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06:23 miércoles 28 agosto, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / AMLO y Morena ¿sana distancia o distancia a secas?
Aunque muchos no creyeron y otros aún lo dudan, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se está metiendo en los asuntos internos de Morena y cada vez es más claro que, contra la tradición del sistema —lo mismo en la era priista que en la panista— el Ejecutivo morenista renunció a su papel de “jefe máximo” del partido que él mismo creó y que hoy gobierna al país. El inquilino de Palacio Nacional ni siquiera arbitra las pugnas y pleitos surgidos entre los grupos que quieren controlar al partido gobernante, y por momentos incluso parece distante y desencantado del rumbo de la fuerza oficialista.Hay dos versiones que comentan en las élites de Morena para explicar el alejamiento y la distancia que López Obrador le ha impuesto a su partido. La primera, y la más dura, dice que AMLO “se desencantó de Morena”, que ya no tiene mucho y que hasta ha llegado a comentar a sus más allegados que el movimiento “ya no sirvió porque no supo estar a la altura de la transformación que estamos haciendo en el país”. La otra versión dice que Andrés Manuel, una vez en el poder, decidió no replicar viejos modelos de control político en los que el jefe de la Presidencia era también el jefe máximo y cacique de su partido que decidía todo en la fuerza política, desde candidatos, hasta dirigentes y su vida interna.¿Cuál de las dos versiones explicaría mejor la distancia que el presidente López Obrador le ha impuesto a Morena? Y la duda que todo genera es si podría funcionar y subsistir Morena sin el liderazgo y la guía del lopezobradorismo que le dio origen y sentido. Los ejemplos de que el presidente ha dejado a su partido en el libre albedrío están a la vista: desde la estridencia en las recientes decisiones de las bancadas del Congreso, como la definición de la presidencia del Senado, donde el encontronazo y la división entre Ricardo Monreal y Martí Batres se agudizó por el berrinche y el capricho reeleccionista del líder ceuísta, hasta la actual definición de la mayoría morenista en la Cámara de Diputados, donde los grupos más duros no quieren ceder la presidencia de la Mesa Directiva al PAN y analizan la reelección del actual presidente Porfirio Muñoz Ledo en algo que se define este próximo sábado en la sesión previa de la Cámara. Y si en las decisiones internas de la bancada no pone orden, López Obrador tampoco interviene en la ruda disputa que ya comenzó por el control de la dirigencia nacional de Morena. Son cada vez más fuertes e intensos los enfrentamientos entre al menos tres grupos que se alinean y que ya sacan las armas para intentar quedarse con la presidencia del partido gobernante: la dupla Marcelo Ebrard-Ricardo Monreal, con Mario Delgado como su candidato; el grupo de Bertha Luján con el apoyo de varios secretarios del gabinete y del súpercoordinador de los súper delegados y de los padrones sociales nacionales, Gabriel García Hernández; y por supuesto Yeidckol Polevnsky con el rebelde Martí Batres y otros personajes que buscarían la reelección de la actual dirigente. El presidente de la República propuso al inicio de su gobierno que cualquier funcionario público, siendo gobernador, funcionario federal o local, que se meta a una elección tendría que castigarse con cárcel. La pregunta es si, en su decisión de no meterse en la vida interna de Morena ¿aplicaría esta disposición a colaboradores suyos y funcionarios morenistas que sí se están metiendo en la pelea interna? Porque, según afirman en Morena, uno de los hombres más cercanos a AMLO, Gabriel García, el poderoso coordinador de Programas Integrales de Desarrollo de la Presidencia, se está metiendo a apoyar a Bertha Luján y, según afirman morenistas, está dando línea a los “superdelegados” en los estados para que apoyen a la candidata. Incluso, en el partido gobernante aseguran que a más de 1 millón de personas registradas en el Censo de Bienestar los metieron al padrón de Morena.El presidente citó ayer a su gabinete y les dejó claro que no se metan a la elección. El problema es que varios se están yendo por la libre. Será la primera prueba de fuego para saber si se va aplicar la ley que impulsaron los legisladores de Morena, con el consentimiento del presidente, para castigar a cualquier servidor público que se involucre indebidamente en asuntos de los partidos o se meta en procesos electorales.Por lo pronto, la distancia que Andrés Manuel López Obrador le ha impuesto a su partido —que por momentos recuerda la famosa “sana distancia” que Ernesto Zedillo le aplicó al PRI— se ve y se siente cada vez más real. Veremos si Morena es capaz de consolidarse como partido político sin el liderazgo del caudillo que le dio origen o si, como empieza a verse hasta ahora, se hunden en sus pugnas internas. NOTAS INDISCRETAS… El PAN ya eligió presidente para la Mesa Directiva de San Lázaro, en las personas de Xavier Azuara y Laura Rojas, para que cada uno ocupe ese cargo por seis meses; ahora solo le falta tener la Presidencia, porque como se ven las posiciones en Morena, es muy probable que la mayoría decida que Porfirio Muñoz Ledo se mantenga en el cargo, por los primeros cinco días de septiembre y, después, tal vez incluso modifiquen la ley para que su presidencia se extienda por los tres años de la legislatura. Todo se define el sábado y será interesante ver si se impone la llamada “ley Padierna” y qué hará el bloque opositor formado por PAN, PRI, PRD y MC, si es que pueden hacer algo porque aunque ya amenazaron con una “parálisis legislativa”, con la ironía que le caracteriza, Muñoz Ledo dijo ayer que “a menos que tengan un veneno paralizador, no podrán paralizar nada”. Será un sábado intenso previo al primer Informe de Gobierno… Todo está listo para que el chiapaneco Manuel Velasco regrese al Senado y se reincorpore al escaño que ocupaba su suplente Eduardo Murat. Velasco, que regresa después de varios meses “en la banca”, ya tiene el visto bueno de la cúpula de Morena con la que al parecer votará como coordinador del PVEM en el Senado… La princesa, que iba y venía de ver a su rey de chocolate, que vivía exiliado al otro lado del océano, no tenía recato de dejarse ver un día sí y otro también por largas horas en los comederos más exclusivos y de moda del reino. Eso tenía muy molesto y preocupado al exmonarca exiliado que, desde la distancia, sospechaba que todo el amor que le profesaba su princesa, era vano, tan vano como la belleza de ella que lo había seducido. ¿Resistirá el monarca exiliado los celos que le matan a la distancia mientras ella disfruta de las mieles de la fama y los reflectores que la persiguen a todas partes, incluidos los bares y restaurantes de moda de los que es clienta asidua la princesa? No se pierda el desenlace de este cuento… Lanzamos el tiro. Capicúa de los dados. OPINIÓN /La buena y la mala noticia del acuerdo empresarios-CFE La buena noticia en el arreglo que anunciaron los empresarios y la Comisión Federal de Electricidad en el diferendo sobre los contratos de cinco de los siete gasoductos en conflicto es que se logró un acuerdo ganar-ganar. Ganaron todos porque se evitó ir a un arbitraje internacional que sería costoso no solamente en términos monetarios, también de imagen para México como un país en el que los acuerdos no siempre se respetan, depende de quien esté en el gobierno. Ganaron gobierno y empresas porque lograron mejorar a la baja las tarifas que le pagará la CFE a las empresas que construyeron los gasoductos, pero se extendió el periodo de los contratos. Así no se altera el valor del proyecto. En lugar de pagar una tarifa menor al principio y que fuera creciendo con el paso de los años para tomar en cuenta variables como la inflación, se acordó una tarifa constante, pero de mayor duración. Los contratos pasaron de ser de 20-25 años a 30-35 años. Sigue pendiente saber qué va a ocurrir con los dos gasoductos de la empresa Fermaca (Villa de Reyes-Aguascalientes-Guadalajara y La Laguna-Aguascalientes). Fermaca se encuentra en un escenario distinto al que tienen los otros cinco gasoductos en cuestión y que construyeron IEnova, TC Energy y Carso. En el caso de éstas últimas empresas el capital para el gasoducto provino en parte de las propias empresas. Los dos gasoductos de Fermaca se hicieron con capital prestado y cualquier cambio a los contratos se debe hacer tomando en cuenta la postura de los bancos, es decir, el proceso de renegociación es más tardado. La otra buena noticia es que los gasoductos se los quedan los privados. El presidente Andrés Manuel López Obrador estaba convencido de que el hecho de que los privados se quedaran con el gasoducto al concluir el periodo del contrato era un robo a México. Ahí el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelí, pudo explicarle al presidente López Obrador que lo que él pretendía era como pensar que si una persona renta un departamento por diez años, al final de la década el departamento pasa a ser de quien rentó el inmueble. Obvio no. El presidente entendió. Fue justo la participación del presidente AMLO la que logró destrabar las negociaciones. Que pasaran de una discusión ideológica a una discusión en términos comerciales. Esto es una gran noticia que demuestra que si bien el presidente puede ser terco, como él mismo lo dice en varias mañaneras, a veces también puede escuchar y cambiar de opinión. La mala noticia es que el titular de la CFE sigue siendo Manuel Bartlett. Él claramente no cree en los acuerdos público-privados en el sector energético. Añora los años en que México era autosuficiente en producción de energía y no requería de particulares para proveer a la paraestatal. En esta nostalgia no toma en cuenta que, de entrada, la demanda por electricidad ha crecido exponencialmente en el mundo y México no es la excepción. Solamente tomando el consumo privado como ejemplo, no es lo mismo tener que conectar el despertador y unas cuántas lámparas, como hacíamos en los 80, a todos los aparatos eléctricos que requieren conexión eléctrica ahora, desde el teléfono, las tabletas, computadoras y un largo etcétera. Además, Bartlett, quien estudió en los años 60 Derecho Público en la Escuela de Derecho de la Universidad de París, creció con la idea de que el modelo energético francés de la otrora empresa cien por ciento estatal, Électricité de France (EDF), es el correcto. Ese modelo ya no existe. La empresa ha ido cambiando desde principios de siglo. Actualmente funciona en tándem con Engie y, aun cuando EDF tiene mayor participación del Estado que Engie, ambas cuentan con inversión privada y se encuentran enfocadas en una importante evolución hacia energías renovables lo que las ha vuelto las mayores generadoras de energía del mundo. Esperemos que las pláticas y la negociación con el sector empresarial le hayan hecho abrir su visión de lo que debe ser una empresa energética en el siglo XXI. www.anapaulaordorica.com
@AnaPOrdorica
Frentes Políticos
1. Intocable. Rápido se movió Emilio Zebadúa, uno de los principales y más cercanos colaboradores de Rosario Robles en la Sedesol y en la Sedatu. Un juez federal le concedió una suspensión definitiva, por lo que la FGR no podrá detenerlo. Es investigado por supuestos desvíos de recursos de dependencias federales a través de universidades públicas y medios de comunicación estatales, cuando fue oficial mayor. En su demanda de amparo, tramitada desde el 19 de julio, Zebadúa alegó omisiones de la Fiscalía para citarlo en calidad de imputado, el no darle acceso a constancias relacionadas con el caso. Durante la audiencia en que Rosario Robles fue vinculada a proceso y enviada al penal femenil de Santa Martha Acatitla, los fiscales revelaron que Zebadúa firmó la mayoría de los contratos. En México, de la justicia, nadie se escapa. ¿O sí? 2. Cuentachiles. El diputado Óscar González Yáñez, del Partido del Trabajo, mostró que está hecho de mala calaña. Advirtió en tono de bravucón de barrio a Mario Delgado, coordinador de la bancada de Morena, que, pese a ser aliados, no apoyarán el recorte del 50 por ciento del financiamiento a los partidos, y adelantó que “nosotros no vamos ni de buena fe a regresar ni un solo peso, ni por ley”. Dejando en claro que los principios del PT son económicos, aclaró que comparten la agenda “del señor Presidente, pero también tenemos nuestra propia agenda”. Sí. Para eso quieren las siglas: para lucrar. 3. Sálvese quien pueda. La nave se hunde. Y saltan de ella magistralmente Alejandra Barrales y Juan Zepeda. Su renuncia al Partido de la Revolución Democrática se anunció con bombo y platillos, como si alguien les fuese a aplaudir. La exdirigente del partido y el excandidato al gobierno del Estado de México y actual senador lo informaron mediante una carta a su exinstituto político, en donde mencionaron la disyuntiva de los cimientos para construir una nueva propuesta. Alejandra Barrales, la gestora de la alianza PAN-PRD que desembocó en el peor resultado electoral de la historia perredista, y Juan Zepeda, quien colaboró en la derrota de su partido a favor del PRI en la elección a gobernador y de consolación le tocó una curul. Se van otros dos del sol azteca y ¡la nota es que aún exista el PRD! 4. El que sabe sabe. Y para quienes nunca lo imaginaron, el empresario Carlos Slim estuvo en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y entonces dijo que México es un paraíso para la inversión. Que el país crecerá bien y pronto. Que si no se refleja este año, no será trascendente; que en los objetivos de este gobierno “todos estamos 100 por ciento de acuerdo”. No entienden que los grandes empresarios se están adaptando al cambio y están dispuestos a realizar negocios bajo las reglas de la honestidad y la transparencia. Las y los empresarios mexicanos han mostrado que sí se puede trabajar por el país, sin caer en corrupción, agandalle y sin dejar de hacer negocio. La presencia de Carlos Slim y de Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, dejó estupefactos a quienes no confían en la 4T. Ellos sí. 5. Punta de hebra. El abogado de poderosos funcionarios, Juan Collado, seguirá preso, pues el magistrado Ricardo Paredes Calderón confirmó su vinculación a proceso, luego de que éste presentara un recurso de apelación contra la privación de su libertad, por los delitos de delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita. Lo que lo hunde es el cargo de delincuencia organizada. Por ello el magistrado determinó que el litigante debía continuar en prisión preventiva oficiosa. Pruebas sugieren su participación en una organización que, a través de una simulación de actos jurídicos, logró la venta ilícita de un inmueble para después dispersar los recursos entre diversas empresas y el imputado, vía transacciones electrónicas. El abogado más famoso de México se queda en la cárcel mínimo seis meses. Bitácora del director / Fobia a la competencia
Según esto, el Programa de Niñas y Niños Talento, con calificaciones de 9 y 10, “promovía desigualdades”. Pese a que está ampliamente demostrada la inutilidad de los programas sociales universales para sacar a las personas de la marginación, los gobiernos populistas insisten en ellos. Es probable que crean que hacer lo mismo una y otra vez eventualmente produce resultados distintos y no se convierte en una definición de la locura, como reza la frase atribuida a Albert Einstein. Pero también puede ser que la explicación sea más sencilla y que tenga una lógica más perversa: buscar generar dependencia política.
Sea cual sea el propósito, el Gobierno de la Ciudad de México acaba de inaugurar otro de esos programas con motivo del inicio de clases, denominado Mi Beca para Empezar. Se trata de una transferencia de 330 pesos mensuales por cada alumno de primaria y secundaria inscrito en escuelas públicas de la capital. Las bases del programa dicen, de manera eufemística, que el dinero es para los alumnos, pero ésa es la primera mentira. Es para los padres o tutores del niño o joven, puesto que éstos son menores de edad y no podrían recibirlo de forma legal.
Claramente, el dinero lo recibirán los adultos. Así que si los padres tienen un hijo en la escuela, les tocará 330 pesos mensuales; si tienen dos, 660; si tienen tres, 990, y así sucesivamente. Y ahí está lo perverso de este programa. Si uno lo divide en días, los 330 pesos mensuales se vuelven once pesos diarios, apenas lo suficiente para dos boletos del Metro. Sin embargo, para una pareja con tres hijos y que tiene un ingreso familiar de dos salarios mínimos, la beca se convierte en la sexta parte de su ingreso. Algo que, sin duda, no querrá perder y no faltará quien se lo recuerde en la próxima campaña.
El nombre del programa lo dice todo. ¿Para empezar qué? No es sólo para niños que recién comienzan a ir a la escuela, sino incluso para quienes están a punto de pasar a la prepa. La única explicación que encuentro para este nombre es que se trata de una beca para empezar una vida de dependencia respecto de este tipo de programas.
Como muestra están las transferencias de los programas de “lucha” contra la pobreza. Miles de millones de pesos de los contribuyentes –no “del gobierno”, porque éste no tiene más dinero que el que recauda– que no han servido para sacar a nadie de pobre y sólo aseguran que los hijos y los nietos de los beneficiarios sigan atorados en el mismo escalón económico. El que Mi Beca para Empezar haya sustituido al Programa de Niñas y Niños Talento dice mucho. Pero dejemos que sea la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la que lo explique. Según ella, este último programa, que beneficiaba a los niños que obtenían calificaciones de 9 y 10, “promovía desigualdades”. Al parecer, Sheinbaum no sabe distinguir entre la competencia académica y la igualdad. Los políticos populistas le tienen fobia a la competencia. No sé si es porque estarían condenados al desempleo si tuviesen que competir en méritos contra otras personas. Quizá. Lo cierto es que no les gusta reconocer que la sana competencia 1) inspira a los niños a hacer su mejor esfuerzo, 2) los saca de una zona de confort en la que no tienen incentivos para ir más allá del mínimo requerido, 3) les hace perder el miedo a dar lo mejor de sí mismos bajo condiciones de presión, 4) les enseña que no necesitan ser genios para tener éxito, sino que pueden lograrlo con base en el trabajo y 5) los prepara para el mundo que enfrentarán como adultos. Creo que por eso no les gusta: porque la competencia forma seres humanos más pensantes y, por tanto, más libres.