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06:36 martes 23 abril, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / La Educación Superior en la solución de problemas sociales México es diverso y multicultural, con capas de población que viven distintos tiempos y velocidades de desarrollo. Una nación de múltiples realidades que, al tiempo que conviven, se contradicen. Esta pluralidad se manifiesta en una desigualdad profunda y compleja cuya solución es urgente porque es el mayor problema del país. Para encontrar respuestas solemos imaginarlas en el futuro. Pocas veces advertimos que ya existen, en su escala, en el pasado. Es el caso: los romanos al crear sus instituciones de derecho afirmaban un principio toral para enfrentar la desigualdad: la ley es igual para todos. Ese postulado sigue siendo vigente y constituye la columna vertebral del desarrollo de las naciones más avanzadas. El Estado de derecho es el fundamento de la igualdad de todos. Sin embargo, la ley que nos equipara no es un mecanismo automático sino que debe ser aplicada por personas en casos de vulneración del orden jurídico y social existente. Esto no quiere decir que para resolver, por ejemplo, la desigualdad de los más pobres sólo debe aplicarse la ley. Lo que se quiere decir es que para atender el problema la ley es un indispensable punto de partida. Esta es la razón por la cual en la Constitución de 1917 los más importantes preceptos incluidos son de naturaleza social y propugnan la igualdad y la justicia como derechos exigibles por todos. El salto de calidad está en asegurar el imperio de la ley, y enmarcar en él las políticas públicas que den sustancia a los mandatos legales. Es decir, transitar desde la decisión de un funcionario encargado de la procuración e impartición de justicia hacia una verdadera cultura de la legalidad que dé confianza a los ciudadanos en las instituciones, más que en las personas, e incorporarlas en un orden común que las lleve a conducirse a partir de normas y principios que son el corazón de esa legalidad. Como se puede ver, se trata de un asunto sensiblemente vinculado con la educación, en especial con la educación superior, porque involucra la formación profesional de los recursos humanos del Estado y de la sociedad en su conjunto. Y por ende en la ANUIES insistimos: es la universidad, siempre la universidad, la que nos puede dar respuesta a los grandes problemas nacionales. En ella se produce el conocimiento y se investiga la realidad, en ella surgen la creatividad y el genio de la sociedad como tarea representativa del país, en ella se conjugan la visión, los valores y la conciencia de la nación sobre sí misma, es decir, se crea la cultura. Para la ANUIES, la formación profesional se orienta a generar el capital humano necesario para el desarrollo y para contribuir a la implantación de la cultura de la legalidad. Es imperativo el conocimiento de fondo para enfrentar, de manera eficaz y profesional, la inseguridad que se formó en la desigualdad, así como proponer las medidas de prevención que nos permitan, como nación, anticipar riesgos y racionalizar la toma de decisiones públicas y sociales en la materia. Con este espíritu y con la participación de nuestras instituciones asociadas, en la ANUIES hemos propuesto la creación de un centro de documentación, investigación y prospectiva para la seguridad, justicia y paz, que podrá convertirse en una fuente de conocimiento y formación profesional con las mejores prácticas internacionales. Buscamos que el centro sea, por su valor académico, una referencia obligada para apoyar el combate a la inseguridad y promover la confianza en las instituciones y el bienestar que anhela y merece nuestra sociedad. OPINIÓN / Las batallas por la legitimidad
En las últimas semanas se ha intensificado la lucha entre el gobierno de AMLO y sus opositores y críticos. Hay una polarización, un clima de lucha que se ha normalizado en posiciones y discursos que se expresan en la opinión pública y llenan el espacio mediático. La mecánica de este proceso es que cada mañana el presidente genera una opinión o un dato o anuncia alguna decisión que se convierte en un nuevo escándalo. Día con día se acumulan eslabones de una lógica que cotidianamente comprueba lo que cada parte del conflicto reafirma: AMLO es un populista y lleva el país al desastre; y, por el otro lado, los adversarios son fifís y conservadores que están en contra de la 4T. El enfrentamiento está orientado a ganar espacios por la legitimidad de una lucha entre dos proyectos de país. El guión de la lucha se ordena por lo que Jorge Zepeda Patterson llamó La 4T contra la maldita realidad (El País, 10/04/2019). Por eso hay que distinguir entre los cambios que quiere hacer el presidente para enfrentar lo urgente y las grandes inercias que resisten. Hay muchas dinámicas que no dependen de la voluntad presidencial, ni se mueven de acuerdo a la soberanía nacional, como una consecuencia de la globalización. Si la economía internacional está por entrar en una fase de bajo crecimiento, no se puede esperar en México se salga de esa tendencia. Por más que AMLO diga que el objetivo es crecer al 4%, en 2019 el pronóstico indica que sólo se llegará al 1.6%. El presidente puede contradecir al subsecreatrio de Hacienda, pero la realidad terminará por imponerse. El gobierno actual ha puesto en marcha múltiples decisiones para cambiar la estrategia de desarrollo, sin embargo, no sabemos cuánto tiempo tardará el país para ver resultados diferentes. Tampoco sabemos si la política económica de este gobierno podrá generar más crecimiento. Algo similar sucede con la violencia y sus mediciones. Atravesamos por un periodo crítico en donde se pueden discutir cifras, como hicieron Jorge Ramos y AMLO hace unas semanas, pero el problema de fondo permanece. En esta dimensión sí son importantes las estrategias y los instrumentos, pero lo fundamental son los resultados. El factor de la temporalidad juega un papel central. En los días de Semana Santa el crimen organzado estuvo muy activo, como lo mostraron los asesinatos múltiples en Minatitlán y las mantas con amenazas de muerte al presidente de la República en Guanajuato, por cuenta del crimen huachicolero. ¿En cuánto tiempo sabremos si la estrategia del actual gobierno es mas eficaz que las anteriores? El primer trimestre de 2019 resulta ya el más violento. Hay materias particularmente litigiosas que AMLO ha ubicado para marcar diferencias con el viejo régimen. Fue sencillo modificar símbolos que dependían de la voluntad del presidente, como cancelar el Estado Mayor Presidencial o dejar Los Pinos. En cambio, otros asuntos han sido particularmente complicados porque se afectan intereses poderosos, como la decisión de cancelar el NAICM. Otro ejemplo es la reforma educativa, que ha tenido varios frentes, uno es el legislativo, en donde ha habido complicaciones porque la CNTE quiere seguir con el control de plazas y promociones y se resiste a la nueva reforma; otro es el debate que mantiene AMLO de cancelar lo que denomina la “mal llamada reforma educativa” y el tema del famoso memorándum, para modificar algunos efectos de la reforma que se ha diagnosticado como una violación a la ley y una afectación a la división de poderes, lo cual generó otro escándalo mediático. Sin embargo, hay una buena cantidad de decisiones acertadas que no han tenido la misma densidad mediática, pero son piezas importantes en las batallas por la legitimidad: como el aumento salarial, la reforma laboral en proceso, la disminución de la burocracia dorada, la baja del financiamiento a partidos (en proceso), la disminución del 50% del presupuesto publicitario a medios, entre otras. Mientras no haya resultados visibles en seguridad y bienestar, la polarización crecerá. Cada decisión y cada declaración presidencial abrirán una batalla entre dos proyectos de país que seguirán en pugna. La 4T está a prueba…
Frentes Políticos 1. A trabajar. Martí Batres Guadarrama, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, opina que “el caso de Veracruz demuestra lo contraproducente que puede llegar a ser una autonomía mal entendida. La Fiscalía del estado persigue al gobierno local en lugar de rastrear a la delincuencia. Así no se puede”. El gobernador jarocho Cuitláhuac García está en la mira después de la masacre en esta entidad que ha encendido todas las alarmas en el país entero. Minatitlán, homicidios en Guanajuato, robo de niños y ataques a policías son algunos ejemplos de por qué la Estrategia Nacional de Seguridad no puede quedarse en buenas intenciones. El Senado tiene la palabra. 2. Lucrar, qué fea palabra. Los expresidentes de México Vicente Fox y Felipe Calderón aprovecharon la masacre de Minatitlán para arremeter contra el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, generando reproche en las redes sociales. Paradójicamente, la violencia que padece Veracruz se disparó durante el gobierno de los panistas. La senadora veracruzana Gloria Sánchez condenó tanto la matanza como la polarización que buscan generar en el país los expresidentes: “Es deseable que las fuerzas políticas no intenten lucrar con esta tragedia”. Sí, ya hay demasiada podredumbre en el ambiente como para contaminarnos más. Bájenle al veneno. Todos. 3. Por entrón. A Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, nada le sale bien. Ayer, El Bronco quiso sacarle jugo al Día de la Tierra y lanzó un reto a la población: “Hagamos conciencia acerca del mundo que queremos dejarle a nuestros hijos. Juntos podemos salvar al planeta. ¿Le entran?”. Y sí le contestaron, pero no como él imaginó: “Debería dar el ejemplo y ser más estricto con las industrias que tanto contaminan, primero empiece por Monterrey, que es uno de los estados con mayor contaminación y luego se preocupa por el planeta, haga planes y programas que funcionen”, escribieron en redes sociales. Por cierto, al estilo del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, hay “cacería” de policías en Nuevo León. ¿Ya se dio cuenta? 4. Respuesta masiva. Para la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que encabeza Luisa María Alcalde Luján, el programa federal Jóvenes Construyendo Futuro se encuentra en la fase de establecer un precedente histórico de atención y rescate de este sector de la población, como parte de la fuerza productiva del país. Por años, los jóvenes mexicanos fueron llamados ninis, porque ni estudiaban ni trabajaban, pero eso se acabó. A tres meses del arranque del programa de esta nueva administración, 390 mil hombres y mujeres, de entre 18 y 29 años de edad, están desarrollando distintas actividades como aprendices en el mercado laboral mexicano. Luisa María Alcalde Luján demuestra día con día que puede con el cargo. Pone el ejemplo. 5. Dolor de cabeza. El tema educativo sigue siendo un enredo. Los coordinadores de todas las bancadas en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión concluyeron apresuradamente una reunión privada luego de que unos 30 maestros cesados en la administración del expresidente de México Enrique Peña Nieto, de manera inesperada entraron al recinto legislativo y protestaron afuera del salón de la Junta de Coordinación Política para exigir ser restituidos. Pero la Jucopo, encabezada por el diputado Mario Delgado Carrillo, se negó a recibirlos. El asunto está atorado. La nueva reforma educativa no saldrá en el periodo ordinario de sesiones, sino en extraordinario. Ni modo, paciencia, profesores y, sobre todo, más paciencia, niños.
Bitácora del director / Realidad y ficción
Avezados y puntillosos analistas de la realidad nacional, Héctor Aguilar Camín y Jesús Silva-Herzog Márquez coincidieron ayer –en sus respectivos espacios editoriales– que el presidente López Obrador está perdiendo contacto con los hechos. “Lo que sucede en el discurso del Presidente es cada vez menos parecido a lo que sucede en la vida del país”, apuntó el primero. “El país empieza a salir del libreto del Presidente. Su discurso (…) hoy se escucha como retórica escapista”, aseveró el segundo. Difiero de ese enfoque. La realidad nunca ha dado sustento a las posiciones políticas de López Obrador por lo que me parece difícil que esté súbitamente apartándose de los hechos. Ha construido una realidad alterna sobre la que montó tres intentos por llegar a la Presidencia de la República. En sus tres campañas, dijo básicamente lo mismo. Por ejemplo, la propuesta de construir refinerías para “salvar” a Pemex y vender gasolina barata no es nueva, como puede constatarse en una búsqueda hemerográfica. Tampoco lo es la idea echar mano del erario para crear programas de corte asistencialista. Sucede que ahora muchos se dan cuenta de lo que algunos advertían, si bien entonces era un asunto opinable. Es ahora, desde el gobierno, cuando AMLO ha tenido la oportunidad de poner a prueba sus tesis, y los resultados comienzan a estar a la vista. López Obrador ganó las elecciones presidenciales en su tercer intento por razones muy concretas: 1) Durante dos décadas hizo política por fuera del club de la partidocracia, lo que lo hizo aparecer, a los ojos de una ciudadanía harta de los tejemanejes del PRI, PAN, PRD y la chiquillada partidista, como la única alternativa para hacer frente a la corrupción, la impunidad, la violencia criminal y la pobreza; 2) se mantuvo fiel a su discurso, lo que llevó a millones de ciudadanos a la conclusión de que si lo aplicado hasta entonces no había funcionado, tal vez lo que proponía el líder de Morena podría ser la solución, y, que, en todo caso, ya era su turno de ocupar el Ejecutivo, y 3) supo construir una comunicación de frases efectistas –que también comienza a desgastarse por el uso– que revolucionó la escena electoral y se convirtió en un factor diferenciador más. Déjeme exagerar para efectos de argumentación: si López Obrador hubiese dicho en campaña que la única manera de conseguir una sociedad justa era mudarnos todos a Marte y empezar de nuevo, probablemente millones habrían estado dispuestos a acompañarlo en esa aventura. El problema es que, al llegar allí, lo primero que los viajeros habrían notado es la imposibilidad de respirar. Pero la falta de oxígeno en el planeta rojo no sería prueba de que AMLO se distanció de la realidad, sino que, desde el principio, no la tomó en cuenta. Y no es que el hoy Presidente se haya equivocado en señalar a la corrupción, el abuso de poder y la delincuencia como problemas del país. Sin duda lo hizo y ¡vaya que esos son grandes problemas!, pero dicha observación también la pudo hacer Perogrullo. Donde ha errado, conscientemente o no, es en las soluciones para enfrentar esas lacras. Hoy insiste en que tiene la razón. Algunas de sus propuestas ya han chocado con la realidad y rápidamente han quedado expuestas. Por ejemplo, decir que al primer día de su llegada al gobierno se acabaría la violencia (hoy pide seis meses más). Otras demorarán en mostrar su ineficacia, como bajar el precio de los combustibles con la construcción de una refinería.