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El gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador mide de diferente manera la violación a los derechos humanos
00:07 domingo 27 junio, 2021
EN LA OPINIÓN DE CLAUDIO GARCÍAEl gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador mide de diferente manera la violación a los derechos humanos, se pone de puntas cuando Israel ataca a los palestinos, controlados por Hamas. Muestra su solidaridad con Cuba frente al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos pero guarda silencio frente a las atrocidades que el gobierno venezolano y el nicaragüense cometen contra quienes pretenden la democracia en estos países. Y si bien México se ha mantenido firme en su política contra el bloqueo estadounidense contra Cuba impuesto desde hace 60 años y ahora vuelve a mostrar su solidaridad sumándose al apoyo internacional a la isla junto a 184 países que votaron a favor de la resolución de la ONU en la cual se suscribe que: “El bloqueo limita el desarrollo de Cuba y su enfrentamiento a la pandemia de covid 19” y a la cual se opusieron Estados Unidos e Israel, mientras que Brasil, Colombia y Ucrania se abstuvieron Por el contrario México se abstuvo de firmar un acuerdo en que se exige al Gobierno nicaragüense de Daniel Ortega que libere a sus opositores y que permita elecciones democráticas el próximo 7 de noviembre, fecha para la cual se han convocado. Es así como el gobierno de López Obrador se abstiene de ir a favor de la libertad, como lo hizo el gobierno mexicano en los años 70 y 80, cuando gobernaba otro dictador, Anastasio Somoza. En aquellos años, tanto Luis Echeverría como López Portillo en su momento apoyaron el movimiento del Frente Sandinista de Liberación Nacional, del cual formaba parte el comandante Daniel Ortega. Después del triunfo de lo que se denominó la revolución sandinista se abre un espacio es de conflictos internos nuevamente debido a la visión de los sandinistas y la oposición contrarrevolucionaria que desde Estados Unidos se manejaba. Sin embargo llega la paz y es Daniel Ortega quien queda al mando y luego sería el presidente de la república, aunque posteriormente perdería frente a Violeta Barrios de Chamorro. Seguirían Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, hasta el año de 2007. Ortega llega al poder por la vía democrática en 2007 y se mantiene hasta la fecha. Las elecciones de noviembre darían paso al presidente electo para que tomara posesión en enero de 2022. Pero como todo dictador, amparado en el populismo se ha sostenido en el poder por 14 años y pretende seguir en el gobierno, por eso hace unos años reprimió a estudiantes y hoy hace lo mismo con aquellos que son sus opositores y que pretenden competir contra él por la vía democrática. Quince ciudadanos detenidos, lo mismo compañeros de lucha de Ortega, exguerrilleros o miembros del sandinismo, que periodistas y precandidatos a la presidencia de la república, militantes de un partido político, una feminista, frente a esta represión la 4 T guarda el miserable silencio de la complicidad. Seguramente desde su tumba Ernesto Cardenal y Tomás Borge quisieran levantarse en armas frente a la traición libertaria que comete Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, el comandante se ha convertido en el nuevo Somoza. Traición revolucionaria.
Dicen los que saben de dictadores que estos se juntan, llámese a través de Foro de Sao Paulo o Grupo Puebla, son los mismos enmascarados que pretenden el poder por la vía democrática y bajo el signo de la izquierda y luego se perpetúan y reprimen justificándose con el cuento de los enemigos que los pretenden derrocar o se oponen al cambio a favor del pueblo. Y es que la historia los hace iguales, sean del signo que sean. Franco llamaba a sus enemigos comunistas, hoy hay quien los llama conservadores, al final dictadores. La enseñanza que nos da esta “Nicaragua tan violentamente dulce”, es que el engaño populista solo sirve para enquistar en el poder a personajes déspotas, autócratas, caciques, tiranos. Por eso hoy el gobierno de López Obrador no condena la violación a los derechos humanos en Venezuela o Nicaragua y en cambio sí lo hace con Israel frente al dominio de Hamas en Palestina, con una vara apoya a sus amigos dictadores y con la otra no ve al terrorismo.