Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
Una pregunta salta de improviso antes de avanzar con estos tres elementos que me propongo en el titulo de mi columna (Crisis, Violencia y Caos)
00:30 viernes 27 marzo, 2020
ColaboradoresMe es importante hablar sobre los peligros de Seguridad por el Coronavirus, ya que en pocos días en la Ciudad de México y Estado de México, se han presentados efectos colaterales de conductas delictivas como los Saqueos, pero de donde proviene este concepto. El Saqueo, también llamado pillaje, es la toma o el apoderamiento ilegítimo e indiscriminado de bienes ajenos: por la fuerza, como parte de una victoria política o militar; en el transcurso de una catástrofe o tumulto, como en una guerra, o bien pacíficamente, aprovechando el descuido o la falta de vigilancia de bienes. Por lo que para nosotros los estudiosos de la Criminologia, es de suma importancia entender ciertos datos que se correlacionan entre si y de esta manera comprender mas objetivamente este comportamiento colectivo determinando sus diferencias delictivas. Por lo anterior, cabe señalar que existen dos correlaciones, la primera se ubica en el año 2018 por el efecto del alza del precio de la gasolina y el famoso HUACHICOLEO, también lo observamos en el efecto endémico del CORONAVIRUS, en las dos podemos observar que existe un comportamiento en común de tipo socio-económico y de la misma manera hay otro elemento común que entrelaza a los individuos en las Redes Sociales. Una pregunta salta de improviso antes de avanzar con estos tres elementos que me propongo en el titulo de mi columna (Crisis, Violencia y Caos) ¿Todas las crisis socio- económicas son violentas? Una primera aproximación nos advierte que no se debería asumir automáticamente que las crisis sociales o económicas son situaciones de violencia, porque no todas las crisis poseen el componente agresivo que degenera en violencia, y no todas las violencias provienen de una situación crítica. Pero las crisis violentas tienen características particulares: se sustentan ya sea en reivindicaciones legítimas o en acciones ilegales. Su impronta común la determinan los actos de agresión (física, verbal o psicológica) actos que son rechazados en casi todas las sociedades. Eso no descalifica a la violencia como método efectivo en la consecución de metas, objetivos o beneficios, ya que es esta utilidad instrumental lo que la potencia mientras se obtengan los resultados deseados. Las protestas violentas, la destrucción indiscriminada de bienes públicos y las agresiones a personas y propiedades privadas seguirán siendo parte del la vinculación violenta y perniciosa entre grupos humanos y el círculo vicioso de las crisis sociales irresolutas. Una de las respuestas inmediatas y breves a nuestra situación nacional, es que la economía política desde mi punto de vista, ofrece enseñanzas útiles acerca de los factores sociales y políticos que hacen que una reforma sea políticamente posible y socialmente aceptada. Contrariamente a lo que se supone, la crisis dificulta, más que favorece, las reformas. La razón está en el resentimiento de las clases populares y la clase media contra la corrupción y la mala fe en los negocios y la concentración de la renta y la riqueza. En ese contexto las reformas sociales, como las del mercado de trabajo y las pensiones, son vistas por muchos ciudadanos como una forma de añadir injuria al dolor de la crisis que se presenta, ya sea por un coronavirus o un huachicoleo, factores que acentúan el resentimiento y la percepción de la injusticia ante la desigualdad social. Para vencer el resentimiento y la resistencia, las reformas en un ámbito concreto tienen que encuadrarse en el marco más general de una política que sea capaz de reconstruir el bien común y generar confianza en un futuro compartido ……….lejos del llamado caos social. Por último, y dejando atrás la profundidad del análisis académico, me es preciso concluir que inevitablemente mientras más se dilate el lapso de las soluciones económicas en nuestro país, la crisis se acentuará, y con ello se extenderán las posibilidades de que se convierta en un conflicto, que puede llegar a ser violento a medida que los niveles de frustración aumenten y se generalicen en nuestra sociedad. La dificultad para identificar y comprender el ADN violento de una crisis como la que estamos viviendo, estriba en la incapacidad de nuestro gobernante de operar la concepción de la crisis y en su desarrollo los estados emotivos, las intenciones y las metas de los individuos que integran al colectivo en crisis, y cómo los dirigentes de los movimientos sociales manipulan y conducen esas crisis hasta convertirlas en conflictos sociales.