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El puntero Iván Duque (der.) es crítico del acuerdo de paz firmado con las FARC. En la contienda de hoy, se enfrenta a Humberto de la Calle (izq.) uno de los negociadores, quien tiene apoyo mínimo
08:20 domingo 27 mayo, 2018
MundoEl proceso de paz en Colombia será puesto a prueba, una vez más, en las elecciones presidenciales de hoy. El candidato Iván Duque, que aventaja en unos 13 puntos en las encuestas al izquierdista Gustavo Petro, aboga por modificar los acuerdos con la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Representante del Centro Democrático, Duque comparte el escepticismo del ex Presidente Álvaro Uribe, la principal figura política que lo respalda en la campaña y opositor al pacto que el Gobierno de Juan Manuel Santos firmó con la guerrilla en 2016. Sus mayores reparos son contra la Justicia Especial para la Paz, el tribunal que procesará a los ex combatientes, y que él considera como un mecanismo de impunidad. Además, ha dicho que impediría que los cabecillas de las FARC puedan sentarse en el Congreso sin haber reparado a las víctimas y mientras están cumpliendo penas por crímenes de lesa humanidad. Pero el pacto de paz también ha empezado a resquebrajarse por lo que sucede lejos de las urnas. El pasado 9 de abril, un grupo de policías colombianos realizó un operativo en el barrio Modelia, al oeste de Bogotá. Su objetivo era Seuxis Hernández Solarte, alias "Jesús Santrich", ex comandante de la antigua guerrilla de las FARC y uno de los rostros más visibles del proceso de paz colombiano. Se lo llevaron detenido. Habría incurrido, según la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) y la Fiscalía Colombiana, en un delito de narcotráfico, tras el desarme del grupo insurgente. "Yo no sé si Santrich es culpable o no, eso lo va a tener que determinar la Justicia. Pero su detención fue un golpe muy duro al proceso de paz y le dio mucho aire a quienes lo cuestionaban", comentó a REFORMA Ariel Ávila, director de la fundación Paz y Reconciliación. El arresto del ex guerrillero inició una cascada de críticas y preocupaciones sobre el futuro del pacto con las FARC. "Se están tirando la paz. Así, en castellano. Sin hipocresía", dijo unos días después el candidato presidencial liberal, Humberto de la Calle, quien fue jefe del equipo negociador del Gobierno de Juan Manuel Santos. Añadió que la Corte Constitucional le abrió la puerta al Congreso para "traicionar y entorpecer el acuerdo", y que en esa tarea se haya el partido de la derecha uribista, Centro Democrático, acusado de retrasar la implementación en el Parlamento. "De la Calle tiene razón. Hay un alto nivel de incumplimiento de lo firmado en La Habana, que empieza por la revisión, punto por punto, del acuerdo en el Congreso, cuando el pacto ya fue avalado en su totalidad por los congresistas en noviembre de 2016", criticó Marco Calarcá, ex guerrillero y portavoz de las FARC. Los líderes del antiguo grupo insurgente apuntan al Fiscal General, Nestor Humberto Martínez, como uno de los arquitectos de la zozobra del Pacto de La Habana. El ex combatiente se quejó también del retraso en la aprobación de proyectos productivos, concebidos para que los miembros de las FARC salgan adelante económicamente. Podría ser una de las razones por las que se está incrementando el número de disidentes, que alcanza ya la cifra de unos mil 200 hombres, el 10 por ciento de la antigua fuerza guerrillera, y controlan, a través de las armas, algunas zonas del país. "No hablamos de disidencia porque esta ocurre a partir de una diferencia de tipo político o ideológico, y no es el caso. Hay gente que se salió de la organización porque no estaba de acuerdo con el proceso y, seguramente, algunos encuentran que salirse pueda ser una solución ante los incumplimientos. Pero no es la posición oficial de nuestro partido. Nosotros persistimos en nuestro objetivo de una paz estable y duradera", indicó Calarcá. Duque quiere incluir una cláusula por la que, si se encuentran armas o dinero escondidos no declarado, los líderes de la guerrilla pierdan sus beneficios. Tampoco está de acuerdo en que el narcotráfico esté recogido en los acuerdos como un delito "amnistiable", al ser considerado conexo al delito político. Quiere eliminar esa cláusula, y convertir la sustitución o erradicación de cultivos de coca en obligatorias y no voluntarias. El candidato uribista, favorito en las encuestas, llega hoy a las urnas sabiendo que sus votantes rechazan un pacto de paz que sigue dividiendo profundamente a la sociedad colombiana. -- REFORMA