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Yareli Salazar está en la antesala de los Juegos Olímpicos y de cumplir el sueño que tuvo su abuelo
02:23 sábado 9 mayo, 2020
Deporte Nacional e InternacionalLa ciclista sinaloense Yareli Salazar sufrió un accidente durante la primera carrera de scratch que la marginó del Mundial del Ciclismo de Pista en febrero de 2020. En la camilla recibió la noticia de que su clavícula se había separado tres centímetros del hombro y estaría fuera de competencia un par de semanas. Las lágrimas no eran de dolor, eran por el miedo a quedar fuera de sus primeros Juegos Olímpicos y no cumplir el sueño familiar, que inició hace más de 50 años su abuelo, Enrique Quiqui Vázquez. Lloraba desconsolada en el hospital, porque no sabía si tenía los puntos necesarios. Me hablan los federativos y me dicen que ya tenía esa plaza. Entonces seguí llorando, pero de felicidad”, externó Yareli.
Todo inició en la década de los 40 en Culiacán, cuando Enrique Vázquez, entonces de 10 años, obtuvo una bicicleta para surtir en la tortillería Pascual y cooperar económicamente a su familia. Trabajé por más de cinco años entregando tortilla y sin darme cuenta agarré condición”, recuerda Enrique mientras hojea un libro de fotografías junto a su nieta Yareli.
Un día vi una carrera ciclista y me metí accidentalmente. Pasó un pelotón y me les uní con mi bici panadera. Me agarró un policía, me quería quitar la bici y yo le rogaba que era mi trabajo”.
Uno de los organizadores, sorprendido por la capacidad del Quiqui, le regaló una bicicleta y con ella ganó sus primeras carreras.
Sigue pedaleando. Enrique Quiqui Vázquez, de 78 años, mantiene su relación con la bicicleta, la cual inició al trabajar en una tortillería. Estuvo cerca de ir a Tokio 1964.
Al siguiente año, me dijo: ‘¿Quieres seguir?’ dije que sí y él me dio una bici de carreras”.
El Quiqui voló en los campeonatos estatales y nacionales. Entró a la selección mexicana y cinco años más tarde, obtuvo un boleto para los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. A una semana para partir a Tokio me enfermé. Tenía una fiebre muy fuerte. El entrenador nos dijo: ‘Bajaron mucho su condición y no van a ir’. Me puse triste por tanto sacrificio. Seguí corriendo, pero a los 25 años me casé y me retiré.
Cuando estaba muy chiquita mi nieta me dijo: ‘Quiero ser ciclista’. Le conseguí una bici y se la armé”.
Yareli superó obstáculos para entrar de lleno a este deporte. Al principio mi mamá no me dejaba porque veía lo duro que eran las caídas, pero terminé convenciéndola”, relató Yareli. “Desde que inicié, mi meta siempre fue llegar a unos Juegos Olímpicos”.
Los consejos del abuelo fueron clave en sus inicios. La entrenaba cuando era juvenil, antes de irse a México le decía cómo entrenar, cómo levantar cómo pegarse, cómo atacar, un sprint, una llegada”, cuenta Enrique sobre Yareli, integrante del equipo Astana y única mexicana en ganar una etapa de una competencia de ruta de la UCI.
Tokio y la familia de Yareli están de cierta forma unidos, fue aquella ciudad en la que debía estar el abuelo y en la que ahora su nieta representará a México en 2021. Mi abuelo fue muchas veces campeón nacional y clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 pero no logró competir. El hecho de que sean en Tokio lo veo como una motivación y como una señal. Me da mucha confianza y mucha fuerza porque sé que puedo lograr algo histórico para México”. Enrique, de 78 años, aún activo en la bicicleta, aprovecha el tiempo que les ha dado el confinamiento debido al coronavirus para continuar aconsejando a su nieta. Siempre que vengo a Culiacán platicamos de sus competencias, me encanta que me platique, me enorgullece y me motiva”.
-- Excelsior