El día de mañana miércoles el Presidente Andrés Manuel López Obrador visita nuestra capital de San Luis Potosí para asistir a una reunión con la Conferencia Nacional de Gobernadores. Los temas que abordarán son de una densidad política que poco le podrían importar al grueso de la población. Destacarán, a mi juicio, dos temas. Las quejas contra el subsecretario de salud Hugo López-Gatell y la estrategia que trae López Obrador para bajarle de intensidad al conflicto que trae con los gobernadores. Les quiere hacer creer que él solo busca beneficiar al país, aunque sus actos digan otra cosa; que, de verdad, él es un hombre honesto que no miente; que las ofensas que les ha proferido son un malentendido involuntario; que los recortes presupuestales son por el bién de los Estados, o; que la falta de apoyos económicos frente a la pandemia es para tener ahorros, también para el bién del país.  Lo puedo pronosticar. López Obrador se posará frente a su realidad y describirá soluciones que solo él ve. Como esas que dice que en México todo los niños con cáncer tienen acceso a las medicinas, aunque eso sea mentira; que todos los mexicanos que se contagien de Covid tienen acceso a los servicios médicos, aunque la gente se muera en las puertas de los hospitales; que en la 4T se acabó la corrupción, aunque las compras de su gobierno sean las más opacas y el 75 por ciento se hagan por asignación directa; que es un Presidente que no miente, aunque en cada mañanera mienta una y otra vez. Mañana miércoles los gobernadores se trenzarán con López Obrador en una danza de buenos modos, de corrección política. Mientras, el Presidente sigue fraguando su golpeteo mediático y judicial en contra de quien le represente una adversidad política rumbo a las elecciones del año 2021. Pase lo que pase. Del tamaño que sea la simulación de un arreglo, el convulso ambiente político de México seguirá igual o, peor, en la medida que se acerquen las elecciones. ¿Que tanto le importamos los potosinos a López Obrador?. Muy poco. San Luis Potosí no pinta en rentabilidad electoral nacional. Aportamos solo algunos puntitos porcentuales. Casi nada.