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Aunque el presidente dijo que se trata de algo normal, la confrontación de ideas, y que es bueno dejar la simulación, “están cayendo las máscaras”, no dudó en declararlos enemigos, “o se está con la transformación o se está con el antiguo régimen”, sentenció
00:06 jueves 11 junio, 2020
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOEste 9 de junio en la mañanera del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se denunció la existencia de un grupo denominado Bloque Opositor Amplio, BOA por sus siglas, cuyo objetivo, según un documento del que no se clarificó el origen, es desplazar a Morena en 2021 y revocar el mandato del presidente en 2022. En el presunto bloque estarían participando empresarios, organizaciones civiles, Gobernadores de 14 entidades, ex presidentes, legisladores, Consejeros del INE, Magistrados, líderes de partidos políticos, medios de comunicación y comunicadores, casas encuestadoras, entre otros. Aunque el presidente dijo que se trata de algo normal, la confrontación de ideas, y que es bueno dejar la simulación, “están cayendo las máscaras”, no dudó en declararlos enemigos, “o se está con la transformación o se está con el antiguo régimen”, sentenció. Sin embargo, el mismo López Obrador reconoció que en política no todo es blanco y negro, hay matices y hay que agregar que tampoco hay muchas cosas nuevas en la dinámica política, hay un fenómeno cíclico en la historia de nuestro país.
Las conspiraciones opositoras al poder en turno han estado presentes en nuestro país desde tiempos tan añejos como las luchas entre los grupos indígenas, la conquista, la Independencia de México. Sectores inconformes con un dominio, uniéndose para buscar una transformación. Cada cambio de gobierno en la historia de México ha estado ligada a una conspiración. En la historia más reciente lo vimos con el TUCAN (Todos Unidos contra el Acción Nacional), el TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo) y ahora, según el presidente, el BOA. Pero pretender dejar al descubierto que este tipo de movimientos se están gestando no tiene nada de provechoso, a nadie sorprende que ex Presidentes estén buscando “tumbar” a López Obrador, él hizo hasta lo imposible por tumbarlos a ellos, tampoco resultan extrañas a la opinión pública, las diferencias que se mantienen entre la Presidencia de la República y varios grupos empresariales, de igual forma es del dominio público que varios gobernadores se han confrontado con el Presidente por las políticas económicas, las estrategias de salud frente al COVID, por el reparto de los recursos públicos, etc. Esta exhibición lo que deja al descubierto, es la falta de cercanía y de acuerdo con estos sectores. Ningún gobernante en sus cabales puede pensar que no tiene opositores o que no tendrá competencia política, eso es natural en una democracia y así lo reconoció el mismo López Obrador este martes.
Pero una cosa es saberlo y otra es que se hace frente a esa oposición. La exhibición de la mañanera dio luz de cómo se asume la competencia política por parte de la Presidencia, de cómo la estrategia para contrarrestar es la polarización, el linchamiento público para todo aquel que piense diferente y peor si se atreve a ponerlo de manifiesto, porque entonces es considerado enemigo de la 4T, y por ende, enemigo del pueblo. Esa es la estrategia de López Obrador, la polarización, así logró llegar a la Presidencia de la República, pero no es lo mismo, apostar por la división desde la oposición que hacerlo desde el gobierno. Desde el gobierno se corre el riesgo de que haya quien del río revuelto saque ganancia y lograr esa ganancia desde el poder, es muy complicado. Si es que ese famoso bloque opositor existe, llevarán en su intento la penitencia, el riesgo de que las cosas no salgan cómo quieren o terminar aliándose con el enemigo para lograr derrocar a un gobierno y conociendo la historia de México, alianzas como esas nunca resultan bien para los involucrados, pues siempre terminan confrontados entre sí por el poder. Pero desde el Gobierno Federal también deberán ser muy cautos, pues algo quieren decir esas voces, y no todas están buscando el poder por el poder, el regreso de los conservadores. El eco que están teniendo los inconformes es cada vez más fuerte entre la población porque hay un buen sector que ni con los blancos, ni con los giros, ni con los colorados ha encontrado la representación que busca. Seguro que hay mucho que escuchar y que atender de lo que hoy clama ese pueblo justo y sabio. Que no sea el poder un muro que impida ver que hay quien piensa distinto sin ser enemigo, que hay quien cuestiona esperando construir y no destruir, que hay más necesidades ciudadanas que intereses políticos y que son esas, las que deben interesar a quien gobierna, desde la Presidencia, desde el estado o desde el municipio. Como dice la canción, que hay oposición al gobierno en turno, todos lo saben, lo saben.