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06:16 viernes 6 diciembre, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / ¿Terroristas en México?
Hace unos días, el presidente Donald Trump declaró en una entrevista en medios que su gobierno estaba próximo a designar a las bandas criminales en México ligadas al narcotráfico internacional como “grupos terroristas”, una categorización que da algunos poderes extra a autoridades estadounidenses para intervenir en las finanzas de estos grupos y de usar otras estrategias legales contra sus colaboradores. En México hubo señales de alarma, tanto de parte del gobierno mexicano como de analistas independientes. Vamos a empezar por lo primero. Los narcos no son terroristas. Usan el terror, sin duda, y merecen una respuesta mucho más coordinada y enérgica de parte de los dos gobiernos, de la que estamos viendo en este momento. Pero los grupos terroristas, por definición, son los que usan el terror para lograr fines políticos o ideológicos. Los grupos criminales en México (que son, en realidad, transnacionales, pero tienen su base y liderazgo en México) usan el terror para perseguir fines económicos y mercantiles. Se dedican a hacerse ricos a través de la producción, transporte y venta de drogas, así como otras actividades ilícitas, que van desde el robo de gasolina hasta la extorsión y el secuestro (dependiendo del grupo). Sin embargo, habría una ventaja clara en designarlos terroristas, que es que el gobierno de los Estados Unidos tendría más facultades para intervenir sus finanzas y de perseguir a sus colaboradores cercanos. Esto no está mal. Y no tendría un impacto directo en la soberanía de México, ya que estas acciones tomarían lugar en territorio estadounidense. Pero llamar terroristas a quienes no lo son podría tener algunas otras consecuencias negativas. Primero y antes que nada, la confusión conceptual se presta a un diagnóstico de la situación y el diseño de respuestas equivocado. Si bien parte de lo que se tiene que perseguir con estos grupos es degradar sus operaciones financieras y logísticas, también se tiene que crear un entramado legal en México —de policías y tribunales efectivos— que haga difícil que operen con impunidad. Y se tiene que tratar a los consumidores de las drogas, que son los mayores financiadores de estos grupos, como un problema de salud, no solamente como colaboradores de una empresa criminal. Una designación de los grupos criminales como “terroristas” podrían ser los colaboradores de estos grupos en Estados Unidos —pandillas, distribuidores locales de drogas, vendedores de armas y quizás hasta drogadictos— sujetos a ser enjuiciados por complicidad con el terrorismo. Esto abre una caja de pandora que podría ser muy difícil de cerrar. Lo dice bien el exembajador de México, Arturo Sarukhán, cuando hizo notar, por Twitter, que it’s the wrong tool and the wrong toolbox (“es la herramienta equivocada y el cajón incorrecto”). Es, sin duda, una herramienta poderosa, pero no apto para esta tarea. Pero el gobierno de EU cuenta con otra lista, la de Organizaciones de Crimen Transnacional (TCO’s), que son justamente para grupos criminales transnacionales como los que trafican drogas entre México y Estados Unidos. Y esa designación da poderes similares al gobierno estadounidense en materia financiera, sin confundir categorías y abrir la caja de pandora como lo hace la designación terrorista. Pero lo que corresponde no es meter a todos los grupos criminales en esta categoría de TCO, sino seleccionar a uno o dos de los grupos más violentos e ir con todo contra ellos, de forma coordinada entre el gobierno mexicano y estadounidense, como lo hicieron en algún momento contra Los Zetas. Así se acaba con los grupos más violentos primero y se envía la señal clara de que los grupos que empleen violencia sistemáticamente van a ser sujetos a medidas más agresivas por parte de los dos gobiernos. La finalidad no debe ser acabar con todos sino generar incentivos para que baje la violencia en el país. Y esto no quita que el gobierno mexicano necesita ser mucho más empeñado en construir las instituciones locales de justicia, que dificulten las operaciones de estos grupos delictivos, y que el gobierno estadounidense tiene que tomar la crisis de opioides (y de todas las drogas adictivas) con mucha, mucha más seriedad. Ahora es el momento de recobrar la cooperación en temas de seguridad entre los dos países, pero con una estrategia clara para bajar la violencia, persiguiendo a los grupos más sangrientos, y atacando el consumo de narcóticos al norte de la frontera y el débil estado de derecho al sur. Director del Instituto de
Políticas Migratorias
OPINIÓN / No desestimar las denuncias En cuestión de horas, el caso creció en redes sociales, pero fue hasta que los medios tradicionales de información retomaron la supuesta desaparición de Laura Karen Espíndola tras abordar un taxi de la Ciudad de México, que se detonó lo que constituyó todo un caso de bomba mediática, dado que las condiciones subyacentes —una acentuada sensibilización por el poderoso movimiento feminista que ha venido tomando mayor fuerza, unido al reciente asesinato de Abril Pérez Sagaón, luego de que esta denunciara ser objeto de violencia, asedio y amenazas en su contra por parte de su expareja—, hicieron a todo un país estar al pendiente de su situación, hasta que se notificó su retorno a casa sin ningún maltrato. Ciertamente la desaparición de la joven hizo disponer y movilizar una serie de recursos que podrían haberse encauzado a otros fines o búsquedas, pero también queda como buen ejemplo de lo que debe ser la respuesta de las autoridades y la sociedad ante la alerta emitida por una familia ante la desaparición de una de sus integrantes. En este sentido, no hay que dejar de actuar tal y como se hizo en ese momento. Este tipo de situaciones ocurren en todo el mundo, infinidad de casos se dan en los que la supuesta víctima miente para encubrir otra circunstancia en la que ha estado metido. Numerosos son los incidentes de desaparecidos que mueven a toda una sociedad y que más tarde se revela que no hubo tal peligro o riesgo. Fue el caso de Frida Sofía, la supuesta niña atrapada entre los escombros del Colegio Rébsamen tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017 —y que más tarde se supo que nunca existió, luego de que su caso llamara la atención de todo el país e incluso más allá de nuestras fronteras—, que puso en el foco de atención el poder que alcanza un rumor a través de las redes sociales cuando actúan en sinergia con los medios tradicionales de información. En el sentido opuesto, hacer pública la información disponible en casos de desapariciones también ha servido para llegar a una pronta resolución de los sucesos, como lo fue el de una bebé robada en abril pasado a las afueras del Hospital General y que pudo resolverse en solo 5 días gracias a la participación de la ciudadanía que se interesó en su búsqueda. El desenlace en la desaparición y afortunadamente posterior aparición con vida de Laura Karen Espíndola, quien no debe ser objeto de estigmatización y menos de agresión, no debería llevar a desestimar las denuncias ni dejar de seguir ante cualquier reporte los protocolos para búsqueda de personas. Por el contrario, se trató de un caso en el que se actuó con rapidez y en el que se conoció en pocas horas del paradero de una chica en momentos en los que toda la sociedad demanda atención a los casos de violencia contra la mujer.
Frentes Políticos 1. Presente. Víctor Villalobos Arámbula aprovechó la conferencia presidencial matutina para enviar un mensaje a los productores nacionales: Los precios de garantía en las cosechas evitan el intermediarismo y el coyotaje, además de estimular la producción. Instó al fortalecimiento del esquema para los granos básicos como trigo y arroz, de los cuales México históricamente ha sido altamente deficitario. Nada mal el saldo a presumir: se implementaron 4 programas estratégicos sobre producción de café, caña de azúcar, fertilizantes y crédito ganadero. Además, el titular de la Sader firmó un Memorando de Entendimiento con su contraparte de Guatemala para regularizar el ingreso de ganado bovino procedente de Centroamérica. Sencillo: si quieres que se note que trabajas, hazlo. 2. ¿Todos contentos? La Suprema Corte de Justicia de la Nación celebró la designación de Ana Margarita Ríos-Farjat como ministra del alto tribunal, luego que el Senado la eligió con 94 votos en favor. No se complicó llegar a los acuerdos cuando las tres mujeres en la terna tenían el visto bueno debido a sus trayectorias. Sin empantanarse, Ríos-Farjat fue designada en el Senado y la SCJN en próximas fechas celebrará la ceremonia donde se le impondrá la toga magisterial y se le hará entrega de la credencial y el distintivo correspondiente. Buena señal en estos tiempos de la 4T: salió Eduardo Medina Mora, en medio de una investigación por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera, y entrará en su lugar un excelente perfil. Aunque a algunos, como los panistas, no les agraden las decisiones y mucho menos su papel de minoría. 3. Aliados. El presidente Andrés Manuel López Obrador salió “muy contento” de la reunión que sostuvo ayer con empresarios, a la que calificó como “respetuosa”. Al preguntarle si lo “apapacharon” respondió: “sí y yo también”. Reveló que en la reunión regaló a los empresarios un ejemplar de su libro Hacia una economía moral, donde expone cómo debe conducirse la política económica a través de un enfoque austero y libre de corrupción. “Sería de mal gusto que hable de cómo me trataron en la casa los empresarios. Estoy muy contento, muy contento”, dijo. En la reunión se abordaron temas como el T-MEC y la discusión en el Congreso de EU, así como las vías para lograr el crecimiento del país a través de la inversión en infraestructura. Traducir esa felicidad a números negros… Y ya. 4. Las metáforas tricolores. Asegura Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, que Morena “es una ave de paso” que será vencida en las elecciones de 2021 con la renovación del tricolor, que entendió que la corrupción, soberbia y arrogancia los llevó a perder la presidencia del país. Aseguró que el PRI ha comenzado a escuchar a sus bases y ciudadanía. Agregó que Morena es un partido naciente que no tiene futuro por las ocurrencias que tiene al gobernar. Además de tirar bombas de lodo a sus opositores, Moreno resaltó que el PRI es un partido que impulsa la democracia, cuando es gobierno y oposición, lo que le ayudará a recobrar algunas gubernaturas el próximo año. Cuidado, el exceso de confianza es un ave de mal agüero. 5. En lo oscurito. Mientras las políticas ambientales en todo el mundo dan un giro hacia la protección del planeta, en México sólo apariencias. Greenpeace México informó que no avala el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, impulsado por los senadores Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI y Ricardo Monreal, de Morena, ya que deja abierta la posibilidad para que el sector industrial siga actuando con discrecionalidad al implementar medidas para reducir los plásticos de un solo uso. Destacó que la adopción de este acuerdo no ataca la raíz del problema ni propone soluciones reales y subrayó que el papel de los senadores es establecer el marco legislativo, no acuerdos con la industria. ¿Qué oscuros intereses se esconden ahí?
Bitácora del director / Acorralar a Trump es un peligro para México
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, anunció ayer que la mayoría demócrata activaría el proceso de juicio político contra el presidente Donald Trump por haber solicitado a un gobierno extranjero, el de Ucrania, que investigara a Joe Biden, su potencial rival en la carrera por la Casa Blanca en 2020.
El Comité Judicial de ese órgano legislativo deberá redactar los términos de la causa —articles of impeachment, en inglés— para someterlos al pleno.
Si la mayoría los vota a favor, Trump será sometido a un juicio político, en el que los integrantes de dicho comité fungirán como fiscales y el Senado como tribunal, en un procedimiento dirigido por el presidente de la Suprema Corte.
Será apenas la cuarta vez en la historia de Estados Unidos que se echa a andar el mecanismo de impeachment.
Las anteriores fueron contra los presidentes Andrew Jackson (1868), Richard Nixon (1974) y Bill Clinton (1999). El primer y tercer casos llegaron hasta el Senado donde, por falta de una mayoría calificada de dos tercios, no procedió la destitución del Presidente. En el de Nixon, éste renunció a su cargo cuando el proceso avanzaba en la Cámara de Representantes.
¿Qué puede pasar ahora? Se espera que la Cámara baja emita la acusación formal antes de que concluya el año y el juicio en el Senado se lleve a cabo en enero.
En el caso de Clinton, ese proceso duró poco más de un mes, del 7 de enero al 9 de febrero. Es probable que lo mismo ocurra esta vez. Y que termine igual: sin una mayoría calificada que vote por la destitución de Donald Trump.
Hay que recordar que el Senado está conformado por 53 republicanos y 45 demócratas. Eso hace muy difícil pensar en que el juicio termine de otra manera.
Éste será el segundo intento de la oposición demócrata por destituir a Trump.
Lo intentaron con el llamado Rusiagate, pero el informe presentado por el fiscal especial, Robert Mueller, no logró reunir suficientes evidencias de que Trump había recibido apoyos del gobierno de Vladimir Putin para hundir la campaña de Hillary Clinton, su rival en la carrera presidencial de 2016. Ahora buscarán hacerlo mediante el Ucraniagate, apoyados en testimonios recogidos en audiencias que se llevaron a cabo el mes pasado.
El interés electoral de los demócratas es evidente. Su propósito real no es destituir a Trump —pues saben que no tienen los votos en el Senado para lograrlo—, sino torpedear su frágil apoyo popular, con la esperanza de que pierda respaldo y pueda ser derrotado en la elección presidencial de noviembre entrante.
Para su pesar, los opositores carecen de un candidato fuerte para hacer frente a Trump, así que necesitan de un impulso adicional para sacarlo de la Casa Blanca.
Muy probablemente México será víctima de esa lucha.
Nuestro país esperaba que se aprobara pronto la versión renovada del acuerdo comercial de Norteamérica —el T-MEC, como lo denominamos aquí—, pero el anuncio de Pelosi no augura nada bueno.
Y no es sólo porque el impeachment retrasará la discusión del T-MEC en el Congreso estadunidense —es obvio que no puede competir con un proceso de destitución del Presidente de Estados Unidos y la oposición no querrá darle un triunfo político a Trump en estos momentos—, sino porque el Presidente estadunidense se puede ver inclinado a declarar que su país se sale del acuerdo vigente, el TLCAN, por la demora de los demócratas en aprobar la versión renegociada el año pasado.
¿Se imagina usted un arranque de 2020 en el que Trump anuncie que su país se sale del TLCAN, unas semanas después de haber inscrito a los cárteles de la droga mexicanos en la lista de organizaciones terroristas, cosa que se podría dar hoy viernes?
No cabe duda: un Trump acorralado puede ser un peligro para México.