Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
Por qué lo hicieron, muy fácil, porque no soportaron la presión de saber que Ricardo Gallardo, candidato del PVEM, lo haría. Gallardo nunca mostró siquiera, la más mínima intención de no realizar un evento masivo, y el resto, con tal de no quedarse atrás, terminó haciendo lo mismo
23:11 martes 9 marzo, 2021
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOA penas hace unos días que arrancaron las campañas de quienes buscan gobernar a San Luis Potosí y podemos resumirlas, hasta ahora, como una gran decepción pues, los candidatos y candidatas han ignorado por completo el dolor de quienes han sacrificado tanto en medio de esta pandemia y han decidido seguir con sus eventos multitudinarios como si nada pasara, además, no han tenido ni el tino ni las ganas de hablar de frente de los temas que realmente importan a los ciudadanos y esto se debe, simple y sencillamente, a que no han escuchado. Pese a que, en días previos al arranque de las campañas, al menos uno de los candidatos, Octavio Pedroza de la Coalición Sí por San Luis, afirmó que no pondría en riesgo a las personas, porque ninguna campaña valía la vida de los potosinos, terminó cayendo en el juego de los aplausos fáciles de los mítines de la vieja escuela, donde todo son palmaditas en la espalda del ungido candidato. Lo mismo hizo la candidata de Morena, Mónica Rangel, por cierto, ex secretaria de salud del Gobierno del Estado, quien convocó a cientos de personas, sin sana distancia, en torno al arranque de su campaña. Por qué lo hicieron, muy fácil, porque no soportaron la presión de saber que Ricardo Gallardo, candidato del PVEM, lo haría. Gallardo nunca mostró siquiera, la más mínima intención de no realizar un evento masivo, y el resto, con tal de no quedarse atrás, terminó haciendo lo mismo. ¿Con qué cara mirarán estos candidatos y candidatas a las personas que han perdido a sus seres queridos en medio de esta pandemia, cómo les pedirán su confianza a todos los que han perdido su empleo o que han tenido que bajar la cortina de su pequeño negocio por el impacto de la pandemia?, ¿cómo pedirán el apoyo a las mujeres que han tenido que renunciar a sus trabajos, a sus estudios, a esos espacios que tanto les había costado ganar, por tener que cuidar de los suyos?, ¿cómo hablaran del futuro de la infancia que ha tenido que dejar las aulas y permanecer encerrados?, ¿cómo le hablarán a los adultos mayores que no han visto a sus familias durante casi un año, con tal de mantenerse a salvo?, ¿con qué calidad moral van a hablarles de empatía y comprensión, de lucha conjunta a las y los ciudadanos que han sacrificado tanto en esta pandemia si ellos, los candidatos y candidatas han demostrado que por encima del “bien común”, de la salud, de la vida, de la reactivación económica y de cualquier otra cosa, están sus intereses político electorales? Son indolentes y así lo han demostrado y así se atreven a pedir nuestra confianza, qué gran decepción, deberían de estar muy avergonzados, porque, además, en términos prácticos, a las y los potosinos de nada le sirven sus mítines multitudinarios, ahí no se escucha a la gente, ahí la única voz que suena es la del candidato o candidata, y lo único que escucha son los aplausos provocados por su propia comitiva, como si se tratara de una comedia barata. Y nos dicen que no tengamos miedo, que van a la segura, que son la esperanza de México, pues hablarán de ellos, porque los y las ciudadanas si van con miedo, miedo de contagiarse de Covid y no tener atención médica, miedo de perder su trabajo en medio de esta pandemia o de perder sus negocios si las restricciones se postergan más, no van a la segura en nada, porque hoy lo que impera en la incertidumbre y es justo la esperanza la que se desvanece cada vez que se anuncia un repunte en los contagios o nuevas medidas restrictivas. Esto apenas comienza, son 90 largos días que veremos a las y los candidatos convertirse en puntos de riesgo, en amenazas, mientras abrazan adultos mayores y van de una zona a otra del estado. Ojalá y se den cuenta de que va en riesgo algo más importante que sus ganas de llegar a la silla del Gobierno del Estado, va en juego la vida, la calidad de vida de esa población a la que deberían estar dispuestos a servir, ojalá que, si la sensatez no les llega, le llega la fuerza al gobierno del estado para frenar esta locura y a los ciudadanos, la claridad de no llevar al gobierno, a quien hoy no demuestra su compromiso con San Luis.