Vínculo copiado
Vulgar contraste resulta comparar universidades o colegios cerrados con centros para el divertimento, una total demencia de doble valor, ante el sálvese quien quiera o pueda, las aulas permanecen cerradas mientras antros, bares y lugares de reunión ponen en evidencia una política incapaz de ordenar las cuestiones más simples.
07:13 lunes 26 octubre, 2020
ColaboradoresHace unas semanas escribía sobre el semáforo amarillo, una manera de predecir lo que actualmente es noticia, manera más elocuente de entender que esta situación no se arregla con discursos ni pantomimas. Mientras miles de trabajadores siguen en reclusión hogareña, otra parvada poblacional disfruta del periodo contingente demostrando la total pérdida de sentido social. Vulgar contraste resulta comparar universidades o colegios cerrados con centros para el divertimento, una total demencia de doble valor, ante el sálvese quien quiera o pueda, las aulas permanecen cerradas mientras antros, bares y lugares de reunión ponen en evidencia una política incapaz de ordenar las cuestiones más simples. Deje usted a un lado la capacidad de anticipación, comparativa o atención coherente al problema, el presidente Obrador prefirió quitar cubre-bocas y alardear hasta la fecha lo que pesará en su historia hasta convertirlo en un personaje circense, uno de esos que viene como anillo al dedo, hiriente, falto de respeto y estremecedor ante el aumento de decesos, un manda-más sabelotodo que no se deja aconsejar por miedo a quedar evidenciado. Tenga usted por seguro que el Gobierno seguirá siendo un equipo plagado de marionetas políticas, envueltos en aumentos, rebrote y la total falta de estrategia, hemos sido acreedores a una dura condena que nos obliga a vivir tiempos de duelo; poca visión y nula capacidad gubernamental en todos los esquemas, TODOS!, falta de valor para afrontar este problema y educar a una sociedad que vive entre reuniones, nuevas normalidades y el “no pasa nada”… pues si pasa! Ante los resultados del regreso ( nunca se fue ) pandémico, pareciera suficiente volver al “movimiento naranja” y esperar que las cosas se solucionen, ósmosis política propia de la incapacidad y la falta de arrestos. Entiendo no es nada popular recluir a una sociedad y declarar un toque de queda, cerrar estados y circulación nacional para afrontar el golpe económico que, en vez de ser a la brava, se presenta de manera paulatina para el acomodo. Lo entiendo, mida afectaciones y descubrirá como vamos directos a una situación insostenible, excusa perfecta para poder emitir culpas en un momento de caos. Las risas que provocó el expresidente Peña al proponer “tandas de bienestar” tras el terremoto capitalino son los aplausos que recibe AMLO cuando propone la misma estrategia ante COVID, una inacción gubernamental con las empresas mexicanas que ven como la economía cae hasta casi el 20%. Podemos ver ejemplos de salida, en USA los apoyos a las empresas han alcanzado hasta el 15% de su PIB mientras que México no llega ni al uno por ciento, una falta de apoyo que provoca una contracción sin precedentes de más del 25% por ciento en el último trimestre medido de este año. El cierre temporal de lugares de trabajo ha provocado un desplome interminable de las actividades secundarias, una suspensión en la producción y un rompimiento en la cadena de suministro. Las actividades relacionadas al sector del servicio registraron caídas del 20%, panorama deprimente si lo acompañamos del resultado de actividades primarias (sector agropecuario) con retrocesos de hasta el 3%. Puesto esto en consideración, el PIB registrará un descenso histórico por arriba del 10%, una situación que vivimos ante la tan aclamada esperanza económica, igualdad de oportunidades y el fin del tan odiado neoliberalismo.
Falta de valor, en todos los sentidos, ningún gobernante ha podido hablar de forma clara sobre las necesidades de control social, ha leído usted bien, CONTROL SOCIAL. Esta situación se nos va cada vez más de las manos, algo que llamará mucho la atención al descubrir que ( como resultó el 10 de mayo o pasados los pagos por utilidades, prima vacacional, etc. ) eventos como Día de Muertos, “El Buen Fin”, Aguinaldos y Navidad aún pueden dar un pequeño respiro confirmando una tumba social … Prepare el 2021, sin incentivo final y con la displicencia vivida, en periodo electoral y con el recurse del 2020, aquí no hay más que aplicar un “Sálvese quien quiera”.