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De acuerdo con nuestro sistema electoral, son los partidos políticos los que juegan no sólo el papel de cadeneros al decidir quién entra y quien no, son la plataforma y la única vía de entrada para lograr estar en la boleta
07:27 miércoles 4 noviembre, 2020
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOEstamos a siete meses del proceso electoral de 2021 en donde se renovará la gubernatura del estado, el congreso local, las 58 alcaldías de nuestra entidad y la representación de los potosinos en la Cámara Baja del Congreso de la Unión. El asunto no es menor, si consideramos que se trata de elegir a quienes tienen la tarea, por un lado, desde el ejecutivo, de guiar los destinos de nuestro estado, de administrar los recursos, de gobernar, ni mas ni menos, y por el otro lado, de quienes generan las leyes que rigen a nuestro país y a nuestro estado, de designar los recursos en la construcción de los presupuestos y de representar la voz de los ciudadanos. La responsabilidad es enorme, lamentablemente no son cuestiones de honor las que mueve a los aspirantes a buscar esos cargos, por el contrario, ambición, hambre de poder, ego, son algunos de los factores que mueven a muchos de los que suspiran por algún cargo de elección popular. De acuerdo con nuestro sistema electoral, son los partidos políticos los que juegan no sólo el papel de cadeneros al decidir quién entra y quien no, son la plataforma y la única vía de entrada para lograr estar en la boleta. Si, la ley contempla la figura de los independientes, pero es la misma ley la que los deja sin posibilidades reales de competir. Partiendo de esta base, el foco de atención debería estar en los partidos políticos, en estos momentos de arranque del proceso electoral son ellos quienes tienen el mayor poder, al decidir quienes juegan y quienes se quedan en la banca. De acuerdo a sus estatutos, los partidos políticos deberían impulsar a candidatos que representen sus principios estatutarios, pero en la realidad sabemos que eso ya no importa, bajo la excusa de que a nadie se le puede negar el derecho a participar, los partidos impulsan a impresentables siempre y cuando les garanticen unos cuantos votos, no importa si son comprados, con que sumen a la cifras del partido y le permitan mantener el registro. O bien, hay partidos que a modo de subasta entregan su emblema a quien pague más por el lugar, como si se tratara del ingreso a un espectáculo grotesco y no al más alto honor que brinda la nación, servir al pueblo. Cuantas veces hemos escuchado a lo ciudadanos quejarse de que todos los políticos son iguales, bueno pues hoy toca exigir a los partidos políticos que muestren control de calidad, que asuman su responsabilidad de ofrecer las mejores alternativas, los mejores hombres y las mejores mujeres para que los ciudadanos podamos elegir de entre ellos, a quien habrá de representarnos. Juan Linz escribe en su libro La quiebra de las democracias que cuando se pierde la confianza de los ciudadanos no sólo cae el gobierno en turno, sino que el sistema por completo se desploma, si los partidos están buscando mantener operando el sistema electoral donde ellos son los protagonistas, deberán demostrar que tienen algo que ofrecernos, que sirven para algo y hoy si le preguntamos a la gente, la respuesta mayoritaria será que no sirven para nada, más que para robar. Si quieren seguir con vida, hoy tiene la gran oportunidad de presentar perfiles de calidad que tengan algo que aportar a los ciudadanos, de lo contrario es mejor que se abstengan de aparecer en las boletas.