A principios del mes de diciembre del no tan lejano 2020, nos asombramos con la noticia de que el agua empezaría a cotizar en el mercado de futuros en Wall Street, a través del Nasdaq Veles California Water (NQH2O), ¿qué significaba esto?, es simple, que los analistas financieros percibían problemas o riesgos en el suministro del tan preciado bien, debido principalmente a la escasez del mismo y se sabe lo vital que es el agua no solo para el consumo de las familias, también lo es para una gran cantidad de empresas. Es curioso que en el gran planeta azul cuyo 70% de la superficie esta cubierta de agua con aproximadamente 1,322 millones de billones de litros del vital líquido solo el 3.5% sea agua dulce apta para el consumo humano y que de este último porcentaje el 69% se encuentre en los cascos polares y el 30% en cavernas subterráneas difícil de extraer, por lo que solo nos queda un mísero 1% disponible para todos los que habitamos este mundo. Ahora bien, desde hace años nos han advertido sobre las posibles consecuencias por el cambio climático y la sequía es una de ellas, tan solo en el ciclo 2020-2021 ha sido la segunda más severa después de las del 2011, en este ciclo la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) reportó que el 75% del país estaba padeciendo por la falta de lluvias y que más de la mitad del territorio nacional se encontraba en sequía extrema, para este 2022 parece no ser mejor la situación pues ya estamos a finales de junio y nomás no llueve, lo que es particularmente importante y se lo platico porque en tres puntos. Primero, la tendencia es clara, no habrá la cantidad necesaria de agua para todos, por lo que urge una cultura general del ahorro de la misma, no es suficiente con simples campañas o anuncios en las calles, se requiere una verdadera concientización, aunque se a base de infracciones. Segundo, se requiere de obras de infraestructura que logren la captación de la mayor cantidad de agua durante el tiempo de lluvias, no es posible tener que esperar a los huracanes para gozar de agua durante el resto del año, pero además, es importante la asesoría de verdaderos profesionales al respecto y no políticos en campaña. Tercero, es importante pagar lo que realmente cuesta el servicio del agua, si pagamos lo correcto, podremos de alguna manera, cambiar y modernizar la infraestructura con la que contamos, evitando el desperdicio sistemático del vital líquido que a veces equivale al 50% de lo suministrado. En fin, quizá sea nuestra última oportunidad o llamada de atención, de lo contrario lo de menos será pagarla cara, el gran problema será no contar con ella.

  Twitter: @Oliver_Arroyo

Instagram: olarroyo

Spotify: Economía y finanzas… otra