Es un hecho que en este mundo tan globalizado desde hace ya varias décadas la co-dependencia entre los países es una situación hecha, las relaciones que se tienen con otras naciones de muy diversas ideologías son necesarias para resolver las necesidades que toda población tiene. Alrededor del todo el mundo se han formado estas co-dependencias, vemos la zona euro en el viejo continente creada en 1999 integrada actualmente con 19 países, mientras en sur del continente americano se encuentra el mercado común del sur (mercosur) formado por 6 países y el mejor ejemplo de esto es México, ya que tiene un cantidad impresionante de acuerdos y tratados con diferentes países de los cuales el más importante es el famoso TMEC. Estas co-dependecias que iniciaron como alianzas han traído consigo importantes avances en materia de economía a los países miembros y su importancia es tal que se lo platico en dos puntos: el primero de ellos es con relación a la ventaja competitiva, y la entendemos como el hecho de que se puede producir a un menor costo y al menos a la misma calidad que otras partes; naturalmente cada país tiene su propia ventaja, ya sea por los recursos con los que cuenta, por lo barato de la mano de obra o simplemente por la cercanía del mercado que hace mas accesible su transporte, así diversos países se benefician de esta situación para atraer inversiones que provocan un crecimiento económico como consecuencia del dinero que se derrama en su instalación además del incremento del ingreso de la población con la generación de empleos permanentes. El segundo punto se refiere al acceso a productos de calidad a bajos precios, es simple, ¡no todo lo podemos producir¡, en el caso de que tuviéramos que hacerlo, el precio y la calidad no sería los mejores en todos los casos, precisamente por la ventaja competitiva existente, por lo que tendríamos nos enfocamos en aquellas actividades en las cuales, dada nuestra ventaja, nos proporcionan mayor valor agregado al venderlo al exterior y con precios bajos dentro del país. En fin, es un hecho que necesitamos de la Inversión Extranjera Directa (IED), por lo cual se tendría en todo caso, incentivarla, no necesariamente con dinero o con apoyos por parte de gobierno, es suficiente -dada nuestra ubicación y costo de mano de obra- con que el inversionista sienta que lleva a cabo una inversión segura al menos en lo que a la situación económica y política del país se refiere, por cierto cerrar la economía me recuerda el México de finales de la década de los 70’s y 80’s, décadas por demás perdidas.