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La historia nos enseña que a finales del gobierno de Adolfo López Mateos se abrió la Cámara de Diputados para integrar otras voces que no fueran del PRI
00:19 domingo 20 junio, 2021
ColaboradoresAndrés Manuel López Obrador pretende eliminar las diputaciones plurinominales porque esto le daría todo el poder en la Cámara de Diputados y lograría un retroceso de 68 años a la democracia mexicana, con lo que lograría que su Morena recuperara los años del monopolio de un solo partido, como lo fue el PRI. La historia nos enseña que a finales del gobierno de Adolfo López Mateos se abrió la Cámara de Diputados para integrar otras voces que no fueran del PRI, de esta manera el partido que lograra el 2.5% del voto nacional alcanzaría 5 diputaciones y aumentaría uno por cada medio punto porcentual que lograra hasta llegar a 20 escaños. Fue entonces que el primer presidente que tuvo un Congreso con diputados de partidos de oposición reconocidos por la nueva ley fue Gustavo Días Ordaz, en el año de 1964 lograron 20 posiciones miembros de Acción Nacional. Posteriormente la ley bajó el porcentaje de asignación de 2.5 a 1.5% y el tope máximo para acceder a una curul por partido fue de 25. Ya para l977, con José López Portillo en la presidencia de la república y en la secretaría de gobernación Jesús Reyes Heroles, se modificó la integración de la Cámara de Diputados para dar mayor representación a partidos minoritarios. Así se combinó o se dio paso a la representación de mayoría relativa y de representación proporcional. La Cámara pasó de 300 a 400 diputados, cien de los cuales fueron por la nueva vía, de representación proporcional. Para la elección intermedia de 1979 el PRI no obtuvo el cien por ciento de las curules, vamos todos. El porcentaje del tricolor fue de 69.84% de los votos que le dieron 296 diputados. Cuatro de mayoría relativa fueron para el PAN, que con el 10.79% de la votación obtuvo 42 diputados plurinominales. En tanto el Partido Comunista Mexicano que participaba por primera ocasión de manera legal logró 18 diputados y se posicionaba como la tercera fuerza política. Le siguieron el Partido Popular socialista y el Partido Socialista de los trabajadores con 12 escaños cada uno. Finalmente del Partido Demócrata Mexicano y el Auténtico de la Revolución Mexicana se ubicaron con 10 asientos, cada uno, en la Cámara de Diputados. Para 1986 se modificó la Constitución y se elevó el número de plurinominales a 200 para que la Cámara de Diputados se integrara por 500 legisladores. Fue hasta 1996 cuando se integraron los senadores por la vía plurinominal 32 en total. Existen voces que consideran a los plurinominales necesarios dentro de la democracia como una forma de darle voz a los ciudadanos cuyos candidatos en sus distritos no obtienen el triunfo. Otros más apoyan la idea de que es un reflejo del mosaico plural que existe en el país, y unos se suman a la propuesta para desaparecerlos. La realidad es que López Obrador pretende suprimirlos, no por lo oneroso sino para regresar al formato de donde él proviene, el partido absolutista, el de “la dictadura perfecta” y él si bien dice no pretende reelegirse, si quiere ser el Plutarco de la 4 T. Quitarlos es ir contra nuestra joven democracia y sobretodo seguir el camino que pretende el autócrata.