Un terremoto de magnitud 4.3 sacudió este martes la provincia de Lorestán, al oeste de Irán y limítrofe con Kermanshah, ciudad devastada el pasado domingo por un fuerte sismo. El Centro Sismológico de Irán indicó que el terremoto se produjo a las 7:58 hora local, y su epicentro se situó a 10 kilómetros de profundidad, cerca de la ciudad de Kuhdasht. Por el momento, no hay reportes de posibles víctimas o daños materiales en la zona a causa del nuevo temblor, según la agencia oficial IRNA. La provincia de Lorestán limita con Kermanshah, donde la noche del domingo se registró un sismo de 7.3 que, hasta ahora, ha dejado 530 muertos y cerca de 7 mil 150 heridos. El Gobierno iraní decretó este martes día de luto nacional para honrar a las víctimas de este fuerte terremoto, que tuvo más de un centenar de réplicas. El Ejecutivo calificó lo sucedido de "amargo y doloroso incidente", expresó sus condolencias a los familiares de los fallecidos y deseó una pronta recuperación de los lesionados. En un recorrido por las zonas afectadas, el Presidente Hasán Ruhani garantizó que se han movilizado todos los recursos gubernamentales para hacer frente a la crisis y anunció que se proporcionarán préstamos a las personas que deben reconstruir sus hogares. "El Gobierno acelerará este proceso para que pueda hacerse en el menor tiempo posible", afirmó, según un comunicado de la Presidencia. La Fundación de Vivienda de la Revolución Islámica será la encargada del proceso de reconstrucción de unas 30 mil viviendas, según la televisión estatal. "No hay un iraní que no esté pensando hoy en la gente de Kermanshah", subrayó. El Presidente viaja acompañado por los Ministros de Petróleo y Carreteras y Desarrollo; el director de la Organización de Planificación y Presupuesto. No obstante, la televisión estatal informó que concluyeron las operaciones de rescate en las áreas azotadas. En las localidades más damnificadas, como Sarpul Zahab, donde hay muchos edificios reducidos a escombros y los servicios de agua y luz siguen sin funcionar, miles de personas pasaron una segunda noche a la intemperie por temor a más terremotos. Otros más han tenido que instalarse en tiendas de campaña debido a que sus viviendas quedaron destruidas o dañadas por el sismo de 7.3, el más grave registrado en Irán desde 2003, cuando perdieron la vida 31 mil personas. -- EXCELSIOR