El matador de toros murciano Paco Ureña se encuentra en nuestro país a la espera de tomar parte de la sexta corrida de la Temporada Grande de la Plaza México 2019-2020, para lidiar toros de Xajay y donde aparece acartelado junto a Sebastián Castella, Octavio García “El Payo” y Andre Lagrevere “El Galo”, que confirma alternativa. El diestro ibérico platicó con Excelsior sobre la ilusión que representa poder dejar una muestra de su tauromaquia, ante una afición sumamente entregada y pasional, como lo es la que acude al Coso de Insurgentes. Nunca sabes que va a pasar, pero indudablemente sueñas con tener la fortuna de poder mostrar tu tauromaquia en ella, porque es de las plazas más importantes del mundo, yo creo que todos los toreros soñamos con escuchar esos oles de una afición tan pasional y bien entendida, ese sería el sueño, explicó.”

Para Ureña, las orejas, las salidas a hombros y los trofeos son sólo la consecuencia que genera la buena labor realizada ante el astado, más no necesariamente implica alcanzar la satisfacción. El espada señala que ha salido con trofeos a cuestas después de un festejo, sin embargo, ha quedado con un vacío por dentro, producto de no haber podido expresar su arte ni transmitir lo que hubiera querido dentro del ruedo. El triunfalismo de salir a hombros y cortar orejas, es una consecuencia del bien torear. Yo mismo he cortado orejas y salido a hombros y me han dejado vacío por dentro, he sido incapaz de encontrarme, de abandonarme al servicio del toreo, se han dado las circunstancias y he triunfado. En mi caso es una consecuencia de torear, a mí lo que me llena es ser recordado por como he interpretado al astado que salir por muchas puertas grandes, es más bonito que te recuerden por la obra que has creado, o por lo que has podido transmitir al aficionado” manifestó el torero de 36 años.

El 14 de septiembre de 2018, en la plaza de toros de Albacete, a la salida del cuarto toro, dispuesto a alcanzar el triunfo que se le había negado en el primero, lo recibió a la verónica, y, en un momento inesperado, el animal tiró un derrote y clavó su pitón derecho en el ojo izquierdo del torero. Los médicos, convencidos en su primera impresión de que el accidente era gravísimo, trataron de que acudiera a la enfermería, pero el torero siguió toreando. Después de diversas operaciones, el torero perdería visión en su ojo izquierdo, situación que asegura, cambió su vida. Me cambió para el resto de mi vida, es algo obvio, voy a tener una carencia toda mi vida, es algo que tengo que saber llevar. Desde el momento que me ocurrió esto el mensaje en mi mente era poder volver a torear y que el público que acudiese a verme no viniese con una idea preconcebida de que yo tengo un problema, sino que no notase nada y eso lo he llevado a cabo y me siento muy orgulloso de ello, es algo que aquí está y no me quejo. Dios me dio una nueva oportunidad y lo que me mueve es el amor al toro, por ello estoy aquí y no dudaría en dar mi vida por él”, finalizó.  

-- Excelsior