En contra del permanente discurso oficial de respaldo y respeto a cualquier forma de expresión del pensamiento y las ideas; adversa a la cantaleta de libertad informativa y ejercicio de la crítica y la opinión, hay una persistente actitud gubernamental de acoso en contra de los medios.

Obviamente no de todos los medios, ni en todas las estructuras del gobierno, pero sí con demasiados casos preocupantes y admonitorios.

La ideología cuatroteista —en cuya taxonomía todo punto de vista adverso es picotazo de zopilote—, tiene ya demasiados ejemplos de censura abierta o de persecución manifiesta, la más aberrante de las cuales —hasta hoy— se da recientemente en Veracruz, donde un editor de nota roja (simple información de accidentes viales o indigentes atropellados; autobuses desbarrancados o riñas tabernarias), ha sido acusado de terrorismo, sólo por darle seguimiento a un percance automovilístico en el cual se involucró la hija de una conocida litigante.

Si la nota roja es terrorismo, mi antiguo compañero, el fotoperiodista Enrique Metinides habría sido Bin Laden.

El caso aludido es de una barbaridad incomparable.

“En Coatzacoalcos, Veracruz —informa El Heraldo —, detuvieron al periodista especializado en nota roja Rafael León Segovia el pasado 24 de diciembre acusado de terrorismo, encubrimiento, entre otros delitos. La Policía Ministerial y personal de la Secretaría de la Defensa Nacional lo arrestaron en un operativo”.

Dicho de otra manera, le echaron encima al Ejército Nacional, lo cual resulta ridículamente excesivo cuando un autobomba en Coahuayana, Michoacán, con cinco muertos, eludió esta clasificación para no caer en la lista de los cárteles terroristas de los Estados Unidos.

“Este caso —dice Artículo 19— se suma a otros recientes, como la vinculación a proceso del periodista Rodolfo Ruiz en Puebla, y refuerza la preocupación por el uso del derecho penal como mecanismo de intimidación”. Te hablan, De Mauleón.

Pero no es únicamente el caso de Puebla. También debemos recordar cómo “Tribuna de Campeche, fundado en 1975 fue cerrado el pasado 13 de junio de 2025, en su versión digital (La silla rota), tras un resolutivo judicial por supuestas difamaciones en contra de la gobernadora...”

Cuando por las inundaciones se divulgaban daños derivados de la pésima gestión pública, la Presidenta (con A), descalificó la labor informativa:

“Es ruin, es ruin esta búsqueda de culpables, y este zopiloteo de algunos conductores, periodistas, comentócratas y algunos medios...”

No obstante, dijo en otra ocasión (SDP.12.nov.): “Desde el gobierno de México lo decimos con claridad: no reprimimos, no censuramos, no limitamos nunca la libertad de expresión”.

Dicho todo lo anterior, resulta innecesario quejarse fuera de contexto. Nadie tiene derecho de dudar de tan sinceras palabras. Somos ejemplo democrático internacional.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL