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06:11 jueves 15 agosto, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / Inflación a la baja y exceso de cautela de Banxico Las gráficas publicadas por EL UNIVERSAL el viernes anterior de la inflación al consumidor, subyacente y no subyacente, fueron claras y elocuentes al mostrar una tendencia a la baja registrando tasas anuales a julio de 3.78%, 3.82% y 3.64%, respectivamente. Luego del ligero rebote ocurrido en marzo y abril pasado, la trayectoria de la inflación ha sido apoyada por una fuerte reducción de la no subyacente que contiene “los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado”, entre los que se encuentran los precios y tarifas administrados por el gobierno. El tipo de cambio también ha contribuido en el descenso de los precios, puesto que desde principios de diciembre de 2018 ha mostrado una significativa apreciación, usándolo el Banco de México (Banxico) como ancla antinflacionaria, apoyado en una política monetaria restrictiva, esto es, las elevadas tasas han hecho atractivas las inversiones en pesos, fortaleciendo la divisa. Banxico había utilizado la posibilidad de una política fiscal expansiva en un pasado para mantener una postura restrictiva, pero desde hace rato se ha quedado sin ese argumento, por lo que ahora esgrime como justificación la cautela ante posibles choques externos o su obsesión por las repercusiones inflacionarias de los aumentos salariales. De los tres sobresaltos que ha registrado la paridad cambiaria desde entonces, dos se le pueden atribuir a Donald Trump y otro a Argentina: el primero ocurrió a finales de mayo y principios de junio, cuando amenazó a México con imponerle aranceles a sus exportaciones si no controlaba el flujo de indocumentados centroamericanos en su territorio; el segundo, a principios de agosto cuando anunció un arancel de 10% al resto de las importaciones chinas a partir del 1 de septiembre y la potencia asiática respondió con una devaluación del yuan; el tercero se desató con la derrota del presidente Mauricio Macri y del surgimiento del temor de un default de la deuda argentina. La presión en el tipo de cambio se desinfló con la noticia de que la aplicación de aranceles contra China se pospondría al 15 de diciembre, pero ayer resurgió con el fantasma de una recesión global que provocó aversión al riesgo, por lo que el dólar interbancario cerró en 19.7275 pesos. México se ha beneficiado de la política proteccionista de Trump contra China. El valor de las importaciones a Estados Unidos (EU) desde México subió 6.3% durante el primer semestre de 2019 a 179 mil 612 millones de dólares respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que el monto de las procedentes de China cayó 12.4% a 219 mil 44 millones de dólares, por lo que la apreciación del peso por lo pronto no ha afectado el flujo de bienes y servicios hacia EU. Sin embargo, a pesar de la fortaleza del peso, las exportaciones de EU hacia México cayeron 1.7% a 129 mil 274 millones de dólares en la primera mitad del año, como un claro reflejo de la menor actividad económica en el país, que cada vez se generaliza más en diversos indicadores, siendo los referentes trabajadores asegurados ante el IMSS de julio los que dieron una preocupante señal de debilitamiento. Es comprensible que Banxico quiera mantener la credibilidad y dar una señal de autonomía en su afán de lograr que la inflación regrese a la banda ubicada por debajo de 4% de la que se salió momentáneamente en abril y mayo; sin embargo, resulta preocupante que pase por alto las claras evidencias de debilitamiento económico provocadas en parte por una política monetaria restrictiva y por una agresiva austeridad del gasto, que ha sido agravada por los habituales retrasos en los inicios de cada administración y por la estrategia de conseguir “ahorros” para liberar recursos a favor de las empresas productivas del Estado. Banxico tampoco tendría que preocuparse de la inflación al productor a pesar del repunte registrado en julio, puesto que las tasas anuales de bienes finales, intermedios y de la producción total fueron de 3.60%, 2.91% y 3.38% respectivamente, luego de que ha mostrado una franca tendencia a la baja desde finales de 2018. Solamente Argentina y Turquía tienen tasas de interés más elevadas que México, pero con la diferencia de que son países que están envueltos en crisis financieras y de balanza de pagos, por lo que han tenido que elevarlas para contener la salida de capitales. En contraste, nuestro país presenta disciplina fiscal, un déficit de cuenta corriente en términos del PIB por debajo de 2% y una inflación a la baja que incluso ha superado las previsiones del banco central. Ante la fuerte desaceleración de la economía mundial propiciada por la guerra comercial entre EU y China, las amenazas proteccionistas (Brexit) y conflictos geopolíticos, el Fondo Monetario Internacional sugirió que los bancos centrales relajen su política monetaria, al dar a conocer la actualización de sus perspectivas de la economía mundial el 23 de julio. En las siguientes semanas ello sucedió en varios países y esperaríamos que en México no sea la excepción. Sin embargo, la preocupación estriba en que la Junta de Gobierno de Banxico decida no reducir la tasa de interés. En la pasada reunión, sólo uno de sus integrantes votó por su baja; otro se mantuvo dubitativo, pero se inclinó a no moverla y los tres restantes francamente en contra de reducirla, reconociendo implícitamente que tienen que mantenerla elevada para compensar el riesgo. Ojalá no les gane la obstinación de llevar la contra. Catedrático de la EST-IPN [email protected] OPINIÓN / Sobre Mirreyes, élites y la ilusión del mérito La temática de las últimas semanas ha girado en torno a la desigualdad que vivimos en México. Desde la publicación de la reciente encuesta del INEGI, donde vemos la diferencia abismal de ingresos entre ricos y pobres, hasta el estallido en las redes sociales sobre si existe o no la pigmentocracia, tema que Estefanía Veloz puso sobre la mesa. Al final, todo acaba por confluir en los esquemas de desigualdad que perpetramos como sociedad, de los privilegios que solapamos; acaso de la forma más inconsciente posible. Las causas son variadas y de distinta índole. Pero hay algunas fundamentales, profundas, que tenemos tan arraigadas en nuestra psique colectiva que valen la pena recordarlas. Hace unos meses escribí sobre esto, retomo partes del argumento. Empiezo con eso que atinadamente Fernando Escalante ha denominado como la “ilusión meritocrática”(1), producto de la ideología neoliberal. Esa idea de que cada quien tiene lo que se merece. Que si uno trabaja, le irá mejor. Las conclusiones se antojan casi de sentido común: los de abajo, los pobres, están ahí porque quieren, por flojos. Son sátrapas sociales que no quieren trabajar. Y así la desigualdad es una expresión de la justicia, ya que ésta se produce por el mérito de unos sobre otros. Es más: intentar reducirla, o eliminarla, tendría efectos contraproducentes, ya que al realizar un ejercicio redistributivo –por la vía de impuestos, o de programas sociales, por ejemplo- se eliminaría la responsabilidad individual. Cualquier redistribución del ingreso castiga a los que han tenido éxito –a esos que han ganado más y, por tanto, lo merecen- y reproduce esquemas rentistas, parasitarios, de los menos aventajados. El resultado es que tenemos una élite con una total falta de empatía. La ilusión meritocrática ha llevado a las élites a pensar en términos binarios en cuanto a lo social: hay exitosos y hay fracasados. Esto es común en la cultura estadounidense desde el siglo XIX, pero como programa ideológico, político y cultural ha tenido tanto éxito que se ha adoptado con naturalidad en casi todo el mundo. Los integrantes de esas élites no solo se precian de ser exitosos, no solo creen que se lo merecen y creen que también los pobres merecen ser pobres porque no trabajan lo suficiente, sino que además no tienen empacho en mostrarlo, en vociferar al mundo cuánto ganan, cuánto tienen, cuánto valen. El atractivo de la vida de los Mirreyes, su éxito en redes sociales y revistas del corazón, se debe a que son una muestra clarísima de la ideología de nuestros tiempos: no solo gasten, muéstrenlo. Muéstrenlo porque se lo merecen, se lo ganaron de alguna u otra manera. No importa que lo hayan heredado, no importa que hayan tenido oportunidades que el 99% de la población no tiene, tampoco importa mucho que el sistema esté diseñado para privilegiar la concentración de riquezas y privilegios y que sean beneficiarios de eso. No importa que ese sistema esté estructurado de tal manera que color de piel incida en las oportunidades vitales que cada uno tiene (esto es lo que significa “pigmentocracia”, por cierto); y tampoco importa que cada vez
más el mercado vaya estratificando a la sociedad al poner precios prohibitivos a ciertos eventos, en donde la élite se concentra y únicamente se ve al ombligo (este es el punto del debate sobre la Fórmula Uno). Eso es lo de menos. Se lo merecen porque son ricos y son ricos porque se lo merecen, así que no tiene nada de malo que lo ostenten. Al contrario: de esa forma les revelan a los menos aventajados lo que pueden tener, les están haciendo un bien al enseñarles lo que pueden lograr si tan solo se esforzaran un poco, un poquito más. El problema es que tenemos élites ciegas, que creen que se merecen lo que tienen y no ven su posición social deviene de una red de privilegios tejida a lo largo del tiempo por diversas circunstancias, en las que ellos no tuvieron nada que ver. Y si no empezamos a tomar consciencia que lo mismo pasa con la pobreza, vamos a seguir viviendo en una sociedad enferma. Punto. *** 1.Escalante, Fernando, Historia Mínima del Neoliberalismo, El Colegio de México, p. 169. Y conferencia en la Universidad Autónoma de Querétaro: https://www.youtube.com/watch?v=S4vi9WFmCyM @MartinVivanco
Frentes Políticos 1. Trabajo de equipo. El presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, inician hoy una proeza que podría quedar plasmada en la historia. Desde Santa Lucía darán el banderazo para la entrega de Libros de Texto Gratuito, en tiempo y forma. Con el apoyo de todos. Como debe ser. La meta es concluir su repartición en cada rincón del país, antes del 26 de agosto, fecha en que inicia el ciclo escolar. Es cierto, falló la Secretaría de Hacienda al tardarse en licitar la impresión de los libros, pero el tiempo perdido se rescatará gracias al apoyo de la Sedena, la Semar, Segalmex y Sepomex, que apoyan para solventar el retraso. Lo importante es que las herramientas lleguen a las manos de los niños y adolescentes del país. Ellos no lo saben, pero detrás de los libros de texto hay un enorme trabajo para hacerlos llegar a los salones de clase. Y ahora sí, todos a estudiar. 2. Justicia, la palabra clave. Mucho se habla sobre la politización del caso judicial que tiene a Rosario Robles, exsecretaria de Estado, en prisión. No hay tal, responde Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. “No voy a dar consigna para perjudicar a nadie. Y también, no soy tapadera, o sea, es el justo medio, así como no voy a pedir que fabriquen delitos y persigan a nadie, tampoco voy a intervenir para que prevalezca la impunidad, voy a actuar con rectitud, y no voy a permitir que nadie del gobierno actúe de manera facciosa”, enfatizó. La historia de Robles y López Obrador tuvo un momento de acercamiento cuando ambos militaban en el PRD, ella fue Jefa de Gobierno sustituta en el DF y fue sucedida por López Obrador. El tema es la justicia. Y Rosario Robles no habría actuado sola. Caerán otros, nada los salva. 3. Un prófugo feliz. Los servicios de inteligencia en México dejan mucho que desear. Cuatro meses prófugo de la justicia federal y de ser buscado hasta por la Interpol en 195 países, Mario Marín, exgobernador de Puebla, sigue haciendo vida social, el exmandatario fue visto hace unos días en una fiesta realizada en Atlixco por el empresario Rafael Forcelledo Caram, quien lo agasajó con carne asada y música de banda. Testigos que asistieron a la fiesta comentaron que Marín acudió con total tranquilidad, a pesar de que es buscado por la Fiscalía General de la República desde el 11 de abril. Qué irónico, lo buscan en todo el mundo y él festeja con botellas de champán. ¿Autoridades inútiles?, ¿o hay acuerdo? 4. Trasfondo. Alertan sobre la quiebra del Metrobús, en la Ciudad de México, pues “oficialmente” tiene un problema financiero por cobrar la tarifa más baja de todo el país (seis pesos). Sin embargo, representantes de empresas concesionarias del Metrobús denunciaron que Roberto Capuano Tripp, director del órgano público descentralizado del gobierno de la CDMX, les exige, mediante presiones y amenazas, la firma de un cheque en blanco que podría atentar contra la economía de sus empresas a cambio de liberarles el incremento de 10.03% autorizado por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a partir del pasado 1º de agosto. La organización Fuerza Amplia de Transportistas alertó acerca de una presunta quiebra. Hay que poner mucha atención, pues colapsarla movilidad y economía. Cuidado. 5. En la cima. Enrique Vargas del Villar, alcalde de Huixquilucan, consolida con números y resultados su trayectoria política. De acuerdo con la más reciente evaluación de Atributos de Presidentes Municipales, realizada por la empresa Caudae Estrategias, ubica al edil en el lugar número uno en el Estado de México, y sexto a nivel nacional. Sobra decir que la encuesta califica la honestidad, capacidad e integridad. Este ascenso no es fortuito. Mientras Toluca, Metepec, Ecatepec, Tlalnepantla, Atizapán y Cuautitlán Izcalli se hunden en la violencia e inseguridad, la localidad gobernada por Vargas genera progreso y desarrollo. Esta evaluación coincide con la realizada por la empresa Massive Caller, donde el panista se mantuvo entre los 10 mejores. Vaya logro: en el top ten de entre los más de 2 mil 400 alcaldes del país. Hay talento. Bitácora del director / Caso Rosario Robles, ¿otra gran polvareda?
El 21 de marzo de 1978, Eugenio Méndez Docurro salió temprano de su casa para asistir como invitado a la ceremonia por el natalicio de Benito Juárez. Fundador del Conacyt, en 1971; director general del IPN, entre 1959 y 1962; secretario de Comunicaciones y Transportes durante el sexenio anterior y, en ese momento, subsecretario de Educación Pública, Méndez Docurro tenía un lugar reservado en el homenaje anual al Benemérito de las Américas, al que asistiría el presidente José López Portillo y en el que el orador único sería el canciller Santiago Roel. Cuál sería su sorpresa que, al llegar al Hemiciclo a Juárez, no lo condujeron a su lugar en la tribuna de honor, sino lo subieron en una camioneta de la Procuraduría General de la República. Minutos después, ya estaba en el Reclusorio Oriente, acusado de fraude en la compra de equipo para la SCT. “Estoy desconcertado, no sé qué decir, por favor no me pregunten más hasta que conozca mi situación jurídica”, alcanzó a decir el político veracruzano, quien en ese momento figuraba en la lista de los aspirantes a la gubernatura de su estado junto con Jesús Reyes Heroles y Gustavo Carvajal Moreno. Pese a ser día de asueto, el juez Raúl Murillo Delgado ya esperaba a Méndez Docurro para someterlo a proceso. Y para que no quedara duda que la instrucción en su contra venía desde lo más alto del sistema, el juzgador le dijo que su consignación “no obedecía a motivos políticos, sino simplemente a la demanda que hace el pueblo para que se castigue a los funcionarios inmorales”. Como se sabe, para entender la política mexicana es necesario leer las declaraciones al revés. Dos semanas estuvo Méndez Docurro en la cárcel. Salió el 5 de abril, luego de pagar una fianza por 75 mil pesos. Cuatro años después, visitaría al presidente López Portillo en Los Pinos. El 10 de julio de 1980, el mandatario anotó en su diario: “Hoy vino Méndez Docurro a verme, para que se ablande su sentencia. Lo veré con el procurador” (Mis tiempos, página 984). El exsecretario fue uno de una veintena de funcionarios del periodo del presidente Luis Echeverría que pisaron la cárcel como parte de la limpia sexenal. “Gran polvareda”, la llamó López Portillo en sus memorias (op. cit. p. 630). Otros casos relevantes fueron los de Félix Barra García, exsecretario de la Reforma Agraria, y Alfredo Ríos Camarena, exdirector del Fideicomiso Bahía de Banderas. Este último se dio a la fuga, aunque fue aprehendido en Estados Unidos. Por eso el engaño, en el caso de Méndez Docurro, para hacerle creer que era invitado especial en la ceremonia del 21 de marzo. Traigo a la memoria estas historias porque somos un país con pocos recuerdos. Como en la película El día de la marmota, pensamos que las cosas suceden por primera vez, aunque ya hayan ocurrido antes. Es larga la lista de funcionarios que, desde entonces, han sido encarcelados como parte de una supuesta moralización de la vida pública, sólo para ser liberados meses o años después, muchas veces con su dinero intacto. Porque de lo que se trata es de destruir su reputación, no su fortuna. Hoy pretenden hacernos creer que el de Rosario Robles es un caso único. Incluso varios columnistas se van con la finta y escriben que es la primera vez que se mete a la cárcel a un exsecretario de Estado por presuntos delitos cometidos durante su gestión, aunque, como ya vimos, no es así. Sin prejuzgar su responsabilidad en los hechos de los que se le acusa, el caso Robles tiene tintes inquietantes de que se pisoteó la presunción de inocencia. Tocará a la FGR probar con hechos no sólo la culpabilidad de la extitular de Sedesol, sino que ya se terminaron los tiempos del uso político de la justicia.