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Amigas y amigos lectores, ya se está acabando el año, estamos en época de definiciones, definiciones personales y como sociedad, como mexicanos; algunos pensamos en buenos deseos y otros criticamos a los que se atreven a decirlos, pero muy pocos los logramos.
23:57 miércoles 20 diciembre, 2017
ColaboradoresAmigas y amigos lectores, ya se está acabando el año, estamos en época de definiciones, definiciones personales y como sociedad, como mexicanos; algunos pensamos en buenos deseos y otros criticamos a los que se atreven a decirlos, pero muy pocos los logramos. Mi columna de esta semana se deriva de un cuestionamiento en Twitter que me hicieron, ¿se merecen los diputados esos salarios y beneficios?, la respuesta natural, es lazar vituperios y demás, pero la respuesta debe tener un análisis, un verdadero enfoque y por supuesto una respuesta que conlleve sugerencias de cómo resarcir esa deficiencia o problemática, misma que explicaré durante esta lectura. Pero, entendamos el contexto general que ocasiona estos cuestionamientos. No quiero entrar a repetir todo lo que hemos vivido en México, pero si las expectativas que se están generando con respecto al futuro inmediato; se avecina un proceso político y electorero que huele más a dificultades económicas que a esperanza. Las expectativas y las condiciones no nos indican nada diferente, tenemos un presupuesto de egresos con alto riesgo, lo dijo el ahora precandidato Mead en su momento, tenemos cuerpos legislativos rotos y corruptos, en fin, un panorama que debemos de afrontar con inteligencia y valía. A partir de este escenario, para los líderes y profesionales de la actividad pública y privada, es época de planeación, de estructurar de manera inteligente el futuro, disminuir los riegos, evitar los famosos “bomberazos”, esos que se generan por la falta de planeación, pero en su inmensa mayoría, por no tener una visión estratégica, sólo queremos resolver lo que se presenta de manera inmediata, no pensamos en la prevención o la correcta resolución, ya no digamos en el mediano o largo plazo. Hay una cualidad que deben tener los líderes, que ayuda a subsanar esta problemática, se llama “sentido de urgencia”, cualidad que debemos tener todos. Primero definamos que es “sentido de urgencia”, algunos autores lo definen como “generar más y mejor en el menor tiempo posible”, y temo decirle que eso, es precisamente lo contrario, si lo tomamos de manera literal, estaríamos generando estrés continuo y presión injustificada, suena a lo mismo que el “bomberazo”, estaríamos generando ineficiencia, es casi lo mismo que nos dicen de manera imprecisa: “hacer más con menos”, suena bonito, suena a campaña electorera. Estaríamos tomando decisiones como las de los fiscales anticorrupción en todo el país, son más decisiones apresuradas de beneficio personal, que efectivas. Eso en estricto sentido, se ha convertido en “lo normal”, de hecho, se ha convertido malamente en una conducta premiada, en donde al que anda bajo presión constante y tomando decisiones de botepronto, se le conoce como eficiente, de ahí que algunos diputados (y no solo ellos) hasta se enojen porque se les evalúa. Piénselo bien, si en algunos estudios, hasta el 60% de las actividades laborales de una persona, son “bomberazos”, pues ahí tenemos la explicación de las fallas o ausencias de resultados. Le propongo que la definición de sentido de urgencia sea: “hacer lo correcto en el momento correcto”, entonces sí, lograremos un nivel superior de liderazgo e influencia sobre las personas, es decir, si logramos que el verdadero sentido de urgencia sea un proceso positivo, en donde se determine que se quiere lograr, como se va a lograr, le metamos pasión y enfoque al resultado, sí tendremos un logro en las acciones que emprendamos, avanzando hacia el objetivo planteado. Amigas y amigos, la respuesta que di, ante la pregunta inicial, la que nos cuestiona si los diputados o cualquier servidor público y privado merecen el sueldo o aguinaldo designado, no es necesariamente la deseada. No se trata de merecer un pago o no, se trata del desempeño, no es el pago, es el logro, es lo que generan, la inconformidad es que ante el desempeño presentado no imaginamos que la retribución sea la adecuada. Para lograr el desempeño, se debe tener, entre muchas otras cualidades, un verdadero sentido de urgencia, ese que, como líderes, deben de presentarse en la función pública o privada. Es por ello que le comparto 4 tips que le permitan lograr un verdadero sentido de urgencia, primero establezca sus objetivos, lo que quiere lograr, para ello es necesario conocer y estudiar su mercado o a sus ciudadanos; segundo, desarrolle planeación estratégica, diga como los va a lograr, evaluando riesgos, evaluando el mercado y las condiciones en la que va a operar; tercero, usted no puede hacer todo solo, así que, a rodearse de personas capaces que le permitan ejecutar los planes de acción que se requieren; y finalmente aprenda a medirse, genere indicadores, hágalos públicos, sea transparente, eso le ayudará a generar un modelo de enfoque al resultado, no solo a la grilla. Si usted, no quiere hacerlo, entonces no se queje y no crea que todo el mundo le ataca, la decisión de fallar, también fue personal. Sígame o escríbame en: @Manuel_Galvan