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Cobra gran relevancia el nombre de la nueva vacuna rusa Sputnik V ya que toma su nombre en homenaje a los satélites soviéticos que hicieron historia
00:06 sábado 29 agosto, 2020
ColaboradoresCobra gran relevancia el nombre de la nueva vacuna rusa Sputnik V ya que toma su nombre en homenaje a los satélites soviéticos que hicieron historia. Por lo tanto, el uso de dicho nombre recuerda un hito tecnológico en donde Rusia demostró un importante avance científico ante la comunidad internacional. El 23 de marzo de 1983 durante la Guerra Fría, el entonces presidente norteamericano Ronald Reagan dio un discurso dando inicio a la Iniciativa de Defensa Estratégica, misma que buscaba crear un escudo antimisiles en el territorio norteamericano, ante un posible ataque nuclear por parte de la Unión Soviética. Dicha iniciativa fue rápidamente denominada como la "Guerra de las Galaxias", misma que formó parte de diversos enfrentamientos competitivos entre las dos superpotencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos de América y la Unión Soviética. Ambos países durante la segunda mitad del Siglo XX protagonizaron la Guerra Fría, distinguida como una fase en donde buscaban extender su influencia global, evitando siempre un enfrentamiento directo, lo que llevó a un gran almacenamiento de armas, desarrollo tecnológico, ayuda económica a gobiernos aliados, y apoyo militar en países terceros.
Es dentro de esta coyuntura que se da no solo la denominada “Guerra de las Galaxias", sino también una carrera espacial donde las dos superpotencias buscaban demostrar su superioridad tecnológica en la exploración espacial. Es así como en 1957 la Unión Soviética envía al espacio el primer satélite artificial en la historia de la humanidad, llamado Sputnik I que representó una victoria determinante para la Unión Soviética, donde se posiciona como líder mundial en la carrera espacial en una época de gran competencia geopolítica. De igual manera, en ese mismo año la canina Laika se convirtió en el primer ser vivo que viajó al espacio a bordo del satélite soviético Sputnik II.
Es por ello que cobra gran relevancia el nombre de la nueva vacuna rusa Sputnik V, ya que toma su nombre en homenaje a los satélites soviéticos que hicieron historia, por su lado la letra V se agrega en referencia a la palabra Vacuna. Por lo tanto, el uso de dicho nombre recuerda un hito tecnológico en donde Rusia demostró un importante avance científico ante la comunidad internacional.
En cuanto a la vacuna, existe cierta preocupación y escepticismo sobre su uso abierto y masivo, ya que contó con menos de dos meses de pruebas en humanos, y sin embrago avanzó con la producción a gran escala e inmunización a la población, incluyendo a la hija del Presidente ruso, sin haber pasado por la fase 3 de ensayos clínicos a fin de probar la vacuna en miles de personas para determinar su eficiencia y seguridad. Si bien el virus ha dejado más de 793,000 muertes, la Organización Mundial de la Salud recomendó que previo a su implementación, la vacuna deberá pasar por todas las etapas de prueba.
Sin embargo, dada la constante competencia mundial para ser pioneros y recordados en la historia (como en su momento lo fue la Unión Soviética con los satélites Sputnik) como el país, farmacéutica o universidad que dio la solución ante una sociedad urgentemente necesitada del fin de la pandemia, es que Rusia se adelantó a presentar una esperanza en la prevención de los contagios.
Por lo anterior, ciertos gobiernos no aprueban a Sputnik V ya que contemplan que Rusia prioriza el prestigio y posicionamiento global, sobre la seguridad de la vacuna. Sin embargo, otros países como México han mostrado interés en la vacuna, donde de acuerdo a lo informado el pasado martes por el Canciller Marcelo Ebrard, habrá 2,000 voluntarios mexicanos para ensayos clínicos de la vacuna rusa.
Si bien, diversos expertos señalan que actualmente se podría estar viviendo otra “Guerra Fría” entre las superpotencias, lo que es cierto es que en un mundo globalizado se ha ido dejando de lado el conflicto armado directo, al buscar contar con influencia sobre países terceros a través de otras vías como el denominado “poder blando” de la política exterior, en donde un país ejerce influencia sobre otro a través de la atracción y persuasión como la cultura, avances tecnológicos y científicos, ideología, modelo social o valores políticos. Twitter: @Noemihrb