El delantero mexicano Taufic Guarch cuenta los días para disputar la final de futbol en Nicaragua, en un país que sigue su curso normal, sin cubrebocas ni sana distancia y con el registro de apenas 15 personas contagiadas y cinco muertes. El tapatío busca coronarse en su primer torneo como jugador del Real Estelí y “volar a Guadalajara para encontrarme con mi hija. Por las noticias, entiendo que las cosas están mal en México”. Taufic ingresó al minuto 81 en el empate del Real Estelí ante el Managua (1-1), en juego de ida celebrado en el Estadio Independencia la noche del sábado, aunque sin restricciones entre los jugadores. El partido a puerta cerrada tuvo polémica debido a que el cuadro visitante logró la igualada con una mano previa al cabezazo letal. Guarch es uno de media docena de jugadores mexicanos que siguen en actividad en una liga que recibió luz verde del gobierno para mantener el balón rodando. En tanto las ligas de todo el mundo suspendieron actividades, Nicaragua y Bielorrusia esperan llegar hasta las finales y celebrar al campeón, más allá de la pandemia del COVID-19. Aquí todo sigue normal. Entrenamos como todos los días, utilizamos las regaderas y enfrentamos a los rivales sin protección de por medio. Lo único que cambió es que jugamos sin público, aunque los aficionados nos siguen por televisión”, comenta Taufic vía telefónica.

El delantero argumenta que “en un principio tuve temor de algún contagio, pero en Nicaragua llevamos una vida normal. Los directivos nos informaron que existía la intención de seguir con los partidos y nosotros decidimos continuar”. Comenta que son pocos los muertos en dicho país centroamericano, donde la gente anda en las calles como un día cualquiera, sin que nadie observe algo grave. Los jugadores nos cuidamos, vamos de la casa al entrenamiento, a las compras y nos encerramos. Es de cada quien cómo cuidarse. Yo me lavo las manos a cada rato y trato de no reunirme en grupos”.

Sin embargo, en el partido celebrado en casa del Real Estelí se observó a los jugadores pegados en los banquillos sin mascarillas y dentro de las celebraciones de gol se dieron abrazos y besos sin problema alguno.

Acá, te citan en el estadio, llegas a los vestidores y subes a la cancha donde se da el partido sin problema. Después regresas a las regaderas, te bañas y te vas por tu cuenta a casa. Yo vivo solo, pero estoy al pendiente de mi hija, quien vive con la familia en Guadalajara”, señala.

Este sábado se celebrará el partido de vuelta en el Estadio Nacional, donde el líder Managua recibe al Real Estelí, actual campeón de Nicaragua. De hecho, las últimas cuatro finales no han cambiado de protagonistas. El Estelí suma dos títulos, por uno de Managua, donde juega el también mexicano Carlos Félix. Ahorita me concentro en el partido de vuelta del sábado, seguimos entrenando y quiero cumplir mi sueño de coronarme en el primer torneo que juego en Nicaragua. No sé si seguiré en esta liga, pero sólo pienso en el título y después tomar vacaciones. Entonces buscaré un boleto de avión para viajar a Guadalajara y estar al lado de mi hija”, concluye.

-- Excelsior