CIUDAD DE MÉXICO.- Apelar a la nostalgia no siempre es una idea ganadora. Nokia sigue apostando por el pasado para ganar terreno en el terreno de los teléfonos móviles y ahora presentó el 8810, famoso por aparecer en la película Matrix en 1999.  Se trata de un modelo con cubierta desplegable, fue mostrado en el Mobile World Congress 2018, y francamente su precio y especificaciones son ridículas. Por 79 euros (1,776 pesos mexicanos), tenemos un teléfono con las siguientes características: Procesador Qualcomm 205 Mobile.

512 MB RAM.

4GB Memoria interna.

Conexión 4G/LTE.

Cámara trasera 2MP.

Sistema operativo Smart Feature OS.

Google Asistant. 

Navegación de internet básica. 

Apps habilitadas para recibir mensajes de redes sociales. 

Colores: Negro y Amarillo plátano.  ¿Valdrá la pena? Nokia al parecer, está realizando las cosas de forma equivocada. Aunque la nostalgia vende (pensemos en el renovado mercado de los discos de vinilo, por ejemplo), tanto el 3310 que salió el año pasado -conocido como el Nokia de “ladrillo”- como éste modelo, apostando a lo retro juegan con el bolsillo del usuario equipando tecnologías cuyo costo ya es risible e incluso incómodo con lo que podrían ofrecer en la actualidad.  No sabemos si llegarán a México, pero revisemos un poco sus características y pensemos si vale la pena.  Por casi 2 mil pesos mexicanos, estamos comprando un teléfono con cámara de 2 megapixeles, casi una burla.  Aunque no carece de navegación en internet, hablamos de conectividad básica; los 4 GB de memoria interna (no se dice si se puede expandir) harán que el modelo pueda quedar obsoleto al respecto muy pronto, por la aparición de nuevos plugins en las páginas web.  En cuanto al uso de redes sociales, no contará con las apps comunes en Android o iOS; serán versiones básicas que solo nos permitirán ver algunas notificaciones y mensajes.  ¿Durabilidad?, eso es muy relativo en asuntos de tecnología en nuestros días.  Aunque Nokia busca conectar con los compradores con modelos retro, haciéndoles recordar sus buenos momentos, no está equipando tecnologías que soporten un poco mejor las necesidades modernas.  Una cosa es apostar por lo que les hizo tener éxito en el pasado, y otra, vender un teléfono con tecnologías apenas por encima de 20 años de progreso, y disfrazarlo de un modelo nuevo, pero nostálgico.  Será cuestión de tiempo para descubrir si su apuesta funcionará. Lo cierto es que el 3310 que salió el año pasado, no fue un golpe en el mercado.  -- EXCÉLSIOR