Es oportuno que el Super Bowl ponga fin a más de una sequía en su visita a Miami. Los Jefes estarán en el juego por primera ocasión en 50 años y se enfrentarán a los 49’s, que tienen la oportunidad de ganar su primer título de la NFL en 25 años. Y el partido regresa a Miami por primera vez en una década, atraído luego de una remodelación del Hard Rock Stadium, que tuvo un costo de 550 millones de dólares. El grupo The Who no reconocería el estadio. Ellos actuaron en el espectáculo del medio tiempo la última vez que el Super Bowl XLV se celebró en Miami, el 7 de febrero de 2010 para ser exactos. El 2 de febrero, el juego regresa por undécima ocasión, la mayor cantidad para cualquier ciudad. “Estamos encantados de estar en Miami”, comentó Peter O’Reilly, vicepresidente de los eventos y desarrollo comercial de la NFL. “Se siente como la manera correcta para terminar esta temporada 100’’. Miami es el sitio donde Vince Lombardi ganó su último título de la NFL en el segundo Super Bowl de la historia y el escenario en el que Peyton Manning y Drew Brees conquistaron sus primeros anillos. Pero el estadio de los Delfines, que abrió sus puertas en 1987, necesitaba una remodelación grande. El propietario del equipo, Stephen Ross, y que también es dueño del inmueble, puso los dólares. Las mejoras incluyeron nuevos asientos, palcos, concesiones, baños, puentes y túneles para transeúntes. Árboles y plazas nuevas transformaron el terreno a algo más que un estacionamiento y ahora el complejo alberga el Masters de Miami; también es la casa de los Huracanes de la Universidad de Miami. El estadio luce bastante diferente a como era hace 10 años, cuando Brees y los Santos vencieron a Manning y a los Potros en el SB XLV.

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Excelsior