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La creación de empleo es un enfoque relevante para la ratificación del T-MEC, una mayor seguridad laboral y la ampliación del acceso al mercado creará nuevas oportunidades para los trabajadores, agricultores y ganaderos de los tres países
00:06 lunes 27 abril, 2020
ColaboradoresTrump llegaba a la Casa Blanca tras una campaña presidencial digna de un racista y ególatra parásito, sus insultos y violencia incitaban a una descompensación política con graves afectaciones en la economía, insulto tras insulto México esperaba la revancha…. Pues el día llegó, tuvimos que ser pacientes para que el copetudo desdijera toda una sarta de incoherencias y ratificara uno de los acuerdos comerciales con mayor tránsito del planeta, zasca brutal para uno de los personajes más impresentables del panorama político mundial. El comienzo de un nuevo capítulo en la historia comercial de estos tres países ( pareciera que USA acapara todos los reflectores ) inicia con un negocio más equilibrado y recíproco, mercados más libres y, tras esta histórica pandemia, mucho más necesitados. Tras haber vivido el drama al conocer la situación crítica en el entorno nacional y global, merece la pena dedicar esta a una confirmación que, desde el 16 de agosto del 2017, primera ronda de negociaciones en Washington y tras el 10 de diciembre del año pasado con el suplemento que modificaba acuerdos y cambios legislativos, el TMEC vuelve a la carga. Con casi tres años de tira y afloja, la modernización del acuerdo trilateral es un hecho y entrará en vigor este 1 de julio, la necesidad de una reactivación económica en todos los ámbitos ha hecho que el mandatario Donald recapacite y entienda que, sin México, su economía pierde. Salinas tuvo la visión para un acuerdo que, desde aquellos ayeres, pocas actualizaciones significativas ha tenido, algo necesario y entendible en un mundo mucho más global, rápido y tecnológico. La creación de empleo es un enfoque relevante para la ratificación del T-MEC, una mayor seguridad laboral y la ampliación del acceso al mercado creará nuevas oportunidades para los trabajadores, agricultores y ganaderos de los tres países. La necesidad de producir y aumentar la capacidad en tiempos cortos, hace que la confirmación del tratado sea base para muchos esquemas económicos de la zona, una urgencia que rompe afiliaciones ideológicas y/o políticas a favor de un mejor futuro. México sale reforzado de esta negociación al conservar un acceso preferencial al mercado más grande del mundo y con mayor certidumbre para la inversión y el empleo. La garantía a los flujos comerciales y de inversión son factores clave para poder reforzar la competitividad regional con reglas de origen que permiten la integración de cadenas de valor. Con una dependencia importante en las exportaciones hacia el país del Norte, México resuelve una incertidumbre laboral de la que estaban pendientes un gran sector productivo. El T-MEC crea un mecanismo binacional, imparcial y equitativo para que los tres países firmantes puedan resolver problemas comerciales, un acelerador para México y un excelente freno de mano a las locuras de Trump. México queda en igualdad de condiciones con Estados Unidos y Canadá para dirimir disputas comerciales, un tapabocas gigante al defender su soberanía y negándose a la imposición de inspectores extranjeros en nuestro país. Para poder llegar al convenio, el acuerdo de que el 70% del acero utilizado en la fabricación de autos y camiones debe ser originado en la región América del Norte desde la primera fundición, fortalece y crea nuevas oportunidades en México de manera indirecta. Tras las políticas proteccionistas americanas, la industria automotriz vuelve a ver una luz ante un panorama desolador: 25% menos de ventas estimadas para el 2020 es un duro golpe industrial. Con el aluminio se logra un acuerdo similar, rechazando que deba partir desde el mineral porque México no cuenta con este material, abre posibilidades en líneas de construcción necesarias en el país. El Tratado es un tanque de oxígeno para un México que requiere de un comercio libre con su máximo socio, un intercambio total de más de 575 mil millones de dólares para la estancada economía nacional capaz de generar una recuperación menos dolosa a la que esperamos, una necesidad que invita a ver el riesgo y empezar a diversificar hacia otros mercados. El tiempo pone las cosas en su justo lugar, Trump recibe una lección de humildad, Canada y México salen fortalecidos en un acuerdo lleno de zascas políticas. Como ha cambiado el mundo, aquel gallo que enfocaba su odio en los wetbacks ha pasado a un segundo plano, repeler el NAFTA era una exitosa promesa de campaña, presentando la renegociación del tratado como algo inédito y espectacular, la jugada le ha salido mal… Esperemos el Gobierno Federal sepa leer las connotaciones del mercado, sea cauto en su política exterior y aproveche la oportunidad en un tratado que se da, desde mi análisis, por más desacierto de unos que acierto de otros, ¿será?
Javier Rueda www.javierrueda.mx