Vínculo copiado
La información más importante de medios nacionales
06:45 martes 9 abril, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / Largo camino a la seguridad México ha vivido prácticamente desde el inicio de este siglo con olas de inseguridad. Se controla en algunas regiones, pero luego repunta en otras. Se desbaratan grupos criminales, pero de los despojos surgen nuevos y cada día más violentos. Gobiernos de diferentes partidos no han encontrado la fórmula para que los niveles de criminalidad desciendan. El problema nunca ha desaparecido, más bien solo se contiene, aunque con dificultades. Con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador nadie pronosticaba un cambio en el panorama de un día para otro... o siquiera en los primeros meses. El nivel de criminalidad, sin embargo, está incrementándose, al grado que expertos aseguran que el primer trimestre del año será el más violento del que se tenga registro. A las elevadas cifras de enero y febrero falta sumar sumar los datos de marzo (que serán públicos el 20 de abril) y todas las estimaciones apuntan a que se mantendrá la tendencia al alza. La propuesta principal del gobierno federal para combatir el crimen es la creación de un nuevo cuerpo de seguridad –la Guardia Nacional–, ampliamente criticado porque expertos consideran que apuesta a la fórmula ya probada, poco exitosa, de incorporar a militares en la lucha al crimen; también la ven como un riesgo para el respeto a los derechos humanos. Con el fin de disminuir esos señalamientos, la alta comisionada de la ONU para derechos humanos, Michelle Bachelet, se encuentra en el país para anunciar que acompañará la conformación de la Guardia. La violencia ha modificado la vida de miles de personas en distintas ciudades del país; el añejo reclamo ciudadano de seguridad ha derivado en cambios a las actividades cotidianas de la población, ante los escasos resultados de las autoridades. ¿Qué ha fallado? La inseguridad es un problema profundo en el que se insertan también situaciones económicas, políticas y sociales de las regiones donde se registran los mayores índices de violencia. Mientras no se atiendas todos los factores que la fomentan, los resultados no serán exitosos. Además, la solución solo comenzará a vislumbrarse en el momento en que se sienten bases definitivas para que la estrategia adoptada vaya más allá de ideologías partidistas y que las estructuras creadas no sean blanco de vaivenes políticos. La modificación sexenal de las estructuras de seguridad solo generan confusión e ineficacia, en lugar de incertidumbre y eficiencia. OPINIÓN/ El costo de las decisiones
Uno de los problemas recurrentes en la historia de México es el bajo nivel del debate público sobre temas de interés general. Al haber tenido durante buena parte de nuestra historia una clase política con escasa formación académica, las decisiones se tomaron más basadas en intuiciones que en datos. La población, que en lo general está incluso peor informada que sus políticos, nunca ha tenido forma de aportar mucho al debate público.Ese mal nos sigue aquejando. Las decisiones se toman muchas veces sin fundamento y sin otorgar una argumentación creíble que las respalde.Lo anterior produce graves daños, ya que si las decisiones no están bien tomadas, los problemas van a seguir creciendo. En eso, México necesita de una narrativa más moderna, una clase política con mayor formación y de un debate público más informado.Por ejemplo, cuando se dice que en los “años del neoliberalismo” (de 1982 al 2019), todo se hizo mal, quizá se estén omitiendo algunos datos importantes. Tomemos el caso de la inseguridad. Entre los años 1990 y 2007 los homicidios en México disminuyeron en un 60%. De hecho, en 2007 tuvimos una tasa de 7 homicidios por cada 100 mil habitantes. Si las tendencias siguen como van, vamos a tener en el 2019 una tasa de 24 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que dará como resultado el año más violento que se recuerde en décadas. Quizá la estrategia de crear una “Guardia Nacional” pueda dar resultado, pero nadie ha explicado porqué esa estrategia puede tener mejores efectos que la profesionalización de los cuerpos policiacos que ya existen. Se dice que todo lo anterior fue malo, pero en algunas áreas parece que vamos empeorando.Lo mismo sucede con el tema de las inversiones en la industria petrolera o sobre la construcción de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México. Todo parece indicar que hay decisiones que se toman con un grado espantoso de improvisación, sin análisis de datos y sin tomar en cuenta el criterio de los expertos. Tal parece que, como ha sucedido tantas veces a lo largo de la historia de México, la política reemplaza al conocimiento científico. Los políticos mexicanos puede saber muchas cosas, pero ciertamente no saben más que los verdaderos especialistas en temas de economía, energías renovables, desarrollo de infraestructuras, protección al medio ambiente, combate efectivo a la delincuencia y un largo etcétera.Nos puede resultar más o menos simpática la figura de los tecnócratas, pero lo cierto es que el conocimiento experto se requiere en casi todas las áreas del desarrollo del país. Es sencillo si lo ejemplificamos con algo que nos involucre en lo personal. Suponga el amable lector que Usted se tiene que someter a una delicada operación quirúrgica (una operación a corazón abierto, pongamos por caso). ¿No tendría interés en asegurarse de que el médico que lo va a atender esté bien preparado? ¿Le daría tranquilidad que ese médico hiciera largos discursos en contra de la “medicina neoliberal” y repitiera cada día que todos los médicos anteriores a él hacían muy mal su trabajo? Otro ejemplo: ¿qué costos y qué beneficios se obtienen cuando se les regala dinero a los jóvenes por el solo hecho de estar inscritos en alguna escuela, sin exigirles un mínimo desempeño académico o que acrediten haberse esforzado, como contraprestación del dinero que reciben? ¿Estamos seguros que queremos forjar en la juventud mexicana el hábito de extender la mano para recibir dinero a cambio de no realizar ningún esfuerzo o intentar superarse? ¿Qué consecuencias tendrá ese hábito cuando esos jóvenes se incorporen a la fuerza laboral y a la planta productiva del país?Cass Sunstein, un destacado profesor de la Universidad de Harvard, acaba de publicar un libro que todo político mexicano debería leer: The cost-benefit revolution se titula. Su argumento principal es que el gobierno (cualquier gobierno) debe ser capaz de hacer un profundo análisis de los costos y beneficios de las políticas públicas. Esa es, dice Sunstein, la única manera en la que un gobierno puede obtener buenos resultados para mejorar la vida de las personas. No hace falta ser profesor de Harvard para darse cuenta del enorme daño que le pueden hacer a un país los líderes que no cuentan con información suficiente al momento de tomar decisiones que nos afectan a todos. Los ejemplos abundan en la historia. Por eso es que debemos pedir que esas decisiones sean bien explicadas y bien fundamentadas, por el bien de todos.
Frentes Políticos 1. Entero y trabajando. El fin de semana surgió información sobre la supuesta renuncia de Alejandro Gertz Manero a la Fiscalía General de la República, “por motivos de salud”. Incluso, el rumor penetró en algunas columnas políticas y varios comunicadores hicieron eco de la que a la postre resultó ser una fake news. Fuentes bien informadas nos confiaron haberse comunicado con él, quien confirmó que no es cierto que haya renunciado o que vaya a hacerlo, y menos que esté enfermo. Se mantiene firme en el cargo, informaron con determinación. Entre otras cosas, Gertz Manero comentó que su nombramiento es por nueve años y que, en relación con su salud, se encuentra bastante bien. Apenas va comenzando, no lo bajen a la mala. 2. Manos limpias. Nayarit está en desgracia. Le llaman tierra de desaparecidos. Después de la serie de levantones que se han registrado en Tepic, capital del estado, Jorge Benito Rodríguez Martínez, secretario de Seguridad Pública en la entidad, informó que una vez que las víctimas son liberadas, a pesar de que presentan golpes, se niegan a interponer de manera formal la respectiva denuncia. ¡Qué buena manera de lavarse las manos! Ante esta situación, aseveró que para evitar que haya más levantones, se intensificaron los rondines policiacos para así lograr evitar este tipo de acciones. Es claro que ni al secretario de Seguridad ni a Antonio Echevarría García, el gobernador, les interesa detener a los delincuentes. Si ni denuncias hay. 3. Punto de quiebre. Luis Aguilar Villanueva, coordinador del Comité Técnico de la Red de Políticas Públicas de la Universidad de Guadalajara, afirmó que la educación pública en México es un proceso que ocurre en el entorno de un sistema político con una pluralidad de visiones y aspiraciones, y con una multitud de juegos de poder, pero a la vez tiene la posibilidad de convertirse en el eje estratégico de la solución de los problemas sociales. Durante una mesa pública encabezada por Teresa Bracho González, la consejera presidenta del INEE, el académico e investigador consideró todas las aristas, pero nadie da solución a la más grave: la persistencia de ese grupo antisocial, la CNTE, cuyas prioridades no son los niños ni la educación ni el país. Es hora de ponerles un alto. 4. El sucio negocio billonario. De 2011 a la fecha, Pemex ha presentado casi 35 mil denuncias por robo de combustibles. Y con la estrategia para combatir el huachicol, el gobierno afirmó que se ahorrarán hasta 50 mil mdp. Sin embargo, en su última presentación ante inversionistas, la empresa aseguró que “en un escenario conservador, para 2019, Pemex espera recuperar el 80% de los 40 mil millones”. Esto significa que la recuperación será de aproximadamente 32 mil mdp. Y lo mejor, se espera que estos ahorros tengan un impacto directo y positivo en la empresa, principalmente en los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización. Se robaban 70 mil barriles diarios y ahora sólo cinco o seis mil barriles. Pregunta a Octavio Romero Oropeza, director de Pemex: ¿por qué no se refleja en el precio de la gasolina? 5. Ya hay fecha. El Instituto Nacional Electoral (INE) sugirió al PRI realizar el 8 de septiembre próximo la elección interna de su dirigencia. “En cumplimiento del mandato del Consejo Político Nacional, la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional procederá a atender las solicitudes formuladas por el INE, por lo que la convocatoria al Consejo Político Nacional se definirá a la luz de los avances en torno a dichas solicitudes”, señaló el PRI en un comunicado. El organismo presidido por Lorenzo Córdova sugirió que los aspirantes a la presidencia y secretaría general del PRI no realicen todavía actos de proselitismo, sino hasta después de la jornada electoral constitucional del 2 de junio. Lástima, eso será imposible. Muchos ya comenzaron a promoverse desde hace semanas. Y lo que es más, ya hasta se definieron vencedores. Bitácora del director / El PRI no tiene remedio
El nonagenario Partido Revolucionario Institucional ha puesto en marcha su proceso de renovación, con el que busca salir de la peor crisis de su historia. Urgidos de legitimidad, los priistas han aceptado que el próximo líder nacional de la organización salga de un proceso de consulta a la base. Poco deben recordar su propia historia, pues cada vez que han intentado practicar la democracia interna, aquello ha terminado en desastre. A juzgar por los primeros escarceos para elegir a quienes serán sus nuevos dirigentes en los estados –un proceso previo al recambio de su estructura nacional–, las cosas no pintan nada bien. El domingo se celebraron en Yucatán los comicios internos para la próxima directiva estatal, que deberá entrar en funciones en octubre. Para el cargo de presidente estatal se registraron 4 aspirantes, aunque la competencia real parecía darse entre dos de ellos: Francisco Torres Rivas, exdiputado federal, y Diego Lugo Interián, alcalde con licencia de Sucilá. Aunque los resultados oficiales se darán a conocer mañana, Torres Rivas se declaró ganador, si bien su triunfo –en una elección que atrajo a 14% de los 191 mil priistas empadronados en el estado– se ha visto manchada por decenas de irregularidades. La planilla perdedora denunció que militantes fallecidos aparecen entre quienes ejercieron el voto, una práctica tan vieja como el propio PRI. Uno de ellos es Eufemio Osorio Maas, quien, de acuerdo con un acta de defunción presentada por la campaña de Lugo Interián, murió el 8 de junio del año pasado, pero que, de alguna manera, resucitó para votar en su natal Abalá, donde, por cierto, sufragó la totalidad de los inscritos en el padrón. Irónicamente, priistas reconocidos no pudieron participar al no aparecer en la lista, como Felipe Cervera Hernández, presidente del Congreso del estado y consejero nacional. El PRI aún no sale de las dificultades de esa contienda y pronto se meterá en otra, en Veracruz, donde la elección será el domingo 28. Ahí se da, como en Yucatán, una competencia entre el aspirante del grupo tradicional que ha manejado el PRI veracruzano, Marlon Ramírez Marín, y la candidata de las bases del sur del estado, Isabel Gómez Morales, regidora por Minatitlán. Ésta denunció que en el padrón priista, que tiene 166 mil nombres, hay muertos y “gente que ya no nos acompaña políticamente”. Gómez Morales dijo que el órgano regulador del proceso “tiene las manos metidas” y que hubiera sido mejor designar al nuevo dirigente estatal por dedazo. “¿Para qué simular, por qué querer engañar a la militancia?”, se quejó la candidata. A principios de los años 90, el PRI buscó recuperar de forma similar la credibilidad perdida durante la sucesión presidencial de 1988. Personalmente, me tocó atestiguar la elección interna que se realizó para definir la candidatura a gobernador de Colima en 1991. Los dos aspirantes, el vencedor, Carlos de la Madrid, y la vencida, Socorro Díaz, protagonizaron un pleito tal que pocas ganas le quedaron al PRI de seguir con la faramalla y volvió al dedazo, aunque disfrazado de “candidatura de unidad”. El PRI nunca ha sido un partido democrático, no está en su naturaleza. Si el tricolor quiere recuperar influencia en el escenario político tendrá que apostar por otros atributos, si es que los halla. Pero más parece bien que, hoy por hoy, no tiene remedio.