Según la tradición, en territorios que apenas una década atrás eran conocidos como México-Tenochtitlán, un indígena de nombre Juan Diego Cuauhtlatoatzin se encontró con la virgen María que, en náhuatl, le pidió construirle un templo que años más tarde se convirtió en la Basílica de Guadalupe. Aproximadamente medio milenio después, ese templo enclavado en el cerro del Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México, se convirtió en el segundo sitio más visitado de los católicos, solo detrás de la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. En las vísperas del 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, hacemos un conteo de 10 cosas que probablemente no sabías sobre esta figura religiosa nacida en los albores del México actual. Juan Diego el chichimeca De acuerdo a la tradición oral mexicana y algunos documentos guardados en el acervo histórico del Vaticano, Juan Diego era un indígena chichimeca que nació a finales del siglo XV y se encontró con la virgen cuatro veces (entre el sábado 9 de diciembre y el martes 12 de diciembre de 1531) cuando tenía 57 años de edad. El documento que relata las apariciones La primera vez que se habló de Juan Diego fue en un documento redactado en 1649 por Luis Lasso de la Vega, y que fue conocido como Huei tlamahuiçoltica omonexiti in ilhuicac tlatocaçihuapilli Santa Maria totlaçonantzin Guadalupe in nican huei altepenahuac Mexico itocayocan Tepeyacac, que se traduce a “El gran acontecimiento con que se le apareció la Señora Reina del cielo Santa María, nuestra querida Madre de Guadalupe, aquí cerca de la Ciudad de México, en el lugar nombrado Tepeyac”. El sincretismo con la diosa original El cerro del Tepeyac también era el punto en el que los indígenas de la zona adoraban la figura de Toci-Tonantzin, que en náhuatl se traduce como “nuestra madre venerada”. Para los primeros años de la conquista, los españoles temieron que el culto fuera a extenderse entre los nuevos súbditos de la corona ibérica. Se cree que la aparición de la virgen en esta zona fue una forma de adecuar el culto existente a Tonantzin a las tradiciones cristianas recién impuestas. El manto de Juan Diego El manto del indígena en el que apareció la imagen de la virgen está hecho en fibra de maguey, material que suele ser muy frágil pero que, de alguna manera, se ha mantenido en buenas condiciones por casi 500 años. La virgen de Guadalupe de España “Guadalupe” es la castellanización de un término árabe que podría significar “río oculto” o “corriente encajonada”. El culto a esta virgen se origina en la autonomía española de Extremadura, cuna de Hernán Cortés y zona que estuvo bajo el yugo de los califatos moros hasta que el Reino de León reconquistó el territorio a principios del siglo XIII. Según la leyenda, la figura de la virgen de Guadalupe fue hecha en un taller palestino en el siglo I por san Lucas Evangelista. Posteriormente fue escondida cerca del río Guadalupe, donde un vaquero la encontró después de que la virgen se le apareciera para indicarle dónde estaba su imagen para que la rescatara. El inexplicable misterio del ayate Luego de varios estudios artísticos y científicos, se determinó que el ayate hecho con base en fibras de maguey sobre las que reposa la imagen de la virgen se debió haber podrido en los primeros 20 o 30 años de su supuesta aparición de 1531, pero por alguna razón este ha permanecido relativamente intacto por casi medio milenio. La virgen embarazada En la imagen la virgen María está embarazada y lo que revela su estado es una cinta que lleva sobre el vientre. Durante la época en la que apareció la imagen, las mujeres embarazadas se colocaban una cinta para indicar que esperaban un niño. Millones de fieles Se calcula que cada 12 de diciembre unos siete millones de peregrinos de todos los rincones del mundo visitan la Basílica de Guadalupe para adorarla. El misterio de sus ojos Un especialista en oftalmología de nombre Enrique Graue Glennie dijo haber estudiado los ojos de la imagen de la virgen con un oftalmoscopio de alta potencia para descubrir en ellos la profundidad de un órgano ocular real. Sus declaraciones provocaron controversia y los expertos atribuyen esta ilusión a la pericia del pintor que pudo haber creado la imagen. La bomba que casi destruye el manto Durante la Guerra Cristera de principios del siglo XX, alguien colocó una bomba activa dentro de un ramo de flores frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe, en la basílica del mismo nombre. El explosivo detonó pero no dañó el ayate. --

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