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"Me lo dijo Pérez” pero me lo han dicho muchos otros y la “Distancia”; Alberto nos hace recordar “vientos, campos y caminos Distancia, gran cantidad de recuerdos
00:03 lunes 8 abril, 2019
VIRALES“…aquellos que no tienen fantasía, no podrán entender es muy complejo…”
Alberto Cortez
Cómo puede olvidarse alguien que se tomó la molestia de disponer, para cuando muriese, legar a sus amigos “… su devoción en un acorde de guitarra y entre los versos olvidados de un poema, (su) pobre alma incorregible de cigarra”. Sin escatimar, Alberto Cortez ha sido y seguirá siéndolo sin estar, un hermanador humanista que mueve a quienes lo permiten o de manera inconsciente se lo apropian, a valorar a los seres que nos rodean cotidianamente, no porque esas personas sean héroes o prohombres que deban admirarse, sino por el simple hecho de compartir con cada uno de nosotros su estancia en el momento y espacio. Solo por estar en alguna hora de nuestra existencia…sin más. Alguien que con valentía y humildad reconoce un “adeudo en la paciencia de los amigos al tolerar las espinas más agudas; los arrebatos de humor, la negligencia, la vanidades, los temores y las dudas”, hablando con ello del gran valor de la tolerancia, tan necesario e importante como escaso; un valor indispensable para el entendimiento entre los seres humanos y que refiere además la necesidad de perdonar y aceptar para poder apoyarnos y disfrutar de la cosa simple y cotidiana tanto como del evento más espectacular. Este apologista y promotor de la amistad se me ocurre ahora que bien pudo merecer un premio; y la ocurrencia que además esgrimo a manera de comparación con desenfado, no es descabellada, pues el cantante y compositor estadounidense Robert Allen Zimmerman conocido como Bob Dylan alcanzó el Premio Nobel de Literatura por “haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición estadounidense”, según lo expresó la Academia Sueca el 13 de octubre de 2016. ¿Usted no le habría dado el Premio Nobel de la Paz a Alberto Cortés? ¿O al mismo Joan Manuel Serrat? para quien musicalizó Cortés aquella canción poema de Hernández “Las nanas de la cebolla”. Tal vez suenen muy románticas o cursis mis pretensiones pero ¿No es cierto que hoy vivimos con frialdad tecnológica el abandono de valores? ¿No se busca incluso castigar el desamor? Y luego ¿No cuestionamos que eso no puede castigarse porque no hay una definición de amor? Y sin embargo algunos hombres y muchas mujeres sufren la penuria de su desabasto? ¿No le inquieta a usted aunque lo disimule, la desavenencia con alguna amistad? pues al fin y al cabo “… un barco frágil de papel, parece a veces la amistad, pero jamás puede con él la más violenta tempestad; porque ese barco de papel lleva aferrado a su timón, por capitán y timonel… un corazón”. Con Alberto Cortés muchos de mi generación seguramente vivieron también nostalgias, recuerdos y sentimientos propios de nuestra edad, empezamos a oírlo por los años 70´s cuando éramos niños y él un Hombre hecho y derecho, cantábamos sus canciones y las escuchábamos con gran interés. Quién no recuerda aquella de “No soy de aquí ni soy de allá” que era casi un himno de los jovenzuelos de la época, una canción que hablaba de libertad y claridad en los sentimientos. Al fin y al cabo, si somos de aquí o de allá seguramente llevamos “En un rincón del Alma” y “A partir de mañana” el recuerdo más fuerte de Alberto Cortés. Estaríamos seguramente construyendo “Castillos en el Aire” sí lo quisiéramos ver pero podemos aprender de su filosofía, porque Cortés además era un instructor, un enseñante de la vida. El buscaba compartir sus propias vivencias mostrando el rumbo de una felicidad además provisto de principios y moral, sea lo que sea que usted piense que es eso. Valdría la pena pensar en un homenaje y de esa manera promover el pensamiento y la riqueza de sus canciones que además musicalmente tienen toda una gama y maneras de expresarse muy personal porque “Cuando un Amigo se va” realmente hay que valorar más las cosas. Alberto “era un callejero por derecho propio”, así como el perro al que aludía y que era motivo de su admiración en su natal Argentina donde solía reunirse con sus amigos, donde lo observaba y sobre la conducta de aquel animal idealizaba y tejía pensamientos, filosofía sin exagerar. Porque siempre positivo proponía “Camina Siempre Adelante”, y sus letras reflexivas nos hacen pensar en “Que suerte he tenido de nacer” e igualmente nos inspiran a mandarle una “Carta a mi viejo” reinventando “El Abuelo”, sin duda también era apologista de las virtudes de una buena plática con “el vino”. “Qué cosas tiene la vida Mariana”, mi querido Alberto nos ha dejado y hablo como si lo hubiera conocido porque así lo creo, porque conozco la mayor parte de sus canciones y parte de una generación que él ayudó a formar.” Me lo dijo Pérez” pero me lo han dicho muchos otros y la “Distancia”; Alberto nos hace recordar “vientos, campos y caminos Distancia, gran cantidad de recuerdos; de infancia, amores y amigos… Distancia, que se han quedado tan lejos, entre la calles amigos, distancia, del viejo y querido Pueblo”, ese era el corazón de Alberto, “un corazón de guitarra quisiera, para cantar lo que siento”.