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Ante el reciente anuncio del Presidente de EE.UU Donald Trump sobre su interés en cambiar la fecha de las elecciones del próximo 3 de noviembre, me han llegado diversas dudas no solo sobre la posibilidad del cambio de fecha
02:06 sábado 1 agosto, 2020
ColaboradoresAnte el reciente anuncio del Presidente de EE.UU Donald Trump sobre su interés en cambiar la fecha de las elecciones del próximo 3 de noviembre, me han llegado diversas dudas no solo sobre la posibilidad del cambio de fecha, sino también sobre el funcionamiento mismo del proceso electoral de nuestro vecino del norte, que por mucho difiere del nuestro dónde el presidente es electo democráticamente por mayoría votos directos de los ciudadanos. A fin de conocer el mecanismo electoral de EE.UU, comentaremos brevemente su historia y sobretodo su nacimiento. Lo que actualmente conocemos como los Estados Unidos de América, inició siendo una colonia del Reino Unido dividida en 13 territorios independientes y autónomos, que si bien se unieron por algunos años durante la guerra de independencia, una vez que los Padres Fundadores firmaron la Declaración de Independencia en 1776, se crearon 13 “Estados desunidos de América” ya que operaban como naciones independientes, hostiles entre ellas y con fronteras inciertas. Cinco años después, en 1781 se creó un Congreso débil, únicamente facultado para conducir la política exterior, regular la acuñación y el sistema postal, pedir préstamos y resolver disputas entre los Estados, para este entonces aún no existía la figura presidencial. Sin embargo, con el paso de los años y en un contexto internacional donde existían naciones más fuertes, y donde la fragmentación interna llevó a menguar la seguridad y prosperidad de los nuevos Estados, resultó llamativo contar con un gobierno central con suficiente poder para permitir a la nación actuar con unanimidad. El principal obstáculo para ello fue que entre los Estados existía disparidad en territorio, población y economía, lo que llevó a los Estados pequeños a temer sobre una posible dominación de los Estados grandes. Bajo este supuesto se llegó al consenso de crear una Unión Federal en dónde los Estados mantuvieran su autonomía. Una vez con esta decisión, los Padres Fundadores discutieron sobre la manera de elegir al presidente de la federación, y se sugirieron dos opciones, por un lado una elección a través de los representantes de los Estados en el Congreso, y por otro lado mediante elección directa de los ciudadanos. Sin embargo, los líderes rechazaron dichas ideas ya que sostenían que en ambos casos los ciudadanos optarían por su candidato local, lo que llevaría a una posible dominación de los Estados grandes. Finalmente, en 1789 se decidió que las elecciones serían a través de un voto indirecto de los ciudadanos, ya que ellos elegirían a una figura de “electores”, para que a su vez ellos elijan al Presidente. De esta manera, los ciudadanos tendrían influencia en la elección, pero dejarían la voz final sobre los electores, dicho sistema se mantiene vigente al día de hoy. El Colegio Electoral por lo tanto consiste en la votación de los ciudadanos por sus electores, quienes a su vez votan por el Presidente. De acuerdo a la Constitución de los EE.UU, los electores no están obligados a votar por lo que manifiesten los ciudadanos que representan, sin embargo suelen respetar su decisión. En la historia del país únicamente han existido nueve ocasiones en dónde los electores no respetan el interés de sus votantes. Actualmente dicho Colegio cuenta con 538 electores y se requiere al menos 270 votos para ganar las elecciones. Los electores son seleccionados por los partidos políticos y el número de electores para cada Estado corresponde a la proporción de su población y cantidad de congresistas. En todos los Estados, excepto Maine y Nebraska, el candidato con la mayoría de votos, se queda con la totalidad de los votos electorales del Estado, y es por ello que un Estado puede resultar decisivo en una contienda electoral. De tal forma, existe la posibilidad de que un candidato gane por mayoría de votos pero pierda en el Colegio Electoral y por lo tanto la elección, tal y como fue el caso en el 2000 dónde George W. Bush ganó las elecciones con 271 votos del Colegio Electoral, aún y cuando el Demócrata Al Gore obtuvo 540,520 votos más que Bush. Por lo anterior, resulta casi imposible que el Presidente Trump aplace la fecha de las elecciones, a menos que se cumplan ciertos supuestos en donde los Estados juegan un rol prioritario. La primera opción es que el Congreso cambie la fecha definida por ley cada cuatro años el primer martes después del primer lunes de noviembre, sin embargo dado que actualmente la Cámara de Representantes cuenta mayoría Demócrata, es muy foco factible que voten a favor de la propuesta. La segunda opción y aún más inviable es que los Estados modifiquen sus leyes locales para posponer la fecha. De tal manera que a tres meses de la elección, el candidato Demócrata y Republicano se tendrán que preparar para las próximas elecciones .
Twitter: @Noemihrb