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“No lo olvide, los niños… no son adultos, no queramos que piensen y vivan esta pesadilla de la pandemia como nosotros la vemos y vivimos. No dejemos que su niñez esté marcada por nuestro egoísmo, de tenerlos enclaustrados, viviendo nosotros una doble moral”
22:10 domingo 29 agosto, 2021
ColaboradoresEstimado lector, este texto que escribo, coincide con el regreso a clases presenciales para millones de niños de nuestro país… luego de más de año y medio de pasar en confinamiento por esta pandemia de Covid-19 que estamos viviendo. Antes que nada quiero precisar que la opinión que expresaré en este texto va encaminada más a una reflexión, de ninguna manera pretendo ser un “experto epidemiólogo” ni mucho menos uno más de aquellos que quieren que nuestros niños sigan privados de la libertad y capacidad de poder estar con sus semejantes, retomando su educación. Soy padre de un niño que este lunes comienza su ingreso a la etapa preescolar, como muchos de ustedes decidí mandar de nuevo a mi hijo a las aulas, con algo de preocupación y también incertidumbre, no sé sinceramente qué vaya a pasar en los primeros 15 días después del regreso a clases presenciales que decidió realizar el Gobierno de México, pienso que esta... sin duda es una decisión de cada padre de familia, a final de cuentas es un regreso a clases opcional y eso no hay que perderlo de vista. Pero soy concreto con lo que diré, ¿Por cuánto tiempo más, dejaremos a nuestros hijos privados de lo más elemental que tienen como lo es el poder convivir con sus semejantes? Algo que demostró el confinamiento es que en México, aumentó la violencia intrafamiliar, los abusos sexuales y además, el sedentarismo al que los obligamos en aras de su protección, contribuyó al aumento del sobrepeso y obesidad infantil que ya tenía azotando al país desde décadas atrás. Y una cosa más, durante todos estos meses, muchos adultos disfrutaron de las oportunidades que brindaron todos los colores de los semáforos epidemiológicos, y es que mientras teníamos a nuestros hijos enclaustrados en las casas (muchos padres justificando que no querían exponerlos al virus), al mismo tiempo seguían asistiendo a los antros, bares y fiestas o incluso ellos mismos organizaron durante muchas veces, infinidad de reuniones… exponiendo en sus propias casas a los niños a que se pudieran contagiar del mismo virus del cuál los quieren proteger. Me parece que hemos vivido durante toda la etapa de esta pandemia en una constante contradicción y doble moral, de muchos sectores, de todas las conciencias… mientras que dejamos abandonados a los sectores que más vulneables son en esta pandemia: los adultos mayores y los niños. Creo firmemente en que debíamos hacer esto desde hace mucho tiempo, cuando la pandemia nos daba la oportunidad de poder mandar a las aulas a los maestros y niños, con un poco más de seguridad en el tema de los contagios; pero, si algo me queda claro es que ya no se puede esperar más. Hay muchos niños que son hijos únicos, que viven más de 24 horas, rodeados de adultos y que no han vuelto a ver a alguno de sus semejantes con quien jugar, platicar o reir. No lo olvide, son niños… no son adultos, no queramos que piensen y vivan esta pesadilla de la pandemia como nosotros lo vemos y vivimos. El verdadero valor que debemos transmitirles a las nuevas generaciones es la dicha de estar aquí, a pesar de las condiciones que vivimos, no dejemos que su niñez esté marcada por nuestro egoísmo. Sé que el regreso será difícil, pero sólo el tiempo nos dirá si tomamos la mejor decisión.
Nos leemos la próxima semana, hasta entonces… hasta siempre.