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06:18 martes 11 junio, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / ¿Hay capacidad antisecuestro? El secuestro produce un sentimiento generalizado de repudio debido a que profundiza la percepción de vulnerabilidad y de que nadie está exento de ser blanco del crimen. Para quienes perpetran un plagio la población exige siempre las penas más altas, incluso la pena de muerte. Ante este delito parece que las autoridades topan con pared. Durante años –por no decir décadas– el país ha sido escenario de numerosos plagios sin que la mayoría haya sido resuelto. Políticos, empresarios, hombres, mujeres, estudiantes, viejos, jóvenes, famosos y no famosos… han sido víctimas de privación ilegal de la libertad. Muchos volvieron a recuperar la libertad, pero otros no. De acuerdo con registros de distintas organizaciones civiles, en la Ciudad de México los secuestros han aumentado en los últimos meses. Uno de los más recientes fue el de un estudiante universitario. Su cuerpo apareció sin vida el domingo, luego de que la última vez que se le vio fue la noche del martes 4 de junio al salir de la universidad en la que estudiaba. El reclamo y movilización de sus compañeros de estudios resultó insuficiente para que fuera encontrado sano y salvo. La autoridad no descarta una mala actuación de sus elementos, pues hay señalamientos de que hubo omisión en los primeros minutos de que los familiares denunciaron el secuestro. Los familiares de Norberto Ronquillo, el universitario secuestrado, y de cualquier otra persona desaparecida no pueden seguir escuchando como respuesta que se requiere que transcurran varias horas para que se configure un delito y se inicie cualquier investigación. Todo ciudadano víctima de algún delito —en la capital o en los estados— reclama únicamente el apoyo inmediato que como autoridad están obligados a otorgar. En el caso específico de Norberto la procuraduría local asegura que no habrá impunidad. Ese es justo el clamor social en este y en muchos casos más, ¿por qué sólo cuando la presión de la opinión pública se eleva se logra el compromiso de aclarar el caso? En una ciudad que ha invertido millones de pesos en seguridad, en instalación de centros de control, en más de 15 mil cámaras de videovigilancia en las calles y en 6 mil instaladas en el Sistema de Transporte Colectivo parece inaudito que la criminalidad tenga manga ancha para cometer ilícitos. La infraestructura antidelincuencia podría ser más robusta, pero al final del día si no se adquiere el compromiso de combatir el crimen, de poco servirá. OPINIÓN/ México, el nuevo muro de Trump
En su libro “El Secreto del Éxito”, Donald Trump delinea lo que es su filosofía frente a cualquier tipo de negociación: “Mucha gente dice que un buen negocio es cuando ambas partes ganan, pero eso es falso. En un negocio bueno, ganas tú y no la otra parte. Acabas con tu rival y te llevas la mejor parte. En las negociaciones que realmente me gustan, siempre voy por el triunfo total”. Viene a colación la cita porque existen fundadas dudas de los términos en que realmente se dio el acuerdo para evitar que Estados Unidos impusiera aranceles a los productos mexicanos que se comercializan en ese país. Mientras el gobierno de México trata de demostrar que fue una negociación exitosa, que frenó esa medida y que evitó daños al comercio y economía del país, Estados Unidos continúa con la presión a un gobierno que no atina a descifrar como defenderse ante los misiles retóricos del presidente estadounidense, que lo han llevado a la posición incómoda de justificar todo lo que les fue impuesto y que aún desconocemos los mexicanos. Trump afirma que, con el acuerdo, México frenará la migración hacia su país, el desplazamiento de 6 mil efectivos lo acredita. Trump reveló que el acuerdo incluye el compromiso de nuestro país de comprar a campesinos estadounidenses “grandes cantidades” de productos. El gobierno no lo había mencionado. Trump señala que hay partes del acuerdo que serán revelados más adelante y que involucran “votación del cuerpo legislativo de México” y el gobierno niega la existencia de un acuerdo secreto. Trump, con su acostumbrada costumbre de “patear el perro para después acariciarlo”, hábilmente metió al gobierno mexicano en la dinámica de ofrecer un acuerdo ante las amenazas, cuando entre Estados soberanos y, menos, entre vecinos, pueden existir ese tipo de chantajes. Reconocemos el esfuerzo del canciller Marcelo Ebrard para sacar al gobierno federal de la difícil situación en que lo ubicó el presidente norteamericano, pero Donald Trump, como hábil negociador que es, logró su objetivo cantado a los cuatro vientos, en el sentido de que levantaría un muro en la frontera entre los dos países y que México lo pagaría. El muro se levantó en la frontera sur de nuestro país, con 6 mil elementos de la guardia civil y se reforzó en la frontera norte de México, con el compromiso de recibir a los migrantes centroamericanos que Estados Unidos no quiera, para que seamos, de facto, Tercer País Seguro, con los gastos que ello implica y pese a que el gobierno mexicano lo venía negando. Estados Unidos logró, una vez más, imponer su voluntad (“En un negocio bueno, ganas tú y no la otra parte”), exhibiendo a un gobierno mexicano debilitado, que solo alcanzó a evitar mayor daño a su maltrecha dignidad. En términos futbolísticos: Ebrard y su equipo, fueron a jugar de visitantes. La diferencia: El dueño del equipo rival fue por el triunfo total, mientras el del equipo mexicano, rogó porque no golearan a su equipo. Con esa mentalidad, el acuerdo, cuyos verdaderos términos demandamos se den a conocer, México se erigió en el muro que Trump tanto pregonó y sucumbió ante las presiones, para permitir el inmoral doble rasero del que habló el Diputado Porfirio Muñoz Ledo: En la frontera norte, pedir nos abran la puerta, mientras en la frontera sur, aceptamos cerrarla para hacerle el oscuro favor a Estados Unidos. Frentes Políticos
1. “Es para hoy”. Esta frase tan socorrida por padres y abuelos de la vieja escuela aplica para llamar la atención, y para que no le den tantas vueltas los encargados de echar a andar un proyecto que, por su grandeza, es el más importante de la Cuarta Transformación, el Tren Maya. ¡Que digan de una vez por todas si va o no va! Raúl Eduardo Bonifaz Moedano, presidente de la Comisión de Asuntos Frontera Sur, anunció el tercer Foro Legislativo-Académico El Tren Maya, el próximo 14 de junio en Palenque, Chiapas. Se pretende conocer la opinión de los académicos e investigadores sobre el proyecto. Participarán investigadores del Conacyt, del Colegio de la Frontera Sur, de organizaciones ambientalistas de la sociedad civil, legisladores, funcionarios públicos y pobladores. Nada más, rapidito, por favor. El desarrollo urge. 2. A cuentas. Jesús Orta Martínez, secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, fue citado por el Congreso para que la próxima semana informe sobre el estado y condiciones de la criminalidad en la Ciudad de México, particularmente el secuestro. El caso de Norberto Ronquillo, estudiante universitario a quien los secuestradores mataron a pesar de haberse pagado el rescate, es un tema que daría mucho de qué hablar. Por lo pronto, se sabe que la policía capitalina, al hallar el automóvil de la víctima, no preservó evidencia ni notificó a la Procuraduría General de Justicia de la CDMX para que peritos lo analizaran y ¡se llevaron el vehículo manejando! El descuido en la investigación muestra un desdén épico. A Orta se le vino el mundo encima. Que el secretario no sabía nada, dice. ¿En manos de quién estamos? 3. Desesperanza. Algo se movió en la sociedad tras el hallazgo del cadáver del estudiante de la Universidad del Pedregal, Norberto Ronquillo, en una zona boscosa de la alcaldía de Xochimilco. Y la sacudida le pega a todos. La diputada promovente Gabriela Salido lo lamentó e indicó que comparte la indignación de familiares y amigos. Precisó que su bancada, del PAN, reprueba los hechos y demanda apoyo a la familia de Norberto. El diputado Víctor Hugo Lobo, del PRD, señaló que no podían permitir ni un error más de las autoridades locales y mucho menos permitir que sigan echando culpas a administraciones pasadas. Carlos Hernández Mirón, de Morena, reconoció que la inseguridad ya no puede continuar. ¿Y qué hacemos todos para acabar con esta maldita violencia? 4. Simples espectadores. Hay ocasiones en que las declaraciones de los funcionarios son de risa. Raúl Morón Orozco, presidente municipal de Morelia, reconoció la presencia, en la capital michoacana, de grupos delincuenciales que se disputan el control de la plaza. Aseveró que los recientes asesinatos y ataques dan muestra de que hay grupos queriendo asentarse en Morelia, aunque evitó dar nombres o siglas de las células criminales involucradas. Y mientras él deduce desde la comodidad del Ayuntamiento qué es lo que sucede, en las calles los criminales provocan pánico. Apenas la madrugada del lunes un hombre fue incinerado. No importan las siglas: ¡acabe con ellos! ¿O tampoco puede? 5. Papa caliente. Senadores del PRI, del PRD y de Morena aseguraron que analizarán con responsabilidad los documentos para la ratificación del Tratado Comercial entre México, EU y Canadá. Manuel Añorve Baños, del PRI, y Omar Obed Maceda, del PRD, confiaron en que se lograrán los consensos para avalar ese acuerdo, por el bien de México. “Lo vamos hacer con mucha responsabilidad”, externó el senador del PRI. Afirmó que en su bancada están listos para enfrentar con responsabilidad ese proceso. Mientras tanto, Obed Maceda dijo que su bancada es positiva en relación con ese tema y no hace críticas a ultranza, pero también lo analizarán responsablemente. Lo que se requiere es velocidad. Señores legisladores, no sean ustedes a quienes se les queme en las manos el T-MEC, es papa caliente, por favor. Bitácora del director / Quédate en México Parte de los acuerdos entre México y Estados Unidos en materia migratoria, anunciados el viernes 7, prevé la ampliación del programa –aceptado por México en diciembre pasado– mediante el cual los solicitantes de asilo en EU son enviados al sur de la frontera mientras esperan su audiencia ante un juez que determina la validez de su petición. Hasta la semana pasada, 10 mil 393 centroamericanos habían sido colocados en dicho programa, formalmente llamado Migrant Protection Protocols (MPP) y conocido como Remain in Mexico (Quédate en México). En menos de un mes, el número se dobló, pues eran 5 mil 273 al 13 de mayo. El MPP comenzó a operar el 24 de enero, luego de que fuera aceptado por México, “por razones humanitarias”, el 20 de diciembre, como una forma de atender la saturación de los centros de reclusión para migrantes indocumentados en EU. Actualmente, la oficina de Inmigración y Aduanas del gobierno estadunidense (ICE) tiene la capacidad de mantener en reclusión a un promedio diario de 38 mil personas. Cada una cuesta al erario unos 145 dólares al día. Desde antes de que se incrementara el flujo de migrantes hacia la frontera de México y Estados Unidos, dichos centros ya se encontraban rebasados. Por falta de capacidad, muchos de los que son detenidos al cruzar hacia Estados Unidos o territorio adentro son liberados con la consigna de presentarse en una audiencia ante un juez. De acuerdo con estadísticas oficiales, nueve de cada diez no llegan a la cita. Eso llevó al gobierno de Trump a negociar con México el MPP, que está regido por la sección 235 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Hasta ahora ha funcionado con tres puertas: en San Diego-Tijuana, Calexico-Mexicali y El Paso-Ciudad Juárez. De acuerdo con la página web del ICE, quienes pueden acceder a dicho programa son migrantes que entraron ilegalmente a Estados Unidos desde México y luego solicitaron asilo. Los menores de edad no acompañados están excluidos del programa y deben permanecer en territorio estadunidense. Como digo arriba, los peticionarios de asilo que reciben una cita para presentarse ante un juez de inmigración son conducidos a México y readmitidos exclusivamente para acudir a ella. El tiempo de espera al sur de la frontera usualmente es de meses. Durante los últimos 25 días, el número de migrantes enviados a México bajo este programa ha promediado unos 400 al día. Si esto sigue así, para finales de año podrían ser unos 78 mil los regresados. Sin embargo, los acuerdos recientes anunciados en Washington prevén que se abran puertas adicionales para el MPP a lo largo de la frontera, por lo que el número podría incrementarse aún más. México aceptó la expansión del programa pese a que éste ha sido combatido en las cortes estadunidenses. Organizaciones promigrantes consideran que el hecho de que los peticionarios de asilo sean enviados al sur de la frontera los deja sin una adecuada defensa. A principios de mayo, un panel de jueces dio permiso al gobierno de Trump de continuar con el programa en lo que se pronuncia sobre el fondo. Peor aún, la delegación mexicana suscribió esa parte del acuerdo pese a la presión que los migrantes centroamericanos y otros –tanto los retornados como aquellos que no han podido llegar a Estados Unidos– han significado para las finanzas de ciudades como Tijuana. Según el acuerdo, México será responsable de dotarlos de servicios de salud y educación, además de permitirles trabajar. Suena razonable que, ante la amenaza de aplicar aranceles a las exportaciones de México a EU, la representación mexicana haya aceptado temas difíciles de manejar, como éste. Pero ahora el gobierno tendrá que decir cómo espera lograrlo.