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06:19 lunes 27 enero, 2020
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / Infancia en armas
La nota que este diario publica hoy sobre la incorporación de un grupo de niños como integrantes de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), en Ayahualtempa, Guerrero, para luchar al lado de sus padres contra grupos del crimen organizado, habla de un nivel más que se ha descendido en la escalada de violencia en México, en donde sus propios familiares prefieren que anden armados a esperar que un día los llamen de la escuela para avisarles que algo les ocurrió o simplemente pasar a reconocer sus cuerpos. Y es que no se puede decir que se trate de un asunto regional o meramente circunscrito a una zona aislada del país. Es una amarga realidad que poco a poco está alcanzando todos los rincones de México, en los que la desesperación está llevando a gente de todas las edades a tomar medidas contra un problema que todavía no acaban de entender en qué momento los alcanzó o cómo es que los envolvió. Se trata de menores que aún sienten la pasión por jugar en los patios, por correr tras un balón en las calles, pero que en vez de mochila, ahora cargan un rifle, una escopeta, que no desean soltar ni un solo instante, pues la hora de usar el arma puede llegar en cualquier momento ya que las amenazas del grupo criminal, que se hace llamar Los Ardillos, son constantes y van dirigidas principalmente hacia las autoridades y los policías comunitarios. Los niños de Ayahualtempa saben del peligro que corren, pero prefieren estar al lado de sus padres y enfrentar al enemigo junto con ellos que quedarse en sus casas, atrincherados tras una puerta, con el miedo y la angustia de no saber si su progenitor regresará. Un país en el que hasta sus niños tienen que armarse porque sus habitantes se sienten desprotegidos, en el que hasta ir a la escuela es un peligro, en donde el vacío de autoridad ha permitido que grupos criminales hayan crecido en poder y penetración e impuesto su ley en vastas regiones, es un país en el que las promesas de campaña no han podido ser cumplidas ni tampoco han funcionado la reorganización de los cuerpos de seguridad o las políticas de “abrazos” hacia quienes han decidido transgredir la ley. La angustia de un niño, la intranquilidad que puede sentir por un futuro incierto, sin seguridad de prácticamente nada que no sea una violencia incomprensible a su corta edad, es un llamado de alerta para corregir el rumbo que se ha tomado en materia de seguridad. Por una infancia que vuelva a jugar, estudiar y, ¿por qué no?, poder dormir tranquila. OPINIÓN/ ¿Avance en la corrupción?
Al no tener muchos logros qué presumir hasta ahora, el obradorismo divulga con bombo y platillo el avance registrado por México en el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora Transparencia Internacional. Pasamos del lugar 138 al 130 entre 180 países. Suena muy bien, pero conviene ver los detalles para no generar falsas conclusiones. 1) El lugar entre los países encuestados puede dar una idea de cómo vamos, pero puede ser engañosa, pues eso tiene que ver con cómo avanzan o retroceden también otros países, pero en ello nuestro gobierno no incide. El indicador importante es la calificación de cada país entre el 0 (más corrupto) y 100 (menos corrupto). Nuestro peor año fue en 1991, con 27 puntos. 2) Ahora, México pasó de 28 a 29; avance de solo un punto, que suena menos alentador que subir ocho lugares entre los países. Desde luego con esto se frena la tendencia a la caída, pues en 2015 teníamos 34 puntos, y de ahí se descendió hasta llegar a 28 en 2018. Así, el esfuerzo actual, si es real y eficaz, tendrá que traducirse en un avance continuo. 3) También hay que recordar que percepción no necesariamente es realidad. Este es un indicador de percepción. Desde luego hay una relación causal entre buen desempeño y la percepción. Así, los países que aparecen en primer lugar del índice es porque en efecto tienen niveles de corrupción bastante bajos, lo cual repercute en la experiencia cotidiana de los ciudadanos, que se traduce en el índice de percepción. Pero eso debe ocurrir a lo largo de cierto tiempo para que se pueda considerar que la percepción corresponde en efecto con la realidad. 4) Y es que otros factores distintos a la realidad pueden incidir en la percepción; por ejemplo, las expectativas de cambio que un nuevo gobierno, o bien el hecho de que se le crea al presidente cuando asegura diariamente que la corrupción se está combatiendo, y eso se da por hecho. Eso ocurrió también en los primeros años de Vicente Fox, cuando se generó la expectativa de que se combatiría seriamente la corrupción. Así, en el 2000 registrábamos 33 puntos, y a sólo un año, en 2001, habíamos subido a 37. ¿Era un cambio real o reflejo del entusiasmo por el cambio? El año siguiente el puntaje empezó a descender, a 36. Pero al terminar ese sexenio el índice era de 33 puntos, igual que en 2000. Pese a lo cual el promedio de ese gobierno fue de 34, frente a 32 de Zedillo, de Calderón y Peña. Y sin embargo, no se avanzó gran cosa. El avance fue ilusorio. Así pues, un esfuerzo real de este gobierno tendría que reflejarse en una alza de puntaje consistente y continuo a lo largo del sexenio, y terminar en 2024 mejor que en 2018. Profesor afiliado del CIDE
@ JACre spo1 Frentes Políticos 1. Plantados. Fueron los senadores Dante Delgado y Emilio Álvarez Icaza quienes pidieron a la Junta de Coordinación Política usar la sala protocolo del Senado con la “noble” intención de recibir a la Caminata por la Paz. No desaprovecharían la oportunidad de subirse al movimiento para tomarse la foto. Lo hicieron en nombre de los senadores del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano y hasta tenían integrada una comitiva para recibirlos. No contaban con el desdén de Javier Sicilia y los representantes de la familia LeBarón, a quienes no les convenía perder el tiempo en protocolos y se fueron directo a Palacio Nacional. Un grupo de la Caminata por la Paz ingresó 15 minutos al recinto, entregó documentos y se fue. Decisión acertada la de Ricardo Monreal, coordinador de Morena, de no asistir a lo que resultó una pifia. Ojo político le sobra. 2. El suavecito. Nada qué ver el Jaime Rodríguez de ayer con el que pretendía ganar la Presidencia en 2018. Al recibir a Andrés Manuel López Obrador, primer mandatario de México, en Monterrey, ante cientos de asistentes de Jóvenes Construyendo el Futuro. El Bronco fue recibido con gritos de “¡Fuera, fuera!”, y cuando quiso iniciar su discurso fue interrumpido por los abucheos. Con López Obrador de gira por la entidad, Rodríguez Calderón primero reconoció el triunfo de su entonces contrincante a la Presidencia y luego admitió que no es fácil gobernar, pues, dice, le dejaron Nuevo León endeudado y muy desordenado. Fue sumamente generoso con el Presidente. Dijo que “la política no es confrontar” y por ello “estoy con usted” en los cambios del país. Un baño de realidad que tanta falta le hacía a don Jaime Rodríguez. Ya no lo quieren. 3. Ordenados. A diferencia de anteriores reuniones entre morenistas, el Congreso Nacional de Morena dio como única propuesta a Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado presidente de la Comisión de Presupuesto, para sustituir a Yeidckol Polevnsky en la dirigencia del partido. Ramírez Cuéllar agradeció su inclusión y dijo que será una oportunidad para lograr la unidad; pidió el voto de los congresistas para encabezar el periodo de transición y dijo que pedirá licencia en la mesa directiva de la Cámara de Diputados. Y aunque a muchos les duela, a pesar de que dejaría la dirigencia del partido, Polevnsky se mantendría como secretaria general. Esto último podría desatar nuevamente los demonios del partido. Más les vale hacer la transición sin sombrerazos. Lo están aprendiendo. 4. Creatividad, por favor. Perredistas en Veracruz colapsaron las vialidades este fin de semana en protesta por la inseguridad y como manera mediática de golpear al gobernador Cuitláhuac García. Pero les salió mal la jugada, pues lo único que lograron fue echarse encima no sólo a los ciudadanos afectados, sino también a la iniciativa privada. El problema de la inseguridad se presenta en todo el país y no es privativo de Veracruz, por lo que no se resuelve con marchas o el cierre de calles, avenidas o el Centro Histórico de Xalapa, señaló el presidente estatal del Consejo Coordinador Empresarial, Octavio Jiménez Silva. Admitió que se debe respetar el Estado de derecho y, con ello, el libre tránsito de la población. ¿Otros métodos? O ya no les da para más. 5. Encarrerado. Parece que tiene prisa Javier Corral, gobernador de Chihuahua, por dejar un legado sólido. En dos días entregó obras por casi 29 millones de pesos en tres municipios. Un polideportivo en Moris, una ciclopista en Delicias y un Centro de Salud en Uruchi. Estas actividades forman parte del maratón de obras que ha proyectado para todo el estado. Corral es otro de los gobernantes que no descansa y, fiel a su costumbre de realizar giras en fines de semana, esta vez tocó a estos municipios. Los recursos fluyen lo mismo para canchas de futbol que para centros culturales y pavimentación de calles. Y todo bajo la supervisión directa del más interesado en que todo salga bien. No todos los gobernadores piensan así.