Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
Esta semana el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell protagonizó un espectáculo de bajísimo nivel, cuando acudió ante los Senadores a, se suponía, dar cuenta de la forma en la que se ha manejado la pandemia por COVID 19 en México.
00:06 miércoles 14 octubre, 2020
ColaboradoresEsta semana el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell protagonizó un espectáculo de bajísimo nivel, cuando acudió ante los Senadores a, se suponía, dar cuenta de la forma en la que se ha manejado la pandemia por COVID 19 en México.
No es la primera y seguramente no será la última vez que seamos testigos de tal desorden en una sesión en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, ahí donde los que hemos nombrado para que nos representen hacen todo menos interesarse por lo que a los ciudadanos nos importa. Seré clara, no hay que rasgarse las vestiduras pues quienes hoy gobiernan ayer fueron oposición e hicieron exactamente lo mismo para desgastar al gobierno en turno, hoy que ellos son gobierno, les dan una dosis de la misma medicina. Pero eso no justifica, ni mucho menos conforma a los ciudadanos que esperamos más de nuestros representantes, no se trata de defender al subsecretario, a él me referiré más adelante, pero del lado de los Senadores hay que poner en contexto su actuación que no obedece a una preocupación legítima, sino a una estrategia política, porque le 2021 está cada vez más cerca y lo que vimos en el Senado fue una lucha política y no una preocupación legítima o una lucha por la gente. Pero, además, este enfrentamiento estaba más que anunciado, pues el primero en hacer de la atención a la pandemia del COVID 19 una estrategia política fue el Gobierno federal y el mismo subsecretario López Gatell, quien se convirtió en figura protagónica en lugar de estratega en medio de la pandemia. El subsecretario de salud ha sido soberbio y revoltoso, se ha lanzado contra todo aquel que se atreve a cuestionarlo, sin entender que quien está en el servicio público debe estar bajo escrutinio permanente y siempre dispuesto y comprometido con la rendición de cuentas. Pero López Gatell no lo está, le molesta que se le cuestione y responde con altanería a las interrogantes de los medios, de los legisladores, de los twitteros, como dueño de las ruedas de prensa vespertinas, no permite que se le contradiga, actúa a la defensiva, confronta y con ese tenor no importa cuantas horas se esté en los medios, no habrá una verdadera comunicación. La Senadora Verónica Delgadillo lo dijo de forma contundente, desde un principio López Gatell dejó en claro que prefería quedar bien con su jefe que atender la pandemia, puso por encima de todo el cuidado de la imagen de su jefe, por encima incluso, de la ciencia, de la salud y de la vida de millones de personas en nuestro país. Prefirió cuidar su chamba que cuidar la vida de los mexicanos. Hoy los muertos en México se cuentan por decenas de miles, pero ese no es el único efecto adverso, el sistema de salud está más que colapsado, la economía se tambalea, se ha reducido aún más la expectativa de crecimiento, se han cerrado empresas y perdido empleos, el turismo ha caído a sus niveles más bajos en la historia reciente, la pobreza se ha recrudecido, miles de familias se han quedado sin sustento, la falta de oportunidades y la desesperanza imperan, el país está frente a uno reto mayúsculo y no podrá salir adelante mientras quienes están en la toma de decisiones, desde el ejecutivo pero también desde el legislativo no se lo tomen con responsabilidad y seriedad. En términos médicos el primer paso es el diagnóstico y en ese sentido, sobran datos, el problema es que no se sabe a ciencia cierta si son verídicos, se tiene que partir de una base sólida de diagnostico, considerar las diferentes alternativas para atender cada uno de los síntomas que se han derivado, de salud, económico, social y plantear estrategias integrales e integradoras. Dejar la batalla que nos puede terminar condenando a todos, hoy no es tiempo de pleitos electorales, sino de gobernar, de representar, de resolver. A nadie conviene que la problemática crezca porque ese pastel por el que tanto pelean se puede desmoronar si no se actúa de forma adecuada.