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Es preciso abonar en sentido académico lo que cotidianamente puntualizamos en la Licenciatura en Criminología...
22:50 miércoles 25 abril, 2018
ColaboradoresEs preciso abonar en sentido académico lo que cotidianamente puntualizamos en la Licenciatura en Criminología y es claro que en las aulas nuestro deber es conceptualizar la problemática o el objeto de estudio para iniciar el abordaje del conocimiento, por tal motivo es importante señalar en un inicio que la violencia es la utilización de la fuerza física o del poder contra uno mismo o contra otros, de modo que este acto cause daños físicos, daños psicológicos o privaciones. Esto significa que violencia es la utilización de las agresiones físicas para perjudicar a alguien, pero también el uso del poder, algo más abstracto, para causar daños o limitar significativamente las opciones que se le plantean a una persona. El tratamiento mediático en el Estado de San Luis Potosí de la violencia entre los jóvenes ha derivado que sobre homicidios y hechos delictivos imputables a menores de edad contribuya a estigmatizar la imagen de la juventud potosina, a la que de manera no siempre responsable suele identificarse como única culpable de toda la violencia que acontece. Es igualmente frecuente que al hablar de juventud en el estado potosino se hable así, en singular, obviando que si bien este grupo poblacional se caracteriza de manera unívoca por su rango etario, también en su seno se encuentran diversidades específicas que lo enriquecen. De ahí que sea más ajustado a la realidad hablar de juventudes, en plural, para identificar que este segmento poblacional es diverso desde diferentes puntos de vista: étnico-cultural, de género, de pertenencia o ubicación territorial, de clase o condición económica, entre otros. La idea de comprender el fenómeno violento en el estado de San Luis Potosí, de observarlo, analizarlo cuidadosamente, puede parecer ociosa cuando se vive en medio de él tanto en la región huasteca como en la capital del estado. No obstante, es preciso entender las dinámicas a las que da lugar para poder abordarlas de manera eficaz y eficiente. Si nos quedamos en análisis superficiales, o si vemos únicamente las consecuencias del fenómeno, no estaremos en condiciones viables y, sobre todo, sostenibles, de reducir la violencia que aqueja a los potosinos. Y es que la violencia y el crimen producen una inseguridad que, a ratos, se torna insoportable. La inseguridad se manifiesta de diferentes maneras, afectando el patrimonio, la vida y la dignidad de las personas. La violencia incide de manera severa en el derecho a vivir con dignidad y en una sociedad con las condiciones necesarias para el desarrollo humano (en el sentido de condiciones para que cada individuo lleve la vida que valora por lo que puede ser y hacer). Es importante resaltar las reflexiones que han motivado el 2do seminario de justicia penal para adolescentes realizado por la UASLP a través de la Facultad de Derecho “Ponciano Arriaga Leija”, ya que los potosinos hemos perdido la oportunidad de comprender más a fondo el fenómeno de la violencia en su conjunto, pues en principio estas estrategias reactivas se basan en la idea errónea de que la fuente de todos los males de violencia emana de las pandillas. También los potosinos hemos ocupado nuestra atención casi exclusiva en los efectos, obviando en gran medida la atención a las causas que están en la base de la crisis y la alarmante inseguridad. No nos hemos detenido a escudriñar en las raíces y, por consiguiente, el congreso de San Luis Potosí, ignorante y carente de sentido académico y ético, lo ha dejado como ultima tarea a resolver, por tal motivo los gobiernos de Marcelo de los Santos, Toranzo y Carreras han quedado cortos para establecer soluciones holísticas, integrales, eficaces y sostenibles. Al eludir este tipo de análisis hemos conculcado nuestro futuro. Y, sin embargo, este tipo de comprensión podría proveer una visión anticipatoria sobre las nuevas o renovadas formas de violencia que una sociedad potosina debiera considerar para salirles al paso. También podría generar mecanismos que, más que curar la enfermedad, la prevengan. Se ha dicho en numerosos estudios que si se desea reducir la delincuencia y los niveles de violencia debe prestarse más atención a las víctimas como lo ha tratado de hacer de forma académica Jorge Vega Arroyo en la Dirección de Atención a Victimas, concentrando sus esfuerzos institucionales a la victimización y a los factores de riesgo que hacen que una persona delinca. Tal atención gubernamental a través de esta Dirección, generaría una serie de estrategias cuya eficacia está demostrada: estrategias que van a las causas y, tras analizarlas, previenen que estas eclosionen en los efectos no deseados en un estado potosino que merece y requiere más atención a estos temas.