Este lunes 01 de octubre arranca funciones la administración municipal presidida por Xavier Nava Palacios. El nuevo Cabildo despierta gran esperanza entre los potosinos, especialmente en sectores empresariales que se vieron afectados por presuntos malos manejos y corrupción del gobierno municipal anterior. Sin embargo, el gobierno de Xavier Nava puede verse fácilmente enturbiado, si permite que terceros involucrados con ambiciones personales desmedidas hagan de las suyas. Y es que desde hace varias semanas circula el rumor, entre fuentes panistas confiables, que el tercer regidor, Víctor Hugo Briones Márquez, pedirá licencia en los próximos días, por tiempo indefinido, para dejarle el puesto a su suplente, Christian Iván Azuara Azuara, pariente del líder estatal del PAN, Xavier Azuara Zúñiga.  Todo parece indicar que la declinación de Briones Márquez no obedecería a cuestiones familiares o de salud, sino a una estrategia definida, desde antes de las elecciones, por el todavía dirigente estatal del PAN, Xavier Azuara. Como no quería ser criticado públicamente por colocar a un familiar suyo en la planilla de Nava Palacios, aceptó que Christian Azuara fuera inscrito como suplente, siempre y cuando, una vez pasadas las elecciones, el primero dejara el puesto a su pariente. La triquiñuela no parece ilógica, si se considera que Xavier Azuara pasará a la historia del PAN estatal, como un presidente con una ambición desmedida, que traicionó a sus correligionarios y que entregó a su partido al mejor postor, con tal de seguir vivo en la política y colocar a sus parientes y amigos en puestos de poder. Así lo han señalado personalidades panistas, como el ex gobernador Marcelo de los Santos o la propia Sonia Mendoza, actual presidenta del Congreso del Estado.

“La dirigencia estatal del PAN no debe ser vista como un escalón para garantizarse un nuevo cargo, toda vez que es una responsabilidad que exige velar por el interés del partido y no de un grupo. Pero la actual dirigencia fue usada para acomodar en cargos no solo al dirigente estatal, Xavier Azuara, sino también a sus allegados”, aseguró Marcelo de los Santos hace unos días en entrevista con Erika Salgado.  El ex mandatario no lo pudo decir mejor, pues es de dominio público que Azuara aprovechó su posición como presidente para colocarse en la novena posición a diputaciones plurinominales de la segunda circuscripción federal, les otorgó a sus allegados candidaturas a diputaciones locales y federales y luego pidió licencia antes de que iniciaran las campañas, dejando a su partido en la orfandad. Una vez electo, como si nada hubiera pasado, regresó a la dirigencia estatal, sin dejar la diputación federal y sin importarle la larga lista de derrotas en todo el estado. Ahora, para cerrar con broche de oro, antes de que termine su dirigencia, quiere que la administración de Xavier Nava empiece con el pie izquierdo. Si el nuevo alcalde quiere recuperar la confianza ciudadana y avanzar en materia de imagen pública lo primero que debe realizar es arrancar una administración transparente y evitar traicionar la confianza de quienes votaron por él, ya que este tipo de acciones fueron las que llevaron al PAN a la debacle, al hundimiento.  Y es que legalmente el tercer regidor puede pedir licencia por el tiempo que quiera, porque su suplente también fue votado en la planilla y pertenece a su mismo género, por lo que no se configura violencia política y de género, como ocurría con las llamadas “juanitas”. Pero éticamente se trata de una decisión inadmisible y la ciudadanía podría sentirse engañada. Afortunadamente ningún regidor puede ausentarse de sus labores por más de 10 días, sin que medie una licencia autorizada por el Cabildo. Xavier Nava y su equipo colegiado deberán demostrar, si la triquiñuela se pone en marcha, “de que están hechos”.