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Hace unas semanas cuando la epidemia estaba en la punta de la ola, la Secretaría de Salud reportó que el objetivo en esos momentos tan delicados, era bajar de cien la cifra de contagios por día
00:06 domingo 20 septiembre, 2020
QUEBRADEROHace unas semanas cuando la epidemia estaba en la punta de la ola, la Secretaría de Salud reportó que el objetivo en esos momentos tan delicados, era bajar de cien la cifra de contagios por día. Eso ya sucedió, de modo que de sostenerse de manera consistente el esfuerzo social e institucional, pasar al amarillo en el Semáforo Epidemiológico podrá ser factible. Donde el esfuerzo debe ser mayor es en la zona metropolitana de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez. De los habitantes de ambos municipios, depende en buena medida mantener en descenso los contagios a nivel estatal. Disciplina y responsabilidad es lo que debería caracterizarnos en adelante. No ha sido sencillo ajustarse a la nueva normalidad, pero es indudable que la exposición diaria a los informes de salud a fuerza de presentar números negativos, se ha ido comprendiendo la importancia de la participación social. No podemos pensar en el Semáforo Verde sin antes pasar por el amarillo y eso reclama la participación de todos. Bajar de cien el número de contagios en la entidad no implica que en cualquiera de los próximos días no se pueda dar un salto y alcanzar de nuevo una cifra superior a los tres dígitos, pero lo importante era confirmar que la curva ha entrado en una etapa descendente. Limitar el crecimiento de la epidemia ha costado mucho, especialmente a los trabajadores y trabajadoras de la salud de entre ellos, dos mil 348 han contraído el virus, de los cuales 126 padecen una infección activa lo que los coloca en grave riesgo. No es nada para dejar en el olvido y en razón de ello, el compromiso social a favor de seguir las recomendaciones de protección debería estar más presente que nunca. Pocos a poco, se ha ido reactivando la economía con la apertura controlada de actividades económicas lo cual ha disminuido la enorme presión por la caída del ingreso y de los empleos. Es alentador mantener el Semáforo Naranja y a partir de ello sentar una base sólida para mirar con optimismo hacia delante. En ese sentido, resulta de extraordinaria relevancia alejar la narrativa derrotista y en ocasiones catastrofista de la situación que nos ha traído la epidemia, pues eso ha afectado sensiblemente la capacidad para enfrentar todos juntos, la contingencia. Mientras la epidemia empieza a ceder, las otras epidemias, no sueltan a la nación y al estado. La división social azuzada por políticos y sus partidos, esto con claros fines electorales ha abierto un boquete a la confianza en las autoridades de los distintos niveles de gobierno, de modo que el ambiente cada vez se polariza más. El proceso electoral federal ya ha arrancado y en las entidades federativas eso está por ocurrir y está a la vista el hecho de que la tragedia sanitaria está siendo utilizada, lo cual no deja de ser desalentador pues en aras de golpear al gobierno, se sacude inmerecidamente al personal y a las instituciones del sector salud. Hace unos días, el Partido Acción Nacional presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República en contra del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell a quien se acusa de ser el responsable de las más de 72 mil personas que han perdido la vida durante la epidemia. Vivimos momentos sumamente difíciles y los partidos políticos tratan de sacar provecho para levantar su imagen mediante acciones del todo oportunistas. Lo que está detrás de esa querella es una estrategia de propaganda que nada tiene que ver con la salud de la población. En ese mismo canal, está el desplegado que publicaron en medios nacionales de comunicación 650 intelectuales con un perfil ideológico definido por su repulsa al gobierno federal. Muchos de ellos disfrutaron en sexenios anteriores de las mieles del poder público del que se hicieron aliados y al cancelarse las prebendas que recibían, se lanzan sin pudor en defensa de presuntos derechos que antes no defendían. Esa rijosidad es apenas una extensión de la que cada vez se ensancha más a partir de las ambiciones que despiertan las elecciones del próximo año, pero también, porque grupos econonómicamente muy poderosos ya no tienen el buen trato que tenían antes cuando dejaban de cumplir con el pago de impuestos, o cuando de plano, se los condonaban. Los gobernadores del PAN hacen bloque y a través de éste golpean al presidente de la república y a las instituciones, la justificación de ser un movimiento federalista mueve a la hilaridad pues de lo que se trata es de debilitar a la presidencia. La nación y los mexicanos enfrentamos la epidemia más grave de la historia y hay quienes hacen todo lo posible por sacar provecho de eso. Esa es la otra pandemia. La de la insidia, de la discordia.