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06:19 martes 2 julio, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL /Y ahora, contra los derechos humanos
Al presidente López Obrador no solamente no le afecta generar polémica. Parece más bien que se nutre de ella, que la busca, que le satisface desencadenar reacciones contrarias, muchas veces como resultado de actitudes o palabras completamente gratuitas, infundadas, sin ninguna racionalidad. Porque una cosa queda clara: no se trata de un pensador sofisticado; daba la impresión que sabía algo de historia, pero abundan los ejemplos que demuestran que ni eso conoce, ni tampoco sabe explicar nada con base en el encadenamiento histórico de los hechos que han marcado al país. Es por eso que no debe generar sorpresa el reciente exabrupto gubernamental, según el cual una recomendación de la CNDH en torno al tema de las estancias infantiles (se trata de la recomendación 29/2019, que se puede encontrar fácilmente en internet) debe ser ignorada ya que, de acatarla, se estarían violando precisamente los derechos humanos. De hecho, sus subordinados (nunca mejor dicho) de la Secretaría del Bienestar afirmaron una sarta de tonterías para dejar de cumplir con una recomendación amplia y bien documentada. Tildaron al documento de la CNDH de “aberración inaceptable”, hicieron referencia (como ya es costumbre) al periodo neoliberal como origen del problema, le endilgaron a la Comisión que no hizo nada en el caso de la Guardería ABC (cuando lo cierto es que fue el único órgano del Estado mexicano en dar una respuesta amplia y completa en el tema, la cual por desgracia no tuvo la observancia requerida), citó los casos de Tlatlaya, Tanhuato y Ayotzinapa para desacreditar al organismos defensor de derechos humanos, etcétera. Me dio pena leer tan pobre respuesta, más propia de un partido de oposición (incluso de un partido chafísima, de los cuales tenemos varios en México) que de una entidad pública a la que financiamos con el dinero de nuestros impuestos. Tal parece que algunos servidores públicos todavía no se han dado cuenta que ya no forman parte de las ONG, sino que ahora ocupan oficinas públicas y deben actuar con sentido de Estado (aunque parece obvio que no tienen la menor idea de lo que ello significa). ¿De verdad quiere el gobierno, con tantos problemas que ya arrastra en apenas unos meses de haber iniciado, abrir un frente nuevo en contra de la CNDH? No dudo que hay motivos para criticar a los organismos defensores de derechos humanos, que han tenido épocas con un desempeño impresentable, que resultan muy caros según algunos analistas, que a nivel local son por lo general patéticos y nada eficientes, pero esas críticas se tienen que hacer con responsabilidad, con fundamento y con buenos argumentos. No con cantaletas propias de mítines municipales de ínfimo nivel. Si el rechazo de la recomendación se hubiera dado de manera puntual, respetuosa, con buenos argumentos jurídicos, muchos hubieran estado de acuerdo. Pero con pataletas no se vale. Eso no es lo que esperamos del gobierno de la República. De hecho, en el tema de las estancias infantiles fueron miles de ciudadanos los que presentaron las quejas ante la CNDH. Y otros miles acudieron también ante el Poder Judicial de la Federación, buscando el amparo de los jueces para evitar la afectación de los derechos de los niños que acudían a las estancias infantiles. Los juicios siguen su curso. Seguramente llegarán a la Suprema Corte y veremos lo que establecen en definitiva los tribunales. Todavía faltan varios episodios para ver el final de esta saga. Causa sorpresa que (más allá del carácter agrio, polémico y bravucón del Presidente), un gobierno que se define de izquierda esté tomando un rumbo tan alejado de la protección y tutela de los derechos humanos, incluso pese a los nobles esfuerzos que desde la Segob realiza el subsecretario Alejandro Encinas y su gran equipo de profesionales. La apuesta por la militarización efectiva de la seguridad pública, la represión sin cuartel contra mujeres y niños migrantes, la persistencia de la tortura policiaca, la afectación a las mujeres trabajadoras cerrando las estancias infantiles, el desprecio hacia los trabajadores del sector público a través de los despedidos masivos, los ataques a la independencia judicial, las violaciones al debido proceso ventilando en conferencias de prensa datos de investigaciones ministeriales en curso y un largo etcétera, también se deben añadir a las sumas y las restas de la acción gubernamental. Y de nada de eso, absolutamente de nada, pueden decir que la culpa incumbe a los gobiernos anteriores (aunque todos ellos cometieron atrocidades bastante parecidas o incluso peores). Ese cuento, de tan gastado, ya nadie se lo cree. Háganse responsables, señores/as gobernantes. Asuman las consecuencias de sus actos, empezando por todos aquellos que violan derechos humanos. La historia se los recordará. OPINIÓN / Una historia del otro México Sus hijos salieron la noche del 4 de mayo rumbo a una fiesta. Un amigo, Irving “N”, los recogió en su propio domicilio en la ciudad de Toluca. Eran cerca de las nueve de la noche. Fue lo último que se supo de Raúl y de Cristian, dos jóvenes de 20 y 16 años, respectivamente. Esa madrugada, a las 2:20, la señora Leticia Chávez recibió una llamada. Una voz, con fingido acento de rancho, le dijo que acababa de secuestrar a los muchachos y le recomendó que no diera parte a la policía, “o te los voy a matar”. La voz negoció la entrega urgente de una cantidad de dinero, así como de un automóvil. Exigió que el rescate fuera entregado a la mañana siguiente en la zona de La Marquesa. La señora Leticia es propietaria de un pequeño local en el que vende materiales de construcción. Sus hijos, uno de ellos aún estudiante de preparatoria, le ayudaban con la compra y la entrega de esos materiales. El mayor conducía la camioneta destinada al reparto de varillas, bultos de yeso y pegazulejo. A esa hora de la madrugada, la señora Chávez le llamó por teléfono a un conocido de sus hijos, Alejandro “N”. Uno de estos le había contado que Alejandro acababa de ir a buscarlo. “En la desesperación, se me ocurrió que él podría saber en dónde exactamente estaban mis niños”, relata. Alejandro dijo que hacía mucho tiempo que no sabía de los hermanos. A la señora le extrañó la respuesta. Creyó que acaso se había confundido. Alejandro “N” se reunió con ella esa misma madrugada y se ofreció a llevar el coche y entregar el rescate. La entrega se hizo en la zona de La Marquesa, el domingo 5 de mayo, a las once de la mañana. Pero el secuestrador de fingido acento ranchero no volvió a llamar. Ni él, ni nadie más. Un trabajador le dijo a la señora Chávez aquella mañana que era muy extraño que Alejandro sostuviera que hacía mucho tiempo que no veía a los hermanos. Uno de ellos le había mostrado el sábado en la mañana un video guardado en su teléfono. Mostraba a Alejandro conviviendo con los Chávez en la Feria de Metepec. Alejandro había trabajado a lo largo de medio año en el negocio de la familia. “Estaba encargado de cobrar las notas”, relata la madre de los muchachos. Un día decidió renunciar, y se pasó a trabajar a un local dedicado al mismo giro —el cual manejaba, sin embargo, un volumen mayor de mercancías. Los hermanos solían acudir a dicha tienda a surtirse. Alejandro los veía manejar dinero. Según las indagatorias, convenció a Irving y a otros dos sujetos de llevar a cabo el secuestro. La fiscalía estaba interesada desde el principio en el joven que había sacado a los hermanos de la casa. Cuando lo interrogaron, cayó en contradicciones. Confesó finalmente que Alejandro “N” lo había planeado todo. Que fue él quien lo envió “a sacar a los muchachos con engaños”. Las víctimas, según ese relato, fueron llevadas a una casa de Ciudad Nezahualcóyotl. Irving “N” reveló que los hermanos habrían sido asesinados, y sus cuerpos arrojados en un canal de Chimalhuacán. Alejandro fue detenido. Se negó a declarar. Los otros dos presuntos cómplices se encuentran prófugos. La vida de Leticia Chávez se rompió. No hay nada más duro que hablar con una persona cuya vida se ha roto para siempre. Las autoridades del Estado de México le aseguraron que iban a buscar los cuerpos en el canal de Chimalhuacán. Salieron algunos agentes en un bote de remos. Recorrieron un tramo. Volvieron con la noticia de que no habían encontrado nada. Pasaron los días y las semanas: las autoridades estaban intentando conseguir un bote de motor. Lo consiguieron. Hicieron una búsqueda. Tampoco hallaron nada. A la señora le dijeron, finalmente, que solicitarían ayuda a la Marina. La ayuda de la Marina no llegó. “En este momento no hay nadie disponible, dicen que a todos los movilizaron por el asunto de la Guardia y de los migrantes”, cuenta ella. Prosigue: “Aliento la esperanza de que mis hijos no estén ahí, pero pasan los días y la investigación no avanza, y no se sabe de ellos, ni de sus cuerpos”. Escucho esta historia la misma tarde en que un discurso de 90 minutos pintó en el Zócalo un México idílico. Hay frente a mí una vida deshecha y no sé qué decir, y no recuerdo otra imagen de un dolor tan vivo.
Frentes Políticos 1. Empoderado. Arropado por un Zócalo lleno de seguidores, acarreados o no, el grito de “¡Presidente, presidente, presidente!”, se escuchó una vez más, a un año de comenzar la Cuarta Transformación. Ni un paso atrás, dijo Andrés Manuel López Obrador tras un discurso que emocionó a sus seguidores. Aseveró que el proceso de la 4T “no tiene retorno”. Al celebrar un año del triunfo en las urnas, el Presidente manifestó que se siente optimista: “Pienso, amigas y amigos, que este mismo año, a más tardar en diciembre, terminaremos de arrancar de raíz al régimen corrupto”, manifestó. Sus detractores quisieron demeritar la celebración con comentarios en redes sociales, pero la presencia en el Zócalo de empresarios de alto nivel corrobora que, a un año, el rumbo va bien. Ni un paso atrás. 2. Nueva era. El inicio de operaciones comerciales de la nueva terminal marítima del Puerto de Veracruz permitirá generar un gran corredor industrial que produciría 150 mil nuevos empleos en los próximos cinco años, afirmaron empresarios aduanales. Permitirá recuperar la carga del norte de Europa que actualmente llega a puertos de EU y se interna en México por carretera o ferrocarril. “Vamos a lograr una añoranza de muchos años, que es traer barcos muy grandes que antes no llegaban y también ganarle terreno a toda aquella carga que llega a los puertos estadunidenses como Houston y baja por la frontera a México”, dijo Manuel Óscar Enciso Villarreal, director general de la agencia aduanal Corporativo Enciso. Toca ahora a Cuitláhuac García, el gobernador, dotar de seguridad a este corredor comercial. Que no se lo gane la delincuencia. 3. Hay tiro. En redes sociales se gestan las más memorables batallas. Y el esgrima verbal llega a niveles extremos. Tras la controversia que tiene Ernesto D’Alessio con deportistas como Liliana Ibáñez, quien cuestionó al diputado: “¿Por qué demeritar mis resultados? ¿Es algo personal? Si no entienden por qué merezco mi beca, se los explico personalmente”. El expresidente Felipe Calderón raqueteó el tuit y agregó: “Apoyo total a nuestros grandes deportistas que ponen en alto a México. Qué pena que tengan que distraerse con gente a la que simplemente le queda muy grande el apellido”. D’Alessio, quien en realidad se apellida Vargas, reviró y le escribió al expresidente Calderón “a ti te quedó grande el país”, en referencia a su desempeño como Presidente. Y lo retó “hasta donde tope”. Ouch, fuertes declaraciones. 4. Todo a la alza. Así como se incrementan angustiosamente los delitos y los asesinatos en Nuevo León, la tendencia se extiende al incremento desproporcionado en el sueldo que recibe María Teresa Martínez, suegra del gobernador Jaime Rodríguez, El Bronco, como empleada en la Secretaría de Seguridad Pública. Representantes de varios colectivos acudieron a la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción para denunciar el caso. Liliana Flores Benavides, del colectivo Nosotros; Gilberto Marcos, de Vertebra, y Juan Manuel Ramos, de Redes Quinto Poder, denunciaron que, a un mes de dejar su cargo y jubilarse, recibió un aumento de casi 133%, lo que implica que tendrá una pensión un 95% superior. Todo sube en NL, lo único que está en el suelo es la credibilidad de su querido Bronco. 5. En proceso. El ministro Luis María Aguilar, expresidente de la SCJN, tiene indagaciones pendientes por parte de la ASF. La auditoría en relación con la gestión financiera 2018 sigue en curso. Continúa el proceso de acopio y análisis de información y el plazo para la entrega de los primeros resultados vence el último día de octubre. Hay investigaciones sobre unos 34.6 millones de pesos de tres obras ya notificadas, sigue pendiente la auditoría de gestión 2018, además de la justificación del subejercicio de cinco mil millones. Y el control de los inventarios de activos fijos refleja tres mil 678 bienes muebles sin número de identificación de inventario y, en consecuencia, mil 30 millones de pesos no ubicados. La lista es larga. Quisiera cantar victoria, pero no puede. Bitácora del director / El saqueo de la Reforma El lugar común diría que cuando Francisco Sosa propuso, en 1887, honrar a los líderes liberales con estatuas de bronce que se colocarían a lo largo del Paseo de la Reforma, jamás se imaginó que éstas terminarían siendo codiciadas por rateros, que las arrancarían de sus pedestales y las fundirían para venderlas por kilo. Pues no. Jamás hubiera podido imaginarse semejante barbaridad. Principalmente, porque cuando Sosa lanzó su iniciativa –en las páginas del diario El Partido Liberal– gobernaba el país el general Porfirio Díaz, un hombre que no se hubiera ido por las ramas para castigar el hurto de una estatua, sobre todo si ésta había sido colocada con la bendición del propio dictador. El responsable habría sido condenado a pasar el resto de sus días en la cárcel de Belem y, en una de esas, lo habrían pasado por las armas. Pero eso ya no sucede en el siglo XXI mexicano. En estos tiempos la autoridad se ha corrido al extremo opuesto. Hoy en día, sería vista con horror la defensa que el muy liberal Ignacio Manuel Altamirano hizo del régimen penitenciario porfirista. La cárcel era necesaria, dijo el guerrerense en la tribuna de la Cámara de Diputados –que en 1992 incluiría su nombre en el muro de honor–, “por el carácter peculiar de los delincuentes de nuestro país, que son más bien lanzados al crimen por falta de hábitos de trabajo y de educación, que por necesidad de subsistencia”. La mayoría de los gobernantes actuales se ha dedicado a comprender a los delincuentes antes que aprehenderlos. Y por eso éstos se sienten autorizados a destornillar una pesada estatua, en pleno Paseo de la Reforma, o llevársela con todo y pedestal, como se describe en el reportaje de mi compañero Jonás López, publicado ayer en estas páginas. Poco importa que esa vialidad esté supuestamente vigilada por decenas de cámaras de video y que la Ciudad de México sea la urbe del país con mayor despliegue policiaco. Pese a ello, de las 77 estatuas que deberían estar ubicadas entre Florencia y Eje 2 Norte, 11 ya no están en su lugar y se presume que han sido hurtadas. Eso, sin contar los daños en pedestales, copones y bancas históricas, así como el robo de placas de identificación y otros elementos de las estatuas. Buena parte de las piezas que fueron colocadas sobre Reforma a fines del siglo XIX han sido afectadas o, de plano, sustraídas en el curso de pocos años. Los desgraciados que han privado a futuras generaciones de este patrimonio tampoco han tenido reparos para robarse las réplicas en metal de los zapatos de los niños que murieron quemados en la guardería ABC de Hermosillo y que formaban parte del memorial que sus familiares colocaron frente a las oficinas centrales del IMSS, sobre la misma avenida. El saqueo en Paseo de la Reforma es un caso paradigmático del descontrol de las autoridades capitalinas sobre la seguridad pública, más preocupadas por cuidar la corrección de su discurso que por cumplir su deber constitucional de proteger la integridad y los bienes de los gobernados. Y el que nadie pregunte por el destino de las estatuas y otros elementos históricos habla de una sociedad despreocupada por el cuidado de los bienes públicos, pues los han abandonado en manos de autoridades incompetentes. Si usted de repente notara que falta un cuadro en su sala, ¿no preguntaría dónde quedó? No hacerlo es una actitud lamentable, que explica en buena medida la baja calidad de gobernantes que tenemos.