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Con sus uniformes azules salen los cuatro a recorrer las calles de San Luis Potosí, prometiendo combatir el crimen, la pobreza, el rezago social y todos los males de nuestro estado, todo, claro, si resultan ser el candidato o la candidata y luego, son electos para despachar desde Palacio de Gobierno
00:06 miércoles 25 noviembre, 2020
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOCon sus uniformes azules salen los cuatro a recorrer las calles de San Luis Potosí, prometiendo combatir el crimen, la pobreza, el rezago social y todos los males de nuestro estado, todo, claro, si resultan ser el candidato o la candidata y luego, son electos para despachar desde Palacio de Gobierno. Son los 4 fantásticos precandidatos del PAN a la gubernatura del Estado. Desde antes de que comenzara oficialmente el proceso en Partido Acción Nacional muy presurosos comenzaron sus recorridos por el estado, ni la pandemia los detuvo, cada uno tratando de ganar simpatías, igual comiendo gorditas, visitando hogares en la Huasteca, o en el altiplano, a caballo o caminando bajo el pleno rayo de sol, por supuesto con sus sombreros y sus botas bien puestas, lanzando promesas que seguramente no podrán cumplir. El mensaje es el mismo, hablan de unidad, pero por debajo de la mesa se lanzan patadas, porque unidad para ellos significa que todos declinen a su favor, ni pensar en apoyar al otro o en renunciar a sus aspiraciones personales. Son como esas familias que sonríen para la foto pero se apuñalan por la espalda. Y no es para menos, tienen mucho que perder. Esta elección puede ser el último boleto en la vida política para Octavio Pedroza y Marco Gama, uno por decisión, porque varias veces ha corrido el rumor de que se retira, el otro porque se le acaban las opciones y la fuerza para negociar, poco queda del aquel PAN que alguna vez encabezó. Gama presume que su fuerza está en la Huasteca pero el resto de los precandidatos también andan coqueteando por esas cálidas tierras y si ese pastel se divide, no marcará ninguna diferencia de manera contundente. Para Xavier Nava está en juego su futuro político, sus cálculos le dicen que puede ir por la gubernatura, pero cualquier error en la estrategia le puede costar la candidatura, camina sobre hielo frágil en estos momentos el alcalde con licencia, quien decidió lanzarse y ya no tiene vuelta atrás. Si este proceso no le favorece, habría quemado su cartucho más fuerte en vano. Para Sonia Mendoza es diferente, a lo que va es a demostrar que todavía tiene fuerza. El argumento de equidad de género le favorece sólo a ella, probablemente eso no baste para ser la candidata a Gobernadora, pero sí para seguir siendo la mujer que actualmente más fuerza y más figura presume en el PAN, detrás vienen otras dando batalla, pero por lo pronto la ex diputada sigue siendo la que tiene el as que le permite negociar en su partido la posición que mejor le convenga. El problema para todos es la fragilidad de su partido, porque mientras se muestran los dientes, no se han percatado que poco queda del dominio que se disputan. Alguien va a tener que ceder, de lo contrario, el proceso interno puede ser la ruina para ese partido político, el momento clave que le cueste la gubernatura del Estado, pero también su presencia en el Estado. Esta es una oportunidad histórica para el PAN pero los panistas no han entendido que la batalla se debe librar afuera y no dentro. ¿Hasta dónde van a llegar? Ya lo veremos, pero por el bien de las opciones políticas de San Luis Potosí, ojalá no lleguen los 4 al final del proceso interno, ojalá tampoco se polarice en dos opciones, como se ve venir, ojalá que tengan madurez política para no debilitarse y no terminar entregando en bandeja el futuro de los potosinos.