El privilego más grande que puede tener una persona se lleva en la sangre. Ángela Aguilar tiene la dicha de ser nieta de dos grandes de la música mundial: Flor Silvestre y Antonio Aguilar. Por ello, la tan emblemática conmemoración del Día de Muertos tiene para la joven un cúmulo de simbolismos: representa sus raíces culturales y ancestrales, una tradición del país que tanto sus abuelos, como su padre, Pepe Aguilar, han honrado como pocos. Hoy será una fecha importante, cuando sea la estrella especial en el Gran Desfile Día de Muertos 2022 de la Ciudad de México, en donde interpretará dos canciones, de las cuales los fans esperan que una de ellas sea su ya emblemática “La llorona”, que tiene más de 199 millones de reproducciones en YouTube. De su abuela, quien murió en noviembre de 2020, dice que aprendió el amor, en especial a la música mexicana. Y de todo su linaje, a llevar con orgullo todo lo que conlleva la mexicanidad. “Todo en la vida tiene sacrificios para poder lograr lo que sea, unas por otras, pero llevar a cabo esta profesión equivale a mucho más de lo que he tenido que sacrificar”, dice Ángela, quien reconoce haber tenido una infancia y juventud distinta. Uno de los retos de su familia ha sido entender al público, incluso cuando es severo. Ángela asegura que ha optado por ser fiel a quien es y reconocerse para no sentirse mal cuando hay críticas, incluso de la mano de un especialista. “La salud mental es igual de importante o hasta más que tu salud física, sin estar bien mentalmente pues no puedes hacer nada más”. Para cuidarse, la familia de Ángela ve bien que ella asista a terapia y que cuente con coaches de vida, motivo por el que alienta a las familias a buscar apoyo si así lo necesitan. Más si han atravesado un duelo. “El punto es no tener miedo, no está mal pedir ayuda, y más siendo tan jóvenes y estando tan expuestos, es algo natural, yo creo que más personas deberían de ir al psicólogo”, dice la cantante, nacida en Los Ángeles. -Con información de E Universal