gozosos, radiantes, ufanos y encantados. Tienen muy claro que este momento deben disfrutarlo porque en fecha próxima serán cadáveres políticos, el desprestigió será de por vida aunque muchos de ellos no conocen la vergüenza, el estigma del abuso y la corrupción los va a perseguir por siempre aunque

ellos disfrutaron demasiado su momento.