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Actualmente, América Latina es la región más urbanizada del planeta. Existen 600 ciudades consideradas las más pobladas del mundo
00:11 viernes 23 octubre, 2020
ColaboradoresEl diseño de la ciudad para el futuro considera tres elementos, control del crecimiento urbano, beneficios de la urbanización y respeto al medio ambiente. Actualmente, América Latina es la región más urbanizada del planeta. Existen 600 ciudades consideradas las más pobladas del mundo, que en conjunto albergan cerca de mil quinientos millones de personas, esto representa más de 20% de la población mundial. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para el 2030, más de 80% de la población vivirá en ciudades, y podría existir una reestructuración tanto de las actividades como de las grandes urbes. El impacto de la pandemia generará un cambio de largo plazo en la forma de vida, además, las mismas metrópolis y economías ya no dominarán, pueden surgir otras, la región de Asia tal vez seguirá cobrando importancia. Los principales elementos que ocupan la planeación y el diseño de la ciudad son el patrón de crecimiento urbano, generar beneficios de la urbanización y una relación de respeto e integración con el medio ambiente. La ciudad del futuro será aquella capaz de logre equilibrar estos tres elementos en beneficio de su población, es decir logar un incremento de su población superior al ritmo de crecimiento de su superficie urbana, establecer condiciones favorables para la inversión con efectos en la prosperidad urbana; y, atender sus grandes retos como la energía, el agua, ampliar las áreas verdes, corredores biológicos y la integración con las áreas naturales en general. La CEPAL también señala que las ciudades de América Latina enfrentan otros desafíos como la falta de planificación, debilidad institucional, carencia de espacios públicos, segregación, exclusión, desigualdad, inseguridad y crecimiento exponencial del parque automotriz. Las nuevas urbes que se construyan con diseños planificados representarán un activo y una ventaja competitiva. Para ello se requiere una ambiciosa reforma urbana, sobre todo institucional, es decir la reingeniería del gobierno local que aliente la inversión y genere nuevas formas de “hacer ciudad”, la amplia participación social, la activa intervención del sector privado y la independencia de los organismos encargados de la planeación urbana. En este escenario la persona deberá estar en el centro de la política urbana. La planificación y el diseño urbano se convertirán tal vez, en la principal herramienta, sobre todo con visón de largo plazo orientado a: E Organización territorial: optimizar el suelo urbano, restauración de espacios, integración socio-espacial y accesibilidad. E Sustentabilidad: desarrollo de áreas verdes, energía, movilidad, competitividad, innovación. E Centralidad en la persona: diseño urbano, bienestar, espacios públicos de alto valor, patrimonio urbano. Es importante subrayar que las respuestas no deberán provenir exclusivamente del sector público, urbanistas o desarrolladores inmobiliarios; en la ciudad moderna, las sinergias y redes de colaboración –gobierno, academia, empresa, sociedad- podrían ser el principal instrumento de administración urbana, así como factor de integración y continuidad con perspectiva global, de largo plazo y basada en la gestión del conocimiento.