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06:18 viernes 1 noviembre, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / Pugna por los autos "chocolate"
Una de las apuestas económicas exitosas en el país es la apertura a la industria automovilística mundial. En pocos años logró consolidarse y construir a su alrededor una red de proveedores que fomenta economías regionales. El dinamismo se ha reflejado en la exportación de vehículos, así como en la venta de autos en el mercado interno, pero desde hace 28 meses el sector muestra desaceleración. Las cifras de ventas de unidades nuevas cada vez son menores. Sobre este panorama nada halagador se suma la pretensión de la Cámara de Diputados de legalizar millones de vehículos extranjeros que entraron de contrabando. El pasado 17 de octubre introdujeron un artículo transitorio a la Ley de Ingresos en el que se establece que en un plazo máximo de ocho meses el Congreso hará adecuaciones legales para solucionar la problemática de los llamados autos chocolate que circulan en el país. Una semana después, el Senado eliminó el artículo transitorio y regresó la Ley de Ingresos a la Cámara. Como en un juego de vencidas, la medida fue agregada una vez más por los diputados. Quienes promueven la legalización aseguran que el gobierno obtendría una recaudación adicional por 50 mil millones de pesos, pero la industria responde que las ventas se deprimirían más, alrededor de 30% en tres años, para pasar de 1.3 millones de autos vendidos este año a 900 mil en 2021. También destacan que se dejarán de recaudar 55 mil millones de pesos por concepto de IVA, así como 12 mil millones de pesos que prevén recaudar este año por ISAN (Impuesto Sobre Autos Nuevos). ¿Está prohibido tener un vehículo extranjero? ¿Qué dice la normatividad en vigor al respecto? Cualquier persona puede introducir vehículos desde el extranjero siempre y cuando cumpla con el pago de los derechos de importación. Las únicas limitantes son: que haya sido ensamblado o fabricado en Estados Unidos o Canadá (por el acuerdo comercial firmado con esos países) y que no tenga una antigüedad mayor a ocho años, con el fin de que no ingresen al país vehículos chatarra cuyas emisiones contaminen el ambiente. Durante años, la legalización de autos chocolate ha sido una y otra vez la bandera de políticos que buscan la creación de clientelas electorales. Cualquier decisión que adopte el Congreso repercutirá en miles de personas y podría traducirse en pérdidas o ganancias de miles de millones de pesos. Valdría la pena que esta vez dominara el tema económico y quedara en segundo plano lo político. OPINIÓN/ Día de muertos: ofrenda contra la impunidad
La elección del papel es fundamental. Los distintos colores y patrones inician un juego de contrastes. Sin embargo, lo colorido no se plasma tan solo en el papel de china, tan sensible al contacto del agua y propenso a manchar cualquier superficie. Determinar el balance exacto entre el amarillo del cempasúchil y el morado de la flor terciopelo, consituye el siguiente reto. Las velas juegan a su vez un lugar central ya que iluminan la ofrenda y las fotos de los recordados. Colores en el papel, en las flores, en las calaveritas de azúcar, colores que rememoran y celebran a las personas que fallecieron y que honramos con nuestros altares. No solo de las personas, las mascotas también hacen su aparición en muchas ofrendas, así como los platillos favoritos de todos ellos. Desde hace años una de mis tradiciones favoritas es montar la ofrenda del día de muertos. Agasajar a través del color, el olfato y la luminosidad, el recuerdo de mis seres queridos. Sin embargo, este año no he podido poner mi ofrenda. O más precisamente no he querido. Un elemento determinó mi elección, la reciente pérdida de un amigo y el peso abrumador de experimentar en carne propia que “cada muerte es el fin del mundo” (Daniela Rea, noviembre 2018). Ayer el Inegi sacó su reporte de las defunciones registradas en 2018 en nuestro país. Aunque la mayor proporción de estas muertes (722,611) se debieron a enfermedades relacionadas con la salud, una parte considerable de las mismas fueron homicidios (36,685). Teniendo como consecuencia una conclusión brutal: en México los homicidios son la quinta causa de muerte para toda la población. Esta cifra contiene tanto homicidios intencionales como homicidios culposos, sin embargo deja de lado lo que acontece después de los mismos. Desde 2016, a final del año elaboramos en Impunidad Cero un estudio que mide la impunidad para homicidio doloso en México. Lo que en un inicio comenzó como un análisis respecto a la respuesta de las instituciones del sistema de justicia ante uno de los delitos que más nos duele, se ha convertido en un reporte sobre la ineficiencia y la injusticia en el país. De los estudios anteriores se desprende que del 2006 al 2012, independientemente de si en el país se cometieron 11,246 homicidios dolosos (como en el 2005) o 22,852 (como en el 2011), la respuesta ante estos crímenes estaba topada, con tan solo alrededor de 4,300 sentencias condenatorias por año para este delito. Sin embargo, conforme pasan los años y actualizamos el estudio, vemos que la tendencia de impunidad para el homicidio doloso va al alza en todo el país. Con una mayor cantidad de homicidios dolosos que ocurren y una menor cantidad de sentencias condenatorias para este delito, tenemos una impunidad de 89.5% para este delito. En breve lanzaremos la situación de cada estado para la impunidad respecto a los 33,341 homicidios dolosos que acontecieron en 2018. No concibo mayor ofrenda al dolor que traemos a cuesta como país, que analizar la cantidad de peritos que tenemos, los modelos de investigación exitosos, la manera en que los elementos de seguridad pública, procuración e impartición de justicia se articulan para lograr investigaciones sólidas en las que se dé con los responsables de estos homicidios. Lo que esconden estas cifras de violencia y de impunidad no son datos alarmantes, son tragedias personales que perviven hasta nuestros días. Personas que año con año deciden quizá no poner altares para sus familiares por el dolor que su muerte conlleva. Hoy no concibo mayor recordatorio de nuestros muertos que proponer una serie de políticas públicas que tengan como objetivo no solo la prevención del homicidio doloso, sino del combate a la impunidad de los que ya ocurrieron. Directora Ejecutiva de Impunidad Cero
Frentes Políticos
1. Los buenos propósitos. Zoé Robledo, director del IMSS, está llamado a una tarea titánica. Durante la 110 Asamblea General Ordinaria del instituto señaló que las acciones que realiza la Cuarta Transformación garantizan las condiciones para hablar de la salud de las personas y cambiar la “visión financierista” que cuidó los pesos y centavos en detrimento de los servicios. Ante el Presidente de la República, Robledo dijo que ésta es una oportunidad histórica para defender un proyecto de sociedad solidario y que redistribuya de manera justa los bienes públicos. Puntualizó que el presupuesto 2020 contempla la contratación de 10 mil 794 plazas, de las cuales cinco mil 196 impulsarán la nueva estrategia de hospitales de tiempo completo. Humanidad, paciencia, buen trato y h-o-n-e-s-t-i-d-a-d. Eso es lo que merecemos los mexicanos en el servicio de salud. Ni más ni menos.
2. Designación de riesgo. La bancada de Morena le gusta y apoyará a María del Rosario Piedra Ibarra para la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Toda la carga estará echada para que en unos días sea la designada. Su correligionaria en Morena, Martha Lucía Mícher, reveló sin tapujos: “Voy a votar a favor de Rosario. Estoy segura de que podrá hacer un gran papel”. De lograrse el cometido, no deben olvidar que el contexto cambió radicalmente. Enfrentará un panorama inédito, en el que, ante los hechos de Culiacán, crecerá el nivel de confrontación entre el Ejército y la Guardia Nacional, en el combate a la delincuencia organizada. Piedra Ibarra debe entender las circunstancias. Y hay ocasiones en las que el Estado debe hacer uso legítimo de la fuerza para garantizar los derechos humanos de la sociedad. ¿Qué papel jugará en esta historia y a favor de quiénes?
3. Lo muy rescatable. Durante la comparecencia de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ernesto Nemer, diputado priista, intervino para refrendar el compromiso de su bancada en la búsqueda de la paz. “Implica proteger la vida, así como evitar que las pérdidas materiales no sean de considerable magnitud. De ahí que la prevención sea el elemento clave para reducir el impacto de las amenazas”, dijo. Resaltó que la seguridad pública es un tema de Estado, que exige un trabajo de equipo, a fin de cuidar las vidas y patrimonio de todos en el país. “Cuando se trata de cuidar las vidas y el patrimonio de las familias mexicanas, siempre hemos actuado con neutralidad política y altura de miras”, dijo. No todo está perdido. Hay quienes sí comprenden que es momento de unión. Se agradece.
4. Mismo modus operandi. Es una pena lo que sucede en este país, no es posible que los funcionarios encargados de manejar el dinero siempre lo hacen para beneficio propio. Se dio a conocer que la Conagua no sancionó ni rescindió el contrato de la empresa Consultoría de Ingeniería para Soluciones Integradas (CISI), responsable de la falla en la instalación de la llamada “K invertida” en el Sistema Cutzamala, que en noviembre de 2018 dejó 150 horas sin agua al Valle de México. Por el contrario, formalizó indebidamente el acta de terminación anticipada del contrato y pagó un millón 977 mil pesos a la firma. A la actual titular de la Conagua, Blanca Jiménez Cisneros: ¿ya tiene responsables?
5. En llamas. Desquiciante resultó la comparecencia de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, en San Lázaro, que se convirtió en un escenario en el que se levantaron las voces, se interrumpió, se exigió, se sacaron pancartas, se cuestionó, y se acorraló al funcionario, por parte de la oposición. La diputada Adriana Dávila, junto con un grupo de panistas, se tomaban selfies junto a él, mientras Durazo explicaba lo acontecido en Culiacán. Era tan evidente el jaloneo político como el número de curules vacías. Dicen que les importa mucho la seguridad, pero ni siquiera llenan el recinto. No logran entender que es desde las raíces como se podrá acabar con el flagelo. Irrespetuosos, el secretario guardó compostura. Y les recordó que ellos, los del PAN, dejaron al país en llamas. Déjenlo trabajar. Bitácora del director / En buen plan
La conferencia mañanera de ayer en Palacio Nacional –la número 232– marcó un antes y un después en la relación entre el Presidente de la República y los reporteros asignados a cubrir la fuente. Las partes venían de un encontronazo, ocurrido apenas el fin de semana anterior, cuando un grupo de periodistas que cubría la gira de Andrés Manuel López Obrador por Sonora se accidentó en un vehículo pobremente mantenido, proporcionado por el ayuntamiento morenista de Ciudad Obregón. El mandatario tocó fibras sensibles cuando dijo que a los ocupantes de la camioneta volcada no les había pasado gran cosa y luego, ante reclamos por lo sucedido, sugirió que mejor no acudieran a sus giras y se limitaran a asistir a las mañaneras en la Ciudad de México. Para informar sobre las giras, agregó, “lo podemos hacer nosotros”. El miércoles, la Presidencia realizó un ejercicio inédito de difusión de los hechos ocurridos en Culiacán 13 días antes, pero la falta de una ronda de preguntas y respuestas dejó muchas dudas sobre la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán. López Obrador ofreció atenderlas en una nueva mañanera, la celebrada ayer. Eso generó una gran expectativa. La conferencia inició en el estilo que ha predominado en esos ejercicios: con el Presidente otorgando la palabra a aquellos asistentes que suelen ponerle pichadas suaves, propias de una práctica de bateo, para que el Ejecutivo se vuele la barda.
Y así le hicieron una serie de preguntas sobre temas anodinos, como el viejo asunto de un video sobre el simulacro de un secuestro aéreo o el resultado de la Serie Mundial de beisbol y otras que nada tenían que ver con el Culiacanazo o no buscaban desenmarañar esa trama. Pasada media hora, la exasperación creció en el Salón Tesorería y varios reporteros a los que no se había dado la palabra comenzaron a gritar sus preguntas sin esperar el micrófono. Al ver esto, el Presidente se dispuso a navegar en la tormenta. “Vámonos sobre el tema. Tenemos tiempo, despacio…”. Paulatinamente, el tono de las preguntas y las respuestas fue subiendo de nivel.
—¿Quién dio la orden del operativo? –cuestionó Nelly San Martín, de la revista Proceso. —Ya se explicó ayer –quiso esquivar López Obrador. —No, no se establecieron responsabilidades. Ya molesto, el Presidente replicó: “Ah, no, ahora platicamos. No, no, no, no vamos a dejar ningún cabo suelto, porque no queremos dar pie al amarillismo, con todo respeto, ni a ninguna invención”. Y pasó la palabra al general Luis Cresencio Sandoval, ahí presente, igual que el resto de los integrantes del Gabinete de Seguridad. El militar hizo un resumen de la relatoría de hechos que se había presentado el día anterior, pero la reportera exigió que le respondieran la pregunta sin rodeos. “Espérate –intervino el Presidente–, te vamos a responder todo. Mire, general, sí dé el nombre del encargado responsable del operativo”. Y Sandoval no tuvo opción sino de revelar el nombre del titular del Grupo de Información y Análisis sobre el Narcotráfico (GIAN), organismo que ha logrado la detención de diversos capos del narcotráfico en años recientes y que, se dijo, depende de la Subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor. El dato, que no repetiré, provocaría que, más tarde, legisladores y especialistas acusaran al Presidente de poner en peligro, con su orden, la seguridad del militar mencionado. Pero no terminaría ahí la cosa. Ante nuevas preguntas, López Obrador dijo que los reporteros estaban “muy excitados”, lanzó un “¡ya basta!”, criticó la cobertura que distintos medios habían dado al Culiacanazo y citó una frase que Gustavo A. Madero endilgó a los periodistas que criticaban la gestión de su hermano, el presidente Francisco I. Madero: “Le muerden la mano a quien les quitó el bozal”. Ojalá que de la rispidez de ayer se pueda pasar pronto a la normalidad en la relación entre el Presidente y los medios: que los periodistas pregunten todo aquello que requiera conocer el interés público y el mandatario responda sin sentirse agredido. Como dijo el secretario Alfonso Durazo en la misma conferencia, que todo sea “en buen plan”.