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06:25 miércoles 12 junio, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / Migración: México, a prueba La exigencia del gobierno estadounidense de que México frene la llegada de migrantes centroamericanos —o de cualquier otra nacionalidad— a su frontera sur pondrá a prueba muchos aspectos en nuestro país: el sistema migratorio, la capacidad gubernamental para atender a miles de solicitantes pero principalmente el sentimiento de tolerancia hacia el extranjero. La situación no se vislumbra fácil. Por un lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que los programas federales se ampliarán en la frontera sur con el objetivo de tener más fuentes de empleo que ofrecer a los migrantes de Centroamérica. Sin embargo, de acuerdo con una encuesta que hoy publica EL UNIVERSAL, en tres meses creció el porcentaje de personas que está de acuerdo en impedir el ingreso a todos los que llegan sin documentos y casi 60% se declara en contra de que se les otorgue refugio. Una proporción similar rechaza que se les otorgue visas de trabajo. Para la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el país tiene una población refugiada pequeña en comparación con el total de habitantes. Con seguridad el país puede dar refugio a más migrantes, la cuestión es que esa salida nunca le interesó a gobiernos anteriores. En los hechos, durante años se impulsó la migración. Se dejó crecer el fenómeno sin poner orden en el tránsito de centroamericanos. Las bandas de traficantes de personas operaban libremente. La Bestia se volvió incluso un término bastante conocido para referirse al ferrocarril al que solían trepar los migrantes para trasladarse del sureste al centro del país. Ahora que el gobierno estadounidense presiona a México para poner un alto al flujo migratorio, surgen las debilidades operativas para dar orden al caos fronterizo. La tradición ganada en el siglo XX, de ser un país que recibe a quienes huyen de regímenes nada democráticos o de naciones en situación de guerra, no ha prevalecido en lo que va del actual siglo. Esta semana se cumplieron 80 años de que México acogió a exiliados españoles que huían de la guerra civil y de la dictadura franquista. Hace décadas chilenos, argentinos y uruguayos también decidieron emigrar a México tras vivir experiencias de gobiernos militares. Esos hechos parecen haber quedado en el olvido. Ahora en México comienzan a ser mayoría los que están en contra del extraño. No se puede olvidar que durante décadas esa misma situación la vivieron aquellos connacionales que emigraron a Estados Unidos en busca de mejor calidad de vida. Nadie pide una entrada masiva, sino un flujo ordenado y regulado. Gobierno y sociedad mexicanas están a prueba. OPINIÓN / Trump y su payaso de las cachetadas
La implacable y amenazante presión de Trump arrancó a tirabuzón al gobierno de AMLO la aceptación de que el acuerdo para evitar momentáneamente la imposición de aranceles incluiría —si fracasan las medidas emprendidas por México— el compromiso de reformar en el Congreso nuestra legislación migratoria en dos aspectos centrales que le adelanté aquí en la entrega pasada: que asumamos el estatus de tercer país seguro y/o nos sumemos a un acuerdo regional en el que México reciba a los migrantes guatemaltecos solicitantes de asilo y Guatemala a hondureños y salvadoreños. Mientras la 4T echaba las campanas al vuelo celebrando el sábado en Tijuana que había conjurado la amenaza de los aranceles, Trump soltaba vía Twitter que había partes no reveladas del acuerdo que en su momento daría a conocer. El lunes pasado el canciller Marcelo Ebrard, dueño total del protagonismo de la mañanera de AMLO, rechazaba que hubiera un acuerdo secreto. Eso sí, abundó sobre el contenido de lo pactado: el despliegue de seis mil efectivos de la Guardia Nacional a lo largo de la frontera sur y la aceptación de recibir aquí a los migrantes solicitantes de asilo que Estados Unidos devuelva hasta que se resuelva su situación. Ebrard también informó que se fijó un plazo de 90 días (con una evaluación a los 45) para demostrar que esas medidas reducirán significativamente el flujo migratorio y que, si no, Estados Unidos replantearía la imposición de aranceles. La condición no es menor y la amenaza arancelaria nos tiene agarrados del cogote. El propio Ebrard aceptó que entrarle a una guerra comercial con EU provocaría en México una crisis económica mayúscula. Estimó que sería como aumentar de golpe el IVA en 10%, perder un millón 200 mil empleos y bajar en un punto el PIB. Pero ese mismo lunes Trump volvió al ataque: “hay otra importante parte del trato… será revelada en un futuro no distante… vamos a necesitar el voto del Congreso mexicano… ellos lo anunciarán… no creo que lo puedan negar por mucho tiempo”. Ayer, otra vez en la mañanera, Ebrard reconoció que EU ha insistido que México se convierta en tercer país seguro, pero que eso estaría sometido a nuevas negociaciones si fracasara el plan implementado por nuestro país para contener la inmigración. Y Trump no arrió bandera: en la tarde insistió y sacó de la manga un documento que fue fotografiado por Reuters, lo que permitió ver que en él se plantea un plan regional de asilo para compartir la carga, y el compromiso de México de revisar y probablemente cambiar su legislación migratoria. Tras conocerse esa noticia, Ebrard convocó de urgencia a una conferencia de prensa en la que hizo público el informe detallado sobre la negociación enviado ayer mismo al Senado. Ahí reconoció que todavía el viernes pasado por la tarde, la posición estadounidense era: aranceles o tercer país seguro. México rechazó la aceptación de ese estatus y contrapropuso un sistema de gestión migratoria de carácter regional que involucrara a los países centroamericanos. Insistió que no hay nada oculto, que no le apuesta a fracasar en los 45 días acordados para contener la migración, aunque reconoció que si los resultados no convencen a Trump se abriría otra negociación en la que, en todo caso, podrían explorarse otros estatus como el de primer país de asilo (que los acoja el que primero les dé protección) o el reabastecimiento de refugiados (que sean llevados a otros países que los acepten). El estatus de tercer país seguro surgió de la Convención sobre el Estatuto de Refugiados firmado en Ginebra en 1951. Así se resume el concepto: cuando una persona sale de su país para solicitar asilo en otro, ese segundo puede negarse a recibirlo y remitirlo a un tercero que se considere pueda darle las mismas atenciones. No parece que México pudiera darle a los migrantes centroamericanos las mismas atenciones que Estados Unidos, a menos que éste aporte el financiamiento necesario para que como Turquía (tercer país seguro de la Unión Europea) pueda recibir y atender a los refugiados sirios. México, en efecto, frenó por lo pronto la aplicación de aranceles y ganó 45 días para demostrar que es viable su propuesta para contener la migración de centroamericanos. Acaso lo logre, pero eso no lo librará de un Trump que, aislado en lo interno, ha emprendido su campaña por la reelección y que, para complacer a sus votantes, agarra a México como el payaso de las cachetadas.
Instantáneas: 1. COYUNTURAS. En el plazo de 90 días fijado para la revisión de los acordado entre México y EU habrá eventos que no deben perderse de vista porque podrían incidir en los términos de la evaluación: Trump iniciará su precampaña el próximo martes 18 de junio; en ese contexto se prevé que el 31 de agosto estaría ofreciendo a su electorado más incentivos, por lo que podría demandar a México nuevas exigencias económicas; el 8 de septiembre, la SHCP deberá entregar el borrador del Presupuesto 2020; el 30 de septiembre culminará el año fiscal estadounidense y el tema del déficit comercial de ese país con México seguramente influirá en el Presupuesto que presente Trump al Capitolio; antes del 30 de septiembre, el T-MEC deberá estar aprobado por los tres países signatarios; y el 21 de octubre habrá elecciones federales en Canadá y el nivel de popularidad del primer ministro Justin Trudeau va a la baja. 2. ¿Y EL JITOMATE? En los tuitazos de Trump respecto al acuerdo con México, dijo desde el viernes que México aceptó comprar más productos agropecuarios a los Estados Unidos. Nada hay al respecto según la cancillería mexicana. Lo que sí hay es que desde la semana pasada se aplica un arancel de 17.5% al jitomate mexicano de exportación. Se impuso, en franca violación al aun vigente TLCAN por la fuerte competencia de nuestro producto en el mercado estadounidense. Y la Secretaría de Economía no ha dicho nada. 3. BOLAS. Ayer en dos ocasiones, a las ocho de la mañana y a las cinco de la tarde, la Secretaría de Salud suspendió la junta de aclaraciones relacionada con la licitación de la compra consolidada de medicamentos. La razón: no terminaron de responder el cúmulo de preguntas que se hicieron. ¿Qué quiere decir? Que ya se les enredó la piola y que el riesgo de desabasto es latente si no continúan con los contratos de la licitación del año pasado. 4. PUENTE. Antes de solicitar licencia como gobernador de Campeche para contender por la dirigencia nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas puso en operación el nuevo puente de La Unidad. Compromiso prioritario de su campaña, la obra, con 3.2 kilómetros de longitud (el segundo más largo de México) une las ciudades de Campeche y Ciudad del Carmen. Lo acompañó en la inauguración el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.
Frentes Políticos 1. Umbral de dolor. Lo que ha sufrido Norelia Hernández en esta semana sólo ella lo sabe. La madre de Norberto Ronquillo aseguró que en el secuestro y asesinato de su hijo “no todo es culpa del gobierno”. Con una mesura inusual en medio de la tormenta, afirmó que “no podemos dejarle al gobierno todo. Como ciudadanos, como padres, cada quien en nuestra casa tenemos que hacer lo propio, las autoridades por más que hagan, si todos los niños del futuro vienen sin moral, lo van a seguir haciendo, sé que hay mucha negligencia, pero se pueden cambiar las cosas”, y añadió: “No oren por mí, porque yo estoy bien… oren por las personas que tienen lastimados sus corazones, por todas esas personas que piden dinero, que trabajan de una mala manera”. Justicia es lo mínimo que se merece. Y por favor, no politicemos el asunto. 2. Legado. Hay gobiernos que detectan los problemas de fondo y actúan en consecuencia. Como Hidalgo. El gobernador Omar Fayad inauguró el parque fotovoltaico Guajiro de Atlas Renewable Energy, que producirá 300 GWh de energía anualmente, el equivalente a cubrir la demanda de 120 mil familias, que son las que habitan en Pachuca y Tulancingo, en conjunto. Día histórico para la entidad que registra el primer gran proyecto de energías renovables y, con ello, “ingresa a la agenda energética, actividad a la que se suma la formación de la Agencia Estatal de Energía, la creación de leyes y la reglamentación del tema para impulsar proyectos como éste de manera exitosa”, precisó el mandatario. La inversión fue de más de dos mil 300 mdp. Hay gobernadores que dejan huella. Otros sólo pasan. 3. Usted disculpe. Finalmente, Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, casi dio la cara. Decidió no comparecer ante un juez en relación con la compra irregular de una planta de fertilizantes en 2013, debido a que “no hay garantías” de que se respeten sus derechos. Javier Coello Trejo, su abogado, aseguró que todo indica que, si asiste a la diligencia, ahí podrían aprehenderlo. El propio Lozoya escribió una carta a la opinión pública, en la que explicó sus razones. Además, culpó a los medios de comunicación: “Ha habido una persecución mediática en mi contra desde 2017, en donde se me ha acusado, juzgado y condenado, violando en mi perjuicio los derechos humanos consagrados en la Constitución y tratados internacionales”. ¡Qué fácil escudarse tras el miedo! No fue la prensa quien lo puso bajo sospecha. ¿O sí? 4. A marchas forzadas. El canciller mexicano Marcelo Ebrard apostó por que el gobierno mexicano logrará la reducción del flujo migratorio exigida por Estados Unidos en un plazo de 45 días, fijado por el presidente Donald Trump en el acuerdo migratorio que se concretó el pasado viernes en Washington. Explicó que, por ahora, el gobierno mexicano está concentrado en las acciones y lograr resultados, “y si después de los 45 días debemos ir a negociar, lo haremos sobre temas migratorios, pero no sobre aranceles”. El funcionario se declaró confiado en que México va tener éxito en la tarea acordada con EU y que no piensa en fracasar. Histórica labor la del secretario de Relaciones Exteriores, quien va como en caballo de hacienda… y bajo presión. 5. Entercado. A Alejandro Alito Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche, no le importa dejar tirado al estado con tal de perseguir su sueño de dirigir el PRI nacional. Su prioridad dejó de ser la ciudadanía y prueba de ello es lo que publicó el estudio semanal de la Coparmex, que al analizar la deuda en los estados, sorpresa, Campeche es la entidad que más incrementó su deuda per capita en el último año. Los campechanos lo tachan de traidor, que se va para satisfacer una aspiración personal, abandonando su compromiso con los electores que en 2015 lo llevaron a la gubernatura. Se preguntan si los endeudó para pagar su campaña. Y lo más desagradable, hasta Francisco Labastida, priista de cepa, augura la extinción del PRI si Moreno vence en las elecciones. De ese tamaño el riesgo. Bitácora del director / El rey del spin En la jerga política estadunidense se utiliza el verbo to spin (hilar) para referirse a la acción de construir la interpretación de un hecho que resulte favorable a los ojos de la opinión pública. Aparentemente, el uso de spin aplicado a la política proviene de la navegación. Y es que cuando los marineros se daban a la tarea de tejer cuerdas a partir de hilos, hacían más amena la rutina contando historias, frecuentemente adornadas y exageradas. En los años 80 aparecieron los llamados spin doctors –asesores o publicistas o encuestadores o voceros o discurseros y, a veces, todo lo anterior– especializados en dorar la píldora antes de dársela a tragar a los opinadores y analistas de la información. Por ejemplo, ese fue el papel que jugó Kellyanne Conway durante la campaña presidencial de Donald Trump. Aparecía como invitada en programas noticiosos donde reinterpretaba las declaraciones muy polémicas del candidato republicano. Conway terminó siendo víctima de su propio éxito cuando, días después de la toma de posesión, intentó salvar al efímero primer vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, cuando éste se topó con su primer problema con la prensa, respecto del número de asistentes a la toma de posesión de Trump. A Conway se le ocurrió llamar “hecho alternativo” a la afirmación de Spicer de que Trump tuvo el mayor poder de convocatoria para una toma de posesión. Con ello, metamorfoseó en el personaje basado en ella misma que había popularizado la actriz Kate McKinnon en Saturday Night Live. Aunque no existe una traducción al español de spin y spin doctor, esa práctica y ese oficio han existido desde hace mucho en la política mexicana. Por ejemplo, es frecuente que coordinadores de comunicación social llamen por teléfono a reporteros y editores para tratar de influir en su visión sobre algún dicho o hecho de interés periodístico, buscando realzar o aplacar o torcer su cobertura. Sin embargo, en más de tres décadas en este oficio nunca he visto a un político mexicano más diestro en el spin que Andrés Manuel López Obrador. Su capacidad de reinterpretar los hechos en su favor es parte de la razón por la que no necesita un vocero: nadie podría hacerlo mejor que él. Solo, sin necesidad de ayuda, el hoy Presidente de México se mete en problemas y solo sale de ellos. Cuando parece que ha dicho algo devastador para su imagen ante la opinión pública, aplica un spin que termina mareando a los reporteros que lo cubren y, a juzgar por las encuestas, convenciendo y hasta enamorando a parte importante de la opinión pública. El estilo y la técnica de López Obrador para comunicar tendrían que ser motivo de un libro y de ninguna manera caben en este espacio. Baste decir que el Presidente domina muchos de los recursos que han utilizado los más famosos spin doctors: callar, hacer gestos, irse por la tangente, repetir hasta la saciedad, etcétera. Una prueba de la maestría de un spin doctor es convertir una victoria pírrica en un triunfo épico (cuando menos en la interpretación pública prevaleciente de los hechos). En su primer semestre en la Presidencia, el tabasqueño ha hecho eso cuando menos dos veces: en la lucha contra el huachicoleo y en la reciente negociación con Estados Unidos. En ambas ocasiones escuché tanto a ciudadanos de a pie como a avezados analistas y reporteros por los que tengo respeto comprarse completa la interpretación que les vendió López Obrador. Hasta ahora, las conferencias mañaneras han sido una fábrica muy eficiente para reempacar los hechos. De lo único que deberá cuidarse el spin doctor Presidente es de no cometer el error de Conway: volverse una caricatura de sí mismo.