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La pandemia por Covid-19 agudizó mucho más la brecha de desigualdad laboral y salarial para las mujeres
01:55 domingo 7 marzo, 2021
La MatatenaEn las últimas semanas ha cobrado relevancia el calificativo “Neni” que hace referencia a las mujeres que han impulsado actividades económicas a través de sus redes sociales y llaman cariñosamente a sus clientas “Nena”; lo que comenzó como memes y videos haciendo mofa respecto al lenguaje y mecanismo de venta de estas mujeres, abonó a un movimiento ya reconocido como “Las nenis”. La cajuela de su carro, una parada de camión, la fuente de una plaza o la entrada a un centro comercial se convirtieron en lugares ideales para citar a sus clientas y cerrar sus ventas. Maquillaje, ropa, zapatos, perfumes o artículos de importación son algunos de los productos que suelen ofertar capitalizando el uso de las redes sociales y los horarios flexibles que dan estas actividades, además de explotar su talento innato para las relaciones humanas. La pandemia por Covid-19 agudizó mucho más la brecha de desigualdad laboral y salarial para las mujeres y es que casi un millón quedaron desempleadas en México, punto y aparte es la gran cantidad de jefas de familia que ante la crisis económica decidieron emprender para sostener sus hogares. Y en la cuarentena que ya duró un año, había que tomar las riendas. De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay poco más de 65 millones de mujeres y de éstas sólo 22 millones tienen un empleo; además, 6.3 millones trabajan en el aspecto informal. “Las Nenis” justamente forman parte de esa economía informal que genera ingresos suficientes a millones de hogares en el país. Históricamente la aportación de las mujeres en la economía informal no ha sido cosa menor, al menos en nuestro país ante los muchos obstáculos que se enfrentan para ser económicamente independientes. Por muchos años han existido las ventas por catálogo, por ejemplo. En el último registro que se tiene pre pandemia este mecanismo de ventas, genero una derrama económica de 7 mil millones de dólares. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Directa, en 2018 había seis millones de mexicanos que trabajaban en ventas por catálogo, para tres millones era su única fuente de empleo y para otros tres, un complemento de ingresos. De estos seis millones, el 80 por ciento son mujeres. Otro dato interesante, es que el 70 por ciento de mujeres que ejercen esta actividad son madres solteras. Y es que ante la responsabilidad a cuestas de sostener a una familia o de simplemente cumplir metas financieras, rara vez algo puede entorpecer la determinación de una mujer. Hay quienes, con mucha admiración lo externo, comienzan un negocio con menos de 500 pesos. En este punto es importante comentar que no se trata solamente de que una mujer sea económicamente activa, existe una gran diferencia entre generar ingresos y ser dueña de su dinero: en el caso de muchas mujeres, son fiscalizadas en sus ingresos por sus parejas, hijos, o padres. Algunas trabajan sin gozar de ningún salario en negocios familiares y sin poder disponer de dinero para cubrir sus necesidades más básicas. Otro dato es que suelen aportar con trabajo en el hogar o con sus ingresos para forjar un patrimonio que no les pertenecerá: en nuestro país solamente 3 de cada 10 mujeres son dueñas de su vivienda. La independencia económica de una mujer siempre le permitirá decidir el rumbo de sus pasos, tal vez por eso en México es tan difícil entender el deseo de libertad de las mujeres. En el marco del 8 de marzo solo te invito a que, si conoces a una mujer emprendedora sin importar la dimensión de su negocio compres su producto y recomiendes su servicio. Aportaras no solo a su familia sino a sus metas financieras y quizá a su independencia económica. “Me gustaría que cada vida humana fuese libertad pura y transparente” Simone de Beauvoir