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El mandatario afirmó que quien lo suceda no debe “romper nada inmediatamente” sino continuar desarrollando al país
14:47 viernes 8 agosto, 2025
MundoEl presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, afirmó en una entrevista publicada el viernes que “no planea” presentarse otra vez y rechazó que esté preparando a su hijo Nikolai como heredero político. El líder, aliado cercano de Vladimir Putin y en el poder desde hace más de tres décadas, fue reelegido en enero para un séptimo mandato de cinco años. La conversación, difundida por la revista TIME, sitúa por primera vez al mandatario en un registro de transición, aunque sin aclarar el calendario ni las condiciones de una eventual salida. Lukashenko, de 70 años, dejó entrever que no pretende prorrogar su permanencia más allá del periodo actual. En tono jocoso, añadió que el presidente estadounidense Donald Trump “lucía decente” a sus casi 80 años. Si bien no detalló escenarios, sí sugirió que el cambio de mando debería preservar la estabilidad y evitar conmociones políticas.
Sobre el perfil de su eventual reemplazo, Lukashenko subrayó que quien lo suceda no debe “romper nada inmediatamente” sino continuar desarrollando el país para eludir cualquier “ruptura revolucionaria”. La señal apunta a continuidad institucional y económica, en un contexto de aislamiento internacional y sanciones tras la represión interna de los últimos años. Reuters "El gobernante negó expresamente los rumores de que Nikolai sea el elegido: “No, no es un sucesor. Sabía que me lo preguntarías. No, no, no. Pregúntaselo tú mismo, puede que se sienta muy ofendido”. Los extractos de la entrevista circularon también en la agencia estatal BelTA, que reforzó el mensaje de que no hay “delfín” designado.
El telón de fondo es la crisis política desatada tras las elecciones de 2020, denunciadas por la oposición y por gobiernos occidentales como fraudulentas. Aquel año, Minsk sofocó protestas masivas y encarceló o empujó al exilio a sus principales rivales. Desde mediados de 2024, cientos de condenados por cargos de “extremismo” y otros delitos políticos han sido excarcelados, en un gesto interpretado por analistas como un intento de aliviar el aislamiento de Occidente. Aun así, organizaciones de derechos humanos sostienen que casi mil 200 personas siguen detenidas por motivos políticos. Lukashenko rechaza esa caracterización y niega que haya presos políticos en el país. La cifra de encarcelados continúa sujeta a oscilaciones con nuevos procesos judiciales y oleadas de arrestos. Esta semana, un tribunal condenó a un periodista a 10 años por traición en medio de una renovada campaña de redadas contra críticos del gobierno, según reportes de asociaciones periodísticas y activistas. Viasna, el principal grupo de derechos humanos del país, calcula alrededor de mil 184 – mil 200 presos políticos a inicios de agosto.
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La entrevista también reacomoda el relato oficial sobre la “normalización” con Occidente. Tras su juramentación de enero, Lukashenko ha impulsado indultos selectivos y gestos puntuales —como el acercamiento a medios internacionales— mientras mantiene una estrecha alineación con Moscú, incluida la cesión de territorio para fines militares durante la guerra en Ucrania. La paradoja de fondo persiste: exhibir flexibilidad sin ceder control político doméstico.
Con información de Excélsior